La justicia local avanzó un poco más ayer hacia el esclarecimiento de varios de los hechos delictivos ocurridos durante el fin de semana de Pascuas, cuya sucesión llevó al gobernador Miguel Lifschitz a hablar de un plan para desestabilizar a su gobierno. Ayer la Unidad Fiscal de Balaceras secuestró un vehículo BMW color blanco, al que está haciendo peritar para establecer si es el auto utilizado en los ataques a dos bares de Pichincha el último sábado. EL coche fue incautado en Virasoro al 3700 y responde a las características del auto desde el cual atacaron a tiros a los bares Alabama y Blacklist, ambos en la cuadra de Ricchieri entre Brown y Güemes.

En tanto también hubo novedades sobre el homicidio de Sotelo, la joven madre que fue ultimada de un disparo en la cara en la zona de Alsina al 2800: las sospechas se posaron ahora sobre uno de los posibles autores, que no sería mayor de edad, y sobre el que pesa un cerrado silencio. Finalmente se supo que las cámaras de seguridad del local donde fue degollado el joyero, en Mendoza y San Martin, captaron al supuesto matador, quien esta siendo buscando intensamente por estas horas.

El clima del sábado a la noche se vio alterado alrededor las 22.30, en Richieri entre Güemes y Brown, cuando desde un auto balearon el frente de un bar. Un BMW colcor blanco pasó por calle Brown, dobló por Ricchieri y estacionó. Luego bajaron dos personas que dispararon contra la fachada del bar Alabama (ex Nenina y ubicado en Ricchieri 12 Bis) que se encuentra cerrado por refacciones pero que al parecer estaban celebrando un cumpleaños en su interior. Luego, los ocupantes del BMW subieron y continuaron la marcha por Ricchieri hasta Güemes donde dispararon contra el cartel del bar Blaklist, que estaba abierto y con gente adentro. Después se dieron a la fuga unos 30 metros en contramano por Ricchieri y desaparecieron. Los ataques no provocaron heridos, pero la llegada de móviles policiales conmocionó al barrio.

En tanto el día domingo la esquina elegida fue la de Jimmy, en la ochava sur de Ricchieri y Brown. Apenas cinco minutos antes de las doce de la noche del domingo, seis detonaciones repercutieron en Pichincha. Según las primeras informaciones, los tiradores pasaron en un Volkswagen fox color gris claro por la puerta del local donde descargaron media docena de disparos. Uno de los plomos atravesó el vidrio de la fachada por calle Brown a la altura de la barra del lugar, sin causar heridos de milagro, ya que en el lugar había clientes y empleados, dijeron los voceros. En tanto otras versiones hablaron de un Volkswagen Bora color gris.

Momentos después se presentó en el local Martín Miglietta -quien junto a Rodrigo Linares, gerencian el bar- y dijo desconocer el motivo del atentado, informaron pesquisas del caso. En la vereda del local la Policía secuestró vainas servidas de calibre 9 milímetros.

Ayer en tanto el Ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro apuntó hacia "las organizaciones criminales que no están cómodas con este gobierno. Tenemos los casos de los Cantero, Bassi, Ungaro, Funes y tantos otros. Después, algún sector de la política utiliza esa situación para llevar agua para su molino". Para Pullaro, "lo que queda claro es que, así como en su momento fueron los ataques a la Justicia, hoy lo son contra estos bares. Se apunta a desestabilizar a instituciones del Estado, tanto del Poder Judicial como del Poder Ejecutivo", añadió.