“Una cartografía del machismo”. Así define Mariana Carbajal a Yo te creo hermana (Aguilar), una potente recopilación de testimonios de víctimas de violencia machista, que supo recoger a lo largo de sus casi tres décadas como periodista especializada en la materia. Pionera en el periodismo de género, escribe hace 28 años en la sección Sociedad de PáginaI12 y su nueva publicación actúa como un documento de ese trabajo. El pasado miércoles, en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación (CCC), Carbajal presentó el libro frente a un público mayoritariamente femenino, y acompañada por Natalia Stoppani, Claudia Piñeiro, Luciana Peker y Thelma Fardin.

Como coordinadora del Departamento de Educación del CCC, e integrante del colectivo de trabajadoras del CCC Mujeres con megáfono, Stoppani fue la encargada de abrir la presentación. “Yo te creo hermana es una excusa para seguir poniendo en la agenda pública, en las camas, en las casas y en las calles, este sistema de opresión machista y misógino al cual estamos dispuestas a darle batalla”, comenzó. “Hay una decisión sorora de que no queremos vivir más de esta manera. Hoy tenemos un espacio para no callarnos más, y un libro que condensa relatos de compañeras y hermanas. Colectivizar nuestro dolor es una forma de intentar ir en contra de la amnesia a la cual este sistema nos quiere llevar”, agregó.

Por su parte, la escritora Claudia Piñeiro, cuya voz se amplificó cuando se comprometió de lleno en el debate por el aborto, realizó otra lectura política. “En el prólogo, Mariana habla de poner las vivencias en palabras para que lo personal se convierta en político. Y esta frase es clave para entender su libro”.

En ese punto, también citó a la filósofa norteamericana Judith Butler, quien recientemente visitó el país. “Ella dice que tenemos que concentrarnos en repudiar los hechos, más que a las personas involucradas, porque al repudiar el hecho en sí mismo, eso toma una dimensión mayor. Y creo que esto tiene que ver con lo que dice Mariana respecto a pasar de lo privado a lo público. La denuncia privada es necesaria, pero como movimiento feminista tenemos que hacer algo más, y lograr que eso tome dimensión. Esto se logra pasando de lo privado a lo político, pasando del caso puntual a la objeción del hecho”, profundizó. 

En medio de ese “mosaico de voces” que construye Carbajal, está el caso de la actriz Thelma Fardin, quien con su denuncia marcó otro punto de inflexión en la historia del movimiento de mujeres en la Argentina. “Mirá cómo nos ponemos”, fue la consigna que se impuso desde que decidió hablar, para allanar un camino de concientización sobre la magnitud de la violencia sexual.

“Lo primero que me pasó cuando entré en toda esta locura de tratar de entender y asimilar lo que me había pasado, para después hacer algo con respecto a eso, fue percibir que no había libros donde encontrar testimonios que me permitieran pensar que no estaba loca, ni estaba sola. Y este libro genera una contención enorme en un momento en el que se están destapando tantas voces, y permite pensar `No estoy sola´ y pensar qué es lo que sigue después de esto. Porque uno de los grandes desafíos que tiene el feminismo por delante es entender cuál es la manera en la que se va a hacer justicia”, sostuvo la actriz.

“Lo que estamos buscando no es ser verdugas de nadie”, advirtió. “Queremos cambiar un paradigma, y que esto no sea una moda. Me parece interesante pensar que este tipo de delitos suceden en la oscuridad, y por eso creo que es fundamental hablar de poner luz. Porque cuando tenemos un libro como este donde refugiarnos, y cuando hablamos de esto, estamos poniendo luz, y eso es lo que va a permitir que esto deje de suceder”, concluyó.

A continuación, Luciana Peker, amiga y colega de Carbajal en PáginaI12, se encargó de poner el acento en la tarea periodística de la autora. “Mariana nos abrió el camino a todas las periodistas de género en la Argentina. Yo a ella le digo que es la Google de género (risas)”, aseguró.

Con una amplia trayectoria de veinte años también en periodismo de género, Peker conoce los sinsabores del oficio, y más cuando se trata de escribir contra el sistema patriarcal. “Sacarle la palabra al machismo para tomarla nosotras tiene enormes costos. A propósito, hoy me regalaron una remera que dice: `No somos más musas. Ahora somos las que escribimos´”, sostuvo, y se ganó un aplauso fuerte. Para cerrar, afirmó: “Alguien le dijo a Mariana que este libro era el Nunca más del acoso, del abuso y de la violencia. Y yo creo que es eso. Porque están todos los testimonios, desde los micromachismos hasta la violencia sexual más explícita”. 

Última en tomar la palabra, Carbajal comenzó agradeciendo “a todas las mujeres, lesbianas, travestis y trans que se sentaron conmigo y me contaron sus historias”. “Yo te creo hermana es un abrazo a todas aquellas que se animaron a contar en algún momento, y también a las que siguen callando. A partir de esta revolución que estamos protagonizando en estos últimos años, con el surgimiento del “Ni una menos”, hay una escucha más empática que marca un cambio de época. Hoy escuchamos distinto, y por eso hay cada vez más mujeres y personas con cuerpos feminizados que se animan a romper esos silencios que signaron sus vidas”. 

Trazando una comparación con su anterior publicación Maltratadas (2014), donde hizo hincapié en la violencia en las relaciones de pareja, señaló: “Esta vez, quise poner la lupa también sobre las discriminaciones más sutiles. La Ley 26.485 habla de otras violencias: simbólica, mediática, obstétrica, sexual e institucional. Y el Senado acaba de incorporar a esa ley la definición de acoso callejero como otra forma de violencia, y cristalizó, así, nuestra lucha en visibilizar otras violencias. Después veremos cómo podemos trabajar para generar conciencia, porque de lo que se trata es de prevenir. Como dijo Thelma, no se trata de que nos convirtamos en verdugas. El cambio es cultural, y a largo plazo”.