La diputada nacional Nilda Garré presentó ayer en Dolores un pedido para que el juez Alejo Ramos Padilla investigue si la banda en la que revistaba Marcelo D’Alessio no fue la que armó la falsa denuncia contra ella y Máximo Kirchner acusándolos de tener en Estados Unidos una cuenta en la que se movieron 61 millones de dólares y que tenía un saldo de 41 millones de la moneda norteamericana. La información inicial, publicada el 29 de marzo de 2015, apareció en el diario Clarín. Y a partir del artículo se presentó a la Justicia la diputada Paula Olivetto. Al día siguiente, exactamente lo mismo fue publicado por la revista brasileña Veja, citando a Clarín. Lo llamativo es que la supuesta fuente de los periodistas fue “un americano especialista en investigaciones del sector financiero”, justo la forma en la que se presentaba D’Alessio ante quienes no lo conocían. En la denuncia de Garré se acompañó el sobreseimiento dictado por el juez Marcelo Martínez de Giorgi en la causa contra ella y Máximo Kirchner y se le pidió al magistrado que pida copia del expediente.

La publicación sobre la cuenta en el Felton Bank de Delaware resultó, según el escrito presentado ayer por el abogado de Garré, Alejandro Rua, “una grandiosa fake-news del diario Clarín para incidir ardidosamente en la campaña presidencial del año 2015, acusándonos falsamente de ser titulares de cuentas en el exterior y sociedades extranjeras con connotaciones gravemente delictivas”.

La verificación de que aquella noticia era falsa resultaba sencilla. Bastaba con entrar en la página de la Reserva Federal, donde constaba que el Felton Bank tenía depósitos totales por 71 millones de dólares, de manera que era imposible que en una sola cuenta hubiera 41 millones. Ningún banco central de ningún país del mundo acepta que un banco tenga semejante exposición a un solo cliente, porque el titular de la cuenta se lleva los depósitos a otro lado y el banco quiebra. Pero, además, como la Reserva Federal consigna cuántos depósitos hay por encima de 250 mil dólares (el monto que garantiza), en el caso del Felton registró la cifra de seis millones de dólares, es decir que no había ninguna chance de que existiera una cuenta con 41 millones. 

La noticia motivó tapas y más tapas de Clarín, mencionando que a través de la cuenta en el Felton Bank (luego denominado CNB) se canalizaban fondos originados en Irán por una supuesta venta de material nuclear. La versión resultaba doblemente delirante ya que Estados Unidos tiene controles sobre los movimientos de dinero originados en la nación persa. 

Garré se presentó en Dolores porque en el expediente que instruye Alejo Ramos Padilla hay un objeto procesal en el que aparecen operaciones como la sufrida por ella y por Máximo Kirchner. Dice Garré citando a Ramos Padilla: “El objeto de investigación principal de esta causa consiste en la actuación de una organización criminal dedicada a realizar múltiples tareas vinculadas al espionaje, que incluyeron investigaciones ilegales, extorsiones, ‘ablandes’, ‘puestas en pánico’, ‘aprietes’, ‘carpetazos’, ‘falsas denuncias’, entre otros modos de coacción e intimidación, todo ello con fines económicos y políticos”. La diputada señala entonces que la operatoria de la organización que le armó la falsa cuenta de Delaware se parece mucho a la que se investiga en Dolores. 

A ello se suma que dos de los participantes en la causa de Ramos Padilla son los mismos que aparecen en los hechos que perjudicaron a Garré: los textos escritos por Santoro y a continuación la denuncia formulada por Oliveto.

El tercer factor es que la fuente a la que se hace referencia como originaria de los datos sobre la cuenta estadounidense son, a veces, “un experto en finanzas norteamericano”, otras veces “dos expertos” e incluso el autor de la nota de Clarín, Daniel Santoro, mencionó la existencia de un documento con los datos del dinero en el Felton. Ese documento nunca fue publicado ni se aportó en la causa judicial. Olivetto, por su parte, hizo eje en que la información provino de “ un americano especialista en investigaciones del sector financiero”. De manera que hay fuertes sospechas de que quien participó de la operación fue D’Alessio, que se presentaba a sí mismo justamente de esa manera.  

En el expediente que instruyó Martínez de Giorgi hubo una respuesta de las autoridades norteamericanas negando que existiera tal cuenta o que Garré o Máximo Kirchner tuvieran fondos en ese país. También se negó la existencia de cuentas a nombre de Business & Services IBC, una compañía de Belice, mencionada por Clarín. También Belice dijo en forma oficial que no registraba ninguna compañía con ese nombre. O sea que la información fue falsa en su totalidad, pero se usó durante la campaña electoral y casi seguro tuvo su efecto. Comodoro Py tardó nada menos que tres años en dictar el sobreseimiento que fue firmado por Martínez de Giorgi el 21 de noviembre de 2018.

Ahorra Garré, representada por Rúa, quiere que se investigue la maniobra. La jugada sucia se parece demasiado a otras perpetradas por D’Alessio, las diputadas de Cambiemos, la Agencia Federal de Inteligencia, Comodoro Py y la Casa Rosada. Tal vez no sea la misma banda, pero seguro es el mismo estilo. 

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