Desde Santiago del Estero

La “Madre de Ciudades” fue copada por mujeres músicas el fin de semana largo. El Segundo Encuentro de Música de Mujeres reunió a quinientas de ellas durante cuatro días, alrededor de conciertos, talleres, mesas de debate y un foro organizado por el Instituto Nacional de la Música. Pero sobre todo alrededor de la convicción profunda de que ahora es cuando urge reconocerse, organizarse y ponerse en movimiento. La inauguración, con una conferencia de Teresa Parodi (que por la noche brindó también un concierto) y con la emocionante irrupción de decenas de mujeres músicas y bailarinas al ritmo del bombo (todo un símbolo en esta provincia), marcó el pulso de un encuentro que tuvo momentos de emoción y diversión, otros de discusión y formación. Y que fue un empujón para todo lo que se espera que siga pasando en las provincias desde las que viajaron muchas de las participantes. 

“Estoy tan, pero tan feliz de estar acá, que estuve todo el día sonriendo”, comenzó diciendo en su concierto Teresa Parodi, en el bello auditorio del Forum, el centro de convenciones de Santiago del Estero. “Me siento como aquella vez que fui pensando que iba a enseñar, y resultó que iba a aprender, cuando fui maestra rural. Aprendo de ustedes, de esa alegría que contagian”, agradeció la correntina, y pidió: “Todavía necesitamos herramientas, leyes que cuiden nuestro trabajo como la del cupo en la música. Va a llegar el momento en que ya no sean necesarias, por fuerza propia, por prepotencia del trabajo y el amor. Pero por ahora las necesitamos así que sigan haciendo esto. Sigan juntándose. Separadas somos invisibles, juntas somos invencibles”.

Junto a la de Parodi, tres propuestas musicales resultaron una muestra acabada de la diversidad y calidad que suena en la música que están haciendo hoy las mujeres. La cantante y compositora Cata Raybaud mostró sus canciones junto a algunas de Las Tamboreras de Córdoba, con una voz preciosa y un muy original abordaje de ritmos y estilos. La uruguaya Gabriela Rodríguez trajo a escena un universo muy propio, que se liga con todo un trabajo que viene haciendo desde hace muchos años con la música para las infancias. Y para el cierre, se desató la cumbia con Las Ninfas, una numerosa, joven y festiva agrupación cordobesa que puso a todas y todos a bailar. Otros conciertos y momentos destacados fueron protagonizados por Vivi Pozzebón –presentó el documental Tamboreras. Mujeres al tambor, que en mayo traerá a Buenos Aires, junto a su espectáculo–, Lilián Saba, que dio clínicas de ensamble, Soema Montenegro y Mariana Baraj, que además de conciertos dieron talleres con gran concurrencia, Sara Mamani, las locales Las Mullieris, Las Musicletas de Tucumán, la cantante y pianista cordobesa Lucre Ortiz, la percusionista uruguaya Chacha De León y las integrantes de Mujertrova, entre muchas otras. 

El Encuentro de Música de Mujeres contó con el apoyo de la intendencia y la gobernación de Santiago del Estero, pero sobre todo con el trabajo organizado y en red de una gran cantidad de espacios regionales. Al trabajo de la Asociación Músicas de Mujeres de Santiago –la primera en el país en constituirse como organización civil, todo un logro organizativo–  y el Movimiento de Música de Mujeres, se sumó el de tantas: las Mujeres Músicas de Jujuy, el Movimiento de Músicas de Salta, el Movimiento Mujeres por el Arte de Tucumán, Las Margaritas y Las Tipas de Catamarca, el Area de Género de Sonar, la Asociación de Músiques Independientes de Córdoba, el Movimiento de Músicas Feministas de Villa María, la Red Mujeres en el Sonido, los Colectivos de Mujeres de la Música de San Luis y Rosario, Suena Tremenda de Mendoza, Mupa de La Pampa, entre otras. También Divas (Diversidad Valiente Santiagueña) y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina. Y el Instituto Nacional de Música (Inamu), que se sumó con talleres y en las mesas de debate, y organizó, además, un foro para el sector, el día jueves.  

“Generamos, proyectamos y deseamos este encuentro convencidas de que el tiempo apremia, de que necesitamos participar en la construcción de políticas públicas donde todas podamos sentirnos reconocidas e incluidas. Y para eso es imprescindible vincularnos, entramarnos y potenciarnos juntas, unidas, diversas y en movimiento”, definió la presidenta de la Asociación Músicas de Mujeres, Carolina Haick, el sentido del encuentro, durante la inauguración. Junto a otras músicas como Cecilia Nazar, ella fue una de las gestoras del encuentro.  

Hubo un espacio dedicado especialmente a tratar la ley de cupo femenino y el acceso de artistas mujeres a los escenarios, con Celsa Mew Gowland (gran impulsora de esta ley), Mavi Díaz (quien representó a AADI dando un panorama vinculado con los derechos de las y los músicos) y Marisa Vázquez, del Colectivo de Mujeres de Tango. “Esta ley surgió del hartazgo por estar invisibilizadas, infra valoradas, ocultas en todo los festivales del país”, definió Mew Gowland, y tiró cifras contundentes: en un análisis de 46 festivales en todo el país, de 1605 agrupaciones que pasaron por los escenarios, solo 160 tenían mujeres en su conformación. En el rock fue peor: menos del 5 % de mujeres en los escenarios. “Esta ley tuvo el inmediato apoyo de los técnicos y de las asociaciones gremiales de músicos. ¿Quiénes se oponen? Los productores. Aquellos que nunca se miraron en el espejo de los viejos productores, que producían hechos rentables con mujeres. ¿Es que las mujeres no convocan? No, es que ellos no saben hacer su trabajo. A ellos les decimos: despierten, porque se están perdiendo el negocio de las mujeres”, reclamó la artista.  El nombre de Palazzo, y aquella idea suya de que “no hay suficientes mujeres con talento a la altura del Cosquín Rock”, apareció pronto entre las asistentes. “Le agradecemos, porque ese exabrupto fue el que más nos ayudó en nuestra lucha”, observó sonriente Mew Gowland. 

“No es una pelea entre trabajadores de las culturas. No queremos bajar músicos para subir músicas. Queremos compartir lo que nos corresponde”, definió también. “Estar arriba de un escenario no es la única manera de ser música, y esta ley no lo soluciona todo. Pero es una primera puerta para abrir. Y la vamos a abrir, despacito o a las patadas”, se plantó. Esta ley, que permitiría que las mujeres ocupen por lo menos el 30% de las programaciones de los festivales, actualmente está trabada en el Senado porque la Comisión de Educación y Cultura no llama a su tratamiento. A su turno, Mavi Díaz contó sobre la amenaza de un decreto y un proyecto de ley en el Senado que, en sintonía con los lobbys hoteleros, pretende que las federaciones hoteleras dejen de pagar por la propiedad intelectual de las músicas que suenan en sus instalaciones. Cuestiones como estas también fueron debatidas el jueves, en el Foro de Mujeres en la Música que está haciendo el Inamu por todo el país, y que se sumó esta vez a la movida santiagueña. Organizadas, las mujeres músicas se hacen oír.