Desde Ushuaia

La Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Ushuaia tiene la única sala estatal en la ciudad más austral del mundo. El edificio se llama Enriqueta Gastelumendi, en honor a una de las últimas descendientes directas del pueblo originario Selk’Nam. Más conocida como “la India Varela”, Gastelumendi fue un icono de la cultura originaria. A este mismo edificio vino este sábado otra referente, en este caso de la actuación: Julieta Díaz participó durante una hora de una entrevista pública que le realizó el periodista y actor Diego Trerotola, para luego dejar abierto el debate con el público, que fue mayormente gente joven. La actriz es la madrina de la segunda edición del Festival Internacional de Cine del Sur del Mundo, Ficsur, organizado por el Grupo Octubre, con apoyo de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Y la charla pública fue en el marco de las actividades especiales de la muestra cinematográfica que dirige la cineasta Paula de Luque.

Díaz comenzó hablando del momento en que decidió ser actriz. Señaló que al ser hija de un actor el terreno se le allanó un poco por poder conocer la intimidad del trabajo. Si bien tuvo muchos maestros, también debió “desaprender” cosas que había estudiado. ¿Fue un poco herencia o hubo deseo de actuar? “Siempre pude ver la cocina de su trabajo, cómo preparaba y estudiaba los personajes, los ensayos. Mis viejos se separaron cuando yo tenía 6 años y los días que me tocaban con mi viejo, si él tenía ensayo, yo iba al ensayo con él”, comentó la actriz, que también recordó el deseo de estar arriba del escenario desde pequeña y que la marcó que su padre siempre fuera feliz aprendiendo las obras.  Además de “desandar”, la actriz consideró que cada actor o actriz arma “su propia técnica, su propia manera”.

La charla continuó con el tema del trabajo en la televisión y en el cine. Según le planteó Trerotola, “la televisión no es un medio para adquirir prestigio”, pero que Díaz logró posicionarse desde la pantalla chica. En ese sentido, el entrevistador quiso saber cómo se educó la actriz haciendo TV. “Hay mucho prejuicio y es real que, en algún punto, la televisión, a veces, banaliza un poco las formas de trabajo por el tiempo que tiene, porque en ocasiones se busca más un producto comercial que uno artístico. Eso existe, pero hoy en día eso sucede en todo, porque también tenemos obras de teatro y cine que buscan eso. Yo me formé y me ablandé en la tele. Después lo depuré en el cine”, comentó Díaz. También reconoció que se puede trabajar bien en los tres ámbitos. “A mí me seducen los proyectos, los guiones, los personajes, los directores, los compañeros más que el lugar”, completó su análisis. 

Díaz dijo que le gusta “contar historias” y reconoció que le gusta “jugar con todo”. Recordó cuando fue al Festival de Cannes con Refugiado, de Diego Lerman, “una película de autor”, agregó. “Cannes es el cine de autor, el buen cine. Me fui a ese festival y, al mismo tiempo, estaba haciendo una tira en Telefe interpretando a una cantante de cumbia. Estaba chocha haciendo ese personaje súper popular. Era feliz haciendo eso y me divertía mucho. No es que lo hacía solamente por rating. Jodíamos con mis amigos: cumbia y Cannes. Siempre me gustó un poco todo”, dijo una vez más.