Julio César “Huevo” Toresani, ex jugador de Boca y River, fue hallado muerto ayer por la mañana en una habitación del predio de la Liga Santafesina de Fútbol, donde se estaba hospedado. “Llegó el momento, demasiada espera”, había escrito el ex volante de 51 años en su estado de Whatsapp antes de tomar la decisión de suicidarse.

El ex volante estaba desempleado desde febrero, cuando dejó de ser el DT del club uruguayo Rampla Juniors, y alejado de su familia, luego de que su esposa le impusiera una perimetral por violencia. Dos semanas atrás había tenido un intento de terminar con su vida a través de la ingesta de alcohol y pastillas, por lo que fue luego hospitalizado.

Toresani vivía en el predio de la Liga Santafesina desde su vuelta de Uruguay, donde fue echado tras pelearse con el presidente del club. “El estaba viviendo en el predio, compartía y comía con nosotros, con la gente que está ahí. La vuelta de Uruguay fue bastante dura para él porque tenía una ilusión grande. No conseguía trabajo estable y estaba deprimido”, describió la situación el presidente de la Liga Santafesina, Axel Menor.

El titular de la Liga que alojó a Toresani en sus últimos días describió que ayer vieron juntos los partidos de la definición del Ascenso y charlaron sobre otros encuentros. También agregó que dos amigos lo fueron a visitar alrededor de las 20. “El decía que (el intento de suicidio de hacía dos semanas) había sido una locura, lo minimizaba, pero lo charlamos. Había cambiado de psicólogo y estaba con un psiquiatra que le consiguió la Liga. Le habían cambiado los medicamentos”, contó Menor.

  • Huevo y gol. Nacido en la capital santafesina, Toresani se inició en Unión y vistió otras siete camisetas durante su carrera: Instituto de Córdoba, River, Colón, Boca, Independiente, Audax Italiano (de Chile) y, finalmente, Patronato. Con 50 goles en más de 400 partidos, el Huevo llegó a levantar tres trofeos, todos con River (los torneos Apertura de 1991, 1993 y 1994). Tras su retiro, se volcó a la dirección técnica en 2005, y condujo a San Martín de San Juan, Colón y Aldosivi, entre otros.

Su episodio más recordado quizá sea cuando, jugando para Colón, enfrentó al Boca de Diego Maradona, el día que el Diez volvía de la suspensión de 15 meses que le impuso la FIFA tras el Mundial de 1994. En aquel encuentro –que terminó 1-0 para el Xeneize–, Toresani se cruzó con Maradona y fue expulsado para luego, en los vestuarios y por medio de la televisión, dedicarse algunas palabras. “Lo espero en Segurola y Habana 4310, séptimo piso”, le espetó Maradona. Una frase que quedaría grabada en el imaginario nacional. Unos años después, el fútbol los reencontró en Boca y, en el último partido como profesional de Maradona, el Huevo marcaría un inolvidable gol en el triunfo 2-1 ante River.