Cualquier padre, madre, tutor o encargado lo sabe: las pelis animadas son imbatibles. Los programadores de cine también lo saben; tanto, que se trata del género de mayor recaudación promedio. Los estrenos en las salas son muchos; el tipo de cine animado que se puede ver, sin embargo, es uno solo: ese que marcan un par de estudios, también imbatibles, y el resto que los copia. Más allá de la calidad esas películas (en este punto sí, diversa), su ritmo siempre vertiginoso, estilo, técnica y procedencia es prácticamente uniforme. Pero dentro de la programación del Bafici hay una sección que muestra que, también en este tema, el mundo es ancho y diverso. El Baficito ofrece este año nueve títulos que dan cuenta de esa diversidad, con el plus de que las entradas cuestan sólo 50 $ (ver aparte). Se suma la Maratón Bafici, este fin de semana, con películas al aire libre, para toda la familia, en este caso gratuitas.

Entre esas pelis animadas que sólo se pueden ver en el Bafici está Astérix: Le Secret de la potion magique, de Alexandre Astier y Louis Clichy. Es la segunda película animada sobre el galo y sus amigos comedores de jabalíes asados, y llega para celebrar el aniversario 60 de la célebre historieta francesa. Hay otras dos que vienen desde las tierras de los chalecos amarillos: una es Dilili à Paris, de Michel Ocelot (otro célebre de la animación, que estuvo en la Argentina invitado por el Festival de Cine Nueva Mirada para la Infancia y la Juventud). Es una película de estética plástica muy particular, ambientada durante la Belle Époque; aparecen Marie Curie, Renoir, Monet, Degas, Proust, Debussy, Picasso y Pasteur, entre otros personajes de la época. Y también Minuscule 2: Les Mandibules du Bout du Monde, la secuela de Minúsculos (esa estuvo programada en el Bafici de 2013), de Thomas Szabo y Hélène Giraud. La protagonista es una intrépida Vaquita de San Antonio que termina enviada a una isla del Caribe, y debe enfrentar toda clase de peligros mientras espera que la rescaten sus amigas, las hormigas.

Otros dos títulos ponen de relieve el anime, la tradicional animación japonesa: uno es de Mamoru Hosoda (nuevamente, un célebre, toda una leyenda del género), creador de películas muy difundidas como Los niños lobo y El niño y la bestia. Se trata de Mirai, que este año tuvo su nominación al Oscar y que sin embargo no mereció su estreno en salas argentinas. Y Okko’s Inn, de Kitarô Kôsaka, la más reciente producción animada del reconocido estudio Madhouse.  

Hay una de Noruega: Louis and Luca, de Rasmus Siversten, que imaginó en stop motion una Misión a la Luna lanzada desde su país, con el erizo Luca y la urraca Louis como valientes astronautas. Otra de ¡Estonia! También en stop-motion, del escritor, músico y artista visual Kaspar Jancis, autor del libro ilustrado en el que se basa el film; la acción transcurre entre lo minúsculo, cuando niño hijo de marinero es súbitamente “jibarizado”, y se ve obligado a convivir con toda clase de insectos. Otra muy particular es Hoffmaniada, alrededor de la figura de E.T.A. Hoffman. La película de animación del ruso Stanislav Sokolov ubica al compositor, escritor, dramaturgo, dibujante y caricaturista alemán en su propio mundo de escritos fantasmagóricos, entre sus relatos y obsesiones. Más clásica en su estructura narrativa, está programada también la española Bikes, que le da vida a bicicletas que hablan, tienen sentimientos, corren carreras, se enamoran. Una suerte de Cars en dos ruedas.

Además de las películas de Baficito, están las de “Maratón Bafici”, una suerte de evento dentro del evento que tendrá lugar este fin de semana, desde las 14, en el barrio de Belgrano (en la calle Juramento, entre Avenida Cabildo y Cuba). Allí, en una gran pantalla de cuatro caras, se proyectarán clásicos como El mago de Oz, Jurassic Park, El maquinista de La General y Karate Kid, entre otros. También habrá distintas propuestas, talleres, instalaciones participativas y muestras visuales en las calles y veredas. 

“Suena a cliché, pero es así: todo esto tiene que ver con generar una diversidad que no existe en la cartelera, sobre todo en el cine de animación, que nos tiene tan acostumbrados a determinadas fórmulas, tamaños y estilos”, confirma Juan Manuel Domínguez, a cargo de la programación del Baficito. “Toda esa diversidad del cine animado aparece en esta nueve películas, que incluido un anime que tranquilamente tendría que tener su estreno en nuestro país, pero no lo tiene por ahora. Es una película fascinante, que hipnotiza, por el nivel de belleza que maneja y por el modo en que sale a hablar con todo los públicos”, alaba sobre Mirai. Algo similar puede decirse de otras de las películas programadas. Un cine distinto (al que se ha acostumbrado al público), no por eso menos accesible, cuando se ofrece ese acceso.