Huracán y San Lorenzo disputarán hoy el clásico revancha de la primera fase de la Copa de la Superliga en el Palacio Tomás Ducó, donde necesariamente habrá un ganador después del aburrido empate sin goles en el Nuevo Gasómetro. Si se repite el marcador del domingo pasado, la serie se definirá con penales, mientras que un empate con goles le dará a San Lorenzo la clasificación a octavos de final. 

El clásico porteño, sin dudas, fue el primer plato fuerte de esta competencia. No es frecuente que Huracán y San Lorenzo diriman un mano a mano eliminatorio: la última vez ocurrió en la Copa Centenario 1992 y terminó a favor del Ciclón (0-0 y 2-0).

Si bien el presente de ambos es flojo, el club de Boedo llegó a la serie mejor parado por su buen andar en la actual Libertadores, pero después de la igualdad en el Nuevo Gasómetro, Huracán quedó con la posibilidad servida de sellar su pasaporte en casa.

Tras la goleada recibida ante Cruzeiro en Belo Horizonte, la semana pasada, el DT Antonio Mohamed realizo cirugía mayor en el equipo y consiguió un buen rendimiento en el primer clásico. Para la revancha no podrá contar con el zaguero Lucas Merolla –expulsado–, lo que podría hacerle lugar al lateral Carlos Araujo y provocar un reacomodamiento en la última línea.

Ese fue el único cambio que ensayó el Turco”en el táctico del miércoles, aunque no se descartan más variantes ya que Huracán está obligado a ganar. 

Los mediocampistas Israel Damonte e Iván Rossi, que cumplieron la sanción por tarjetas amarillas, más los delanteros Lucas Barrios y Lucas Gamba son otras opciones que dispone el técnico.

También es una incógnita la formación de San Lorenzo, cuyo plantel se recluyó en el Sofitel La Reserva de Cardales para preparar la vuelta con tranquilidad. El entrenador Jorge Almirón sabe que un paso en falso en el Ducó puede dejarlo malherido, al margen de tener prácticamente sellado el pasaporte a la ronda final de la Copa Libertadores.