“Me senté con Tweety González y le dije: ‘Vivo para esto, nací para esto, quiero hacer el disco, quiero trabajar con vos; si confiás en las canciones, yo estoy para trabajar’”, cuenta Lara Pedrosa, ex No Lo Soporto, su arrojo ante el productor para dar forma a El bosque del recuerdo, su primer disco solista, que lleva el nombre de una calle del madrileño Parque del Retiro. “El título de la obra es un lugar, un bosque que cualquiera puede entrar a recorrerlo. Me lo imagino como un bosque donde predomina cierta densidad; azul, como espeso”, cuenta. ¿Qué hay en ese paisaje? Canciones de amor en distintas facetas, desencuentros y también entrega.

Luego de la disolución del trío de rock pop en 2010, la bajista ansiaba empezar su carrera solista pero no se imaginaba que para reunir y grabar esas canciones escritas en diferentes momentos aún tenía mucho por caminar. “Empecé a trabajar con Ale Sergi. Armamos una banda juntos, hicimos un show, se llamaba Banda Fantasma. Inmediatamente salió un disco nuevo de Miranda! y Ale tuvo que alejarse del proyecto porque su banda le consumía todo el tiempo”, cuenta Lara, días previos a instalarse en Barcelona. Ale le propuso producir esas canciones y lanzarla como solista, idea que en un principio ella aceptó. Pero después desistió: “Era una impronta muy Miranda!, que está increíble, pero no me representaba del todo”, reconoce la música.

En ese caminar, Lara se vinculó con Lucas Martí, con quien grabó un disco, LyL. Fue bajista de Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Deborah de Corral, Diego Frenkel y Benito Cerati con su proyecto Zero Kill. Y también grabó bajos en Mena, el segundo disco de Javiera Mena. “Fue un camino largo encontrar mi color de voz, siempre fui bajista y no me sentía segura cantando. En No Lo Soporto yo cantaba una canción que se llamaba Otro lado, que es un tema mío, componía algunos temas y las letras, más que nada, pero nunca fui la cantante líder del proyecto. Entonces tuve que entender mis cuerdas, mi personalidad con la voz y finalmente llegué a un lugar donde me siento cómoda”, dice.

Antes de trabajar con Tweety González, Lara había conformado un dúo pop de aires folk con Máximo Reca. La dupla llamó la atención del productor, y les propuso juntarse. “Maxi está en el mundo de las ideas, del arte y la creatividad, pero no se dedica justamente a la música. Decidió dejar el dúo justo antes de firmar el contrato... Como que se me cayó el mundo”, cuenta la bajista. Las canciones eran mayormente de ella y luego de un tiempo de presentarse en dúo, ya había tomado la confianza necesaria como frontwoman y cantante. Entonces fue cuando se hizo cargo de su deseo: “Aprendí a aceptar dónde te pone la vida y me di cuenta de que, si me tenía que sincerar, esto es lo que venía buscando, fue un ‘quiero hacerlo y me voy a animar’”.

En la vía de la exploración de la voz, Lara intentó con canto lírico hasta que Tweety le recomendó el micrófono que le “salvó la vida” y le dio confianza para usar su caudal de voz, “chiquita y aireada”. Con participaciones de Candelaria Zamar, Rochi Igarzabal, Esmeralda Escalante (Ainda Dúo), Agus Vivo (La Femme D’Argent), Santiago Motorizado, Dante Spinetta, Roger Delahaye y el fallecido Ernesto “Neto” García, entre otros artistas, el disco fue lanzado el 8 de marzo. “Sabía que iba a estar opacado por el movimiento de las mujeres pero no me importa, es como una semillita más a ese día tan significativo y me encanta, siento que es buen karma”, dice antes de seguir el viaje a Barcelona, donde hoy la bajista se desenvuelve como DJ.