Como pretendía Mauricio Macri al inicio de su gestión, la Argentina vuelve a ocupar primeras planas en “el mundo”. Sin embargo, no lo hace por ser un terreno confiable para las inversiones productivas, como prometía Cambiemos, sino como uno de los peores jugadores en un contexto internacional complejo. El último informe de la situación de la economía global de Naciones Unidas tiene muchas referencias a la Argentina y todas son negativas. Advierte que “el horizonte es altamente incierto” y lo atribuye en parte a “la falta de capacidad del Gobierno para domesticar a la inflación”. También subraya la tasa de interés “récord” del Banco Central.

El nuevo documento confirma que ya nada queda de aquel escenario de entusiasmo en el mundo de las finanzas y entre grandes corporaciones por las medidas económicas liberales que dieron marcha al gobierno de Macri. El momento actual es de incredulidad por la sensación de que la economía nacional se vuelve a acercar “al abismo”, como definió hace un mes el periódico español El País. Macri, los inversores del exterior y los analistas financieros atribuyen la crisis a la “herencia”, al contexto global y en una de esas a alguna incapacidad de gestión, aunque sin cuestionar la dirección neoliberal del programa aplicado.

Las estimaciones de la ONU marcan que el PIB argentino tuvo el año pasado una caída del 2,8 por ciento y que este año la baja será del 1,8 por ciento. En ambos casos, se trata del único resultado negativo en los países de la región con la excepción de Venezuela. Entre los países limítrofes, Uruguay creció 1,9 y se prevé un 1,5 para este año; Paraguay, 4,5 y 4,7 por ciento; Brasil, 1,4 y 2,1; Bolivia, 4,3 y 4,4, y Chile, 3,9 y 3,3 por ciento.

Pero el mal desempeño relativo de la Argentina no se limita a la región sino que sobresalió a nivel global. El informe advierte que a lo largo del 2018 el deterioro del valor del peso fue el más pronunciado entre las economías con peso propio de todo el mundo. Mientras la moneda local perdió algo más de la mitad de su poder de compra en dólares, la lira turca lo hizo por arriba del 30 por ciento. Entre el 13 y el 10 por ciento de depreciación de la moneda se quedaron la India, Brasil, Rusia, Indonesia y Sudáfrica. Mejor les fue a Filipinas, Chile, China, Corea del Sur, Taiwan y México. Naciones Unidas señala que el grado de deterioro cambiario de Argentina y de Turquía “se debe a factores domésticos” y advierte sobre el efecto contagio del caso turco, por la exposición de bancos europeos y principalmente españoles a deudores de ese país. También hay una mención a las turbulencias financieras en Brasil, Indonesia y Sudáfrica.

Efectivamente, el Gobierno tiene razón cuando marca que el año pasado se verificó un contexto económico adverso. La ONU señala que además de Argentina, India, Indonesia y México tuvieron que elevar las tasas de interés y que junto al caso local, Barbados, Pakistán y Sri Lanka debieron acudir a la ayuda financiera del FMI. Sin embargo, la Argentina se destaca porque atravesó particularmente mal la tormenta, tanto es así que con su desempeño contribuyó a la profundización de los desequilibrios.

“El déficit fiscal y de cuenta corriente, combinados con la falta de capacidad del Gobierno para domesticar a la inflación, motivó un aumento del pesimismo acerca del futuro de la economía. Con la economía en recesión junto a severas medidas de austeridad fiscal, el horizonte es altamente incierto”, indica el informe. Resalta que en la región “el consumo de los hogares se desaceleró en 2018, en parte como reflejo del mercado laboral más débil y de un fuerte deterioro de la situación en Argentina”.

La ONU dice que “el giro económico recesivo en 2018 ha sido particularmente severo en Argentina” y agrega que “en su mayoría los países se mantuvieron en línea con los objetivos de inflación de sus bancos centrales, con las excepciones de Argentina y de Venezuela”. La inflación estimada por la ONU –de manera optimista– del 32 por ciento para este año en Argentina solamente es superada por Irán (34,9), ya que no hay datos para Venezuela.