Se esperaba y sucedió: la ceremonia de entrega de los Premios Estrella de Mar a la temporada teatral marplatense, que se celebró el lunes, no fue una fiesta, como otros años, sino una noche de denuncia, reclamos y críticas. En su turno al micrófono, más de la mitad de los premiados –desde teatristas independientes hasta Mirtha Legrand– hicieron mención al grave momento que atraviesa la cultura del partido de General Pueyrredón y exigieron a la cuestionada secretaria de cultura, Silvina Rojas, que revierta de inmediato la situación de vaciamiento a la que somete desde hace casi un año a varias instituciones y programas culturales de la zona. Afuera del Teatro Auditorium, donde tuvo lugar la gala, hubo protestas de la Asociación de Trabajadores del Teatro de la Región Atlántica (Attra), cinco murgas cortaron la calle y se vivió un amplio respaldo popular. También hubo carteles y pancartas dentro del salón, que entre otros mensajes dijeron “Chau Rojas” y “Fueron 30 mil”.

El conflicto en torno al premio ya había empezado a principios de enero, cuando un grupo de elencos marplatenses y jurados del galardón que se entrega desde 1975 decidió renunciar a su participación en esta edición debido al contexto político cultural. Hace unos días, además, la Asociación Argentina de Actores había denunciado que el Ente Municipal de Turismo, que entrega los premios, decidió que durante la gala no se entregara el Premio Carlos Waitz, llamado así en homenaje al único actor del país desaparecido en plena función arriba del escenario, situación que el lunes denunció al micrófono el vicepresidente de Argentores, Bernardo Carey.

Conducida por el actor Diego Ramos y la locutora Mariana Gérez, la gala tuvo su primer momento de tensión cuando subieron Eduardo Nachman y Viviana Ruíz, premiados por Gregorio por Nachman en la categoría Mejor espectáculo marplatense. Los teatristas subieron junto a su elenco y un pasacalle gigante que decía “No al vaciamiento cultural. Fuera Rojas de Cultura” y que despertó el aplauso de toda la platea. “Queremos contarle a toda la comunidad artística que Mar del Plata está viviendo un vaciamiento cultural. Tenemos 60 capacitadores en la calle y 1500 chicos en los barrios sin orquesta sinfónica, sin teatro, sin literatura”, dijo Ruíz, referente del teatro El Séptimo Fuego, uno de los espacios teatrales independientes más emblemáticos de la ciudad de Mar del Plata. 

Desde ese discurso, casi la totalidad de los que le sucedieron hicieron alguna mención al respecto, incluyendo a artistas no marplatenses del teatro comercial y la televisión. Aníbal Pachano pidió a la gestión “ponerse las pilas con la cultura” y Nicolás Vázquez también mostró su apoyo y reclamó “más presupuesto”. Incluso Mirtha Legrand, que fue distinguida con el recién incorporado Estrella de Mar de Platino, dijo que “todo se iba a solucionar, pero que les den un poco más de dinero”, en referencia a los trabajadores de la cultura. Desde el público, alguien le gritó que “no es sólo dinero”, y la conductora tuvo que corregirse: “Que les den todo lo que necesiten”, terminó entre aplausos. 

Pese al protagonismo que cobró el conflicto, también hubo pequeños momentos para el show. Se entregó una emotiva y a la vez graciosa distinción a Carlitos Balá, y se vieron fragmentos de los espectáculos Flowers, Improvisa2, Ni con perros ni con chicos y Del otro lado de la cama. Estas dos últimos fueron las obras más premiadas: el espectáculo de Vázquez ganó como Mejor Escenografía, Mejor Comedia, Mejor actuación femenina y masculina de reparto (Sofía González Gil y Benjamín Rojas), y Mejor actuación protagónica masculina de comedia y comedia musical (Vázquez), mientras que el producido por el Teatro Nacional Cervantes se llevó los premios a Mejor Dirección (Javier Daulte), Mejor Comedia Musical, Mejor Música Original, Mejor Producción Artística y Mejor actuación protagónica femenina en comedia y comedia musical (Laura Oliva).

Otros premiados fueron Casa Valentina, dirigida por José María Muscari, que se alzó con cuatro estatuillas, al igual que Flowers; el espectáculo de danza Erotai; los unipersonales Vivo, de Marcelo Savignone y Fucking Fucking Yeah Yeah, de Fabio Posca y el espectáculo de humor Lizy Tagliani, liberate, dirigido por el gran Omar Calicchio. 

Quizás el premio más polémico y sorpresivo fue el de Oro, que no se lo llevó ningún teatrista sino Cacho Castaña. El músico, que ya había ganado en la categoría de Mejor Recital por Tango y Chamuyo, hizo una mención a su trayectoria, destacando especialmente su cuestionada actuación en el Teatro Colón, para la cual alquiló el teatro a finales del año pasado. Su elección fue a tono con una noche atípica en la historia de los premios, que evidenció lo que opinan artistas y públicos sobre la política cultural de Cambiemos.