Tras la muerte de Perón, la idea de peronismo está muy ligada al Partido Justicialista. En vida del fundador de esa fuerza política, era más importante la idea de Movimiento, en tanto que el Partido cumplía una función puramente electoral. Ya a la salida de la dictadura el Movimiento como tal dejó de existir y el PJ ocupó todo el espacio institucional del peronismo.

Pero el PJ no se presenta solo a las elecciones. La mayoría de las veces acudió bajo la forma de un frente. Si bien Italo Luder y Eduardo Duhalde fueron como Partido Justicialista, Perón se presentó con el Frejuli, Carlos Menem con el Frejupo, Néstor Kirchner con el Frente para la Victoria (FPV) y Cristina Kirchner en la última elección fue con Unidad Ciudadana.

La recepción que tuvo la ex presidenta en la reunión de la cúpula del PJ, con asistencia perfecta, mostró que la utilización de siglas diferentes no implica confrontación ni alejamiento. Néstor Kirchner decía que “cuando nos dicen kirchneristas es porque nos quieren bajar el precio, porque nosotros somos peronistas”. Cristina Kirchner hizo una afirmación parecida hace unos días.

El oficialismo, a través de sus voceros, quiso instalar esa diferencia de siglas como si el kirchnerismo hubiera abandonado el PJ o se planteara una contradicción entre kirchnerismo y peronismo. La mayoría de los kirchneristas son peronistas y la mayoría de los peronistas también. Siempre hubo kirchneristas en la orgánica del PJ y funcionaron sin rupturas.

La antítesis kirchnerismo-peronismo fue una construcción forzada por el oficialismo y los medios que le responden, para circunscribir al kirchnerismo como no peronista, en su estrategia de dividir al frente opositor, lo que logró desde el principio de su mandato. Siempre hubo en el peronismo contradicciones, debates y diferencias pero pasan por otros andariveles más relacionados con pujas de poder o intereses localistas aunque también existen proyectos diferentes.

Pero cuando se trata de proyectos diferentes, las siglas por lo general son engañadoras, porque los que más se alejan en contenido son los que más disputan las siglas y el folklore partidario.

La transversalidad del kirchnerismo, que comenzó con Néstor Kirchner y se mantuvo con Cristina, enriquece al peronismo, aunque esa diversidad se prestó a confusiones en la disputa con el gobierno y en sus mismas internas.

El tema central de la reunión esta vez fue la necesidad de que el peronismo convoque a la conformación de un frente más amplio para participar en las próximas elecciones.

En la foto de ocasión, con gremialistas, intendentes y gobernadores, Cristina Kirchner ocupa el centro. Es una definición política. La reunión fue una muestra de la gravitación que tiene Cristina Kirchner en el Partido. Y el tema de análisis muestra a la ex presidenta en una actividad electoral mucho más clara que la presentación de su libro en la Rural. La ex presidenta no es candidata, aunque ese contexto tiende a presentarla como tal.

Es la primera reunión de la cúpula peronista después de la dura derrota del oficialismo en Córdoba, donde hasta hace poco parecía que iba a arrasar. La última carta del sector más macrista del PRO y del radicalismo en este Cambiemos desinflado radica en un razonamiento que también se debilita. Piensan que Cristina Kirchner es la única candidata fuerte de la oposición, pero que al mismo tiempo el lanzamiento formal de su candidatura levantará la imagen de Mauricio Macri.

Es un razonamiento que perdió actualidad porque las últimas encuestas ya muestran que la imagen negativa del presidente superó a la de Cristina Kirchner. Se ha demostrado que es un error tomar a las encuestas como palabra santa, pero sirven como referencia. Las posiciones en el ránking dicen que si la balanza se inclina, lo haría para el que tiene menos imagen negativa.

Estas proyecciones tienen mucho peso en el mundo de la política. La centralidad de Cristina Kirchner, tan bien representada por la foto de su visita a la sede de la calle Matheu, ilustra el proceso confluyente que se está viviendo en el peronismo.