¿La campaña del miedo se inició, otra vez, con mentiras referidas a la historia nacional? La derecha gobernante, a través de algunos de sus voceros, como Hernán Lombardi, recordó a propósito de la decisión de CFK de anunciar la fórmula con Alberto Fernández como candidato a presidente, y ella como vice, que esto evoca un momento histórico como “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, de 1972, cuando, proscripto por la dictadura del general Alejandro Agustín Lanusse  el líder del peronismo debió enfrentar elecciones amañadas para poner fin a 18 años de proscripción del movimiento popular más importante del siglo XX. Lombardi dijo en un tuiter que esa ecuación –que se completó en mayo de 1973 cuando Héctor Cámpora ganó  las elecciones– “derivó en una tragedia”. El vocero tergiversa la historia. 1) Luego de 17 años de proscripción violenta del peronismo realizado por los militares, empresarios y dirigentes políticos del radicalismo –hoy sus herederos– integran partidariamente el gobierno de Cambiemos que intentó destruir el Estado de Bienestar, el país se había sumido en un largo ciclo de violencia y que la violencia había sido ocasionada por esa proscripción y reformas económicas y sociales regresivas 2) Que el gobierno militar dirigido por el general Lanusse, ante la incontrolable situación política, debió aceptar el regreso de Perón, previo condicionamiento, y prohibirle ser candidato 3) que ante esa situación, Perón debió elegir un candidato pero siempre tuvo la idea de que su regreso efectivo fuera el inicio de un proceso electoral que validara su gobierno, cosa que ocurrió en octubre de 1973, cuando asumió su tercera presidencia con el 63% de los votos, el más alto de la historia política argentina. Cámpora gobernó desde el 25 de mayo de 1973 y renunció luego del regreso de Perón en junio de 1973, que daba inicio a la campaña para su nuevo gobierno.  Las enormes presiones económicas nacionales e internacionales, en un marco similar al actual en cuanto a la incidencia de las corporaciones económicas financieras internacionales, que hoy también sostienen a Macri, que pujaban por el ingreso de la Argentina a una ola neoliberal, sostenida por Washington y que tomará la forma de Estados terroristas en casi todo el continente latinoamericano (con dictaduras en Paraguay, Brasil, Perú, Chile, Uruguay y Argentina) inició su marcha fatal a partir del 1º de julio de 1974 con la muerte de Perón. Por lo tanto, no es verdad lo que dijo Lombardi. La tragedia se precipitó no por la salida de Cámpora. Al contrario. Sino por la muerte de Perón.  Hoy, la presión de los EE.UU. y su apoyo abierto a Macri a través del FMI para las reformas económicas que han sumido en tres años a la Argentina a un pantano económico, a una deuda impagable, a una situación de pérdida de derechos laborales y sociales; la presión política de la ola de derecha del continente con armas más sofisticadas como la guerra judicial y el uso de servicios de inteligencia (procesos amañados e inventados contra los líderes populares), las enormes campañas mediáticas o guerra mediática contra esos gobiernos en tanto afectan intereses de las grandes corporaciones, fueron el menú elegido por Cambiemos para gobernar estos tres años. El último crujido fue la presión sobre la Corte Suprema de Justica para obligarla a retroceder en una causa vinculada al inicio del juicio a CFK sobre la obra pública. Parece necesario para la paz social que los dirigentes de Cambiemos no insistan con el menú del odio antiperonista, ahora camuflado contra el antikirchnerismo, ni con la mentira como herramienta publicitaria. La tragedia derivada, de la que habla Lombardi, se asemeja el actual cuadro de situación en cuanto a las políticas económicas y la persecución judicial y política contra los opositores, que lo emparienta con los vicios más dramáticos de la historia nacional.