La decisión del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, de anunciar que Alternativa Federal decidirá su candidato presidencial en las PASO junto a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto –incluso convocando a sumarse a un amplio combo compuesto por el socialismo, al GEN, a Daniel Scioli y a Marcelo Tinelli–, enfureció a Roberto Lavagna, quien comunicó su ruptura y confirmó que se presentará igual a través de su espacio Consenso 19. Lavagna dijo estar en contra de los “rejuntes” y deslizó la posibilidad de un acuerdo entre Schiaretti y el presidente Mauricio Macri. En definitiva, la jornada que debía poner a Alternativa Federal en competencia con la flamante fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner terminó por decidir la fractura del espacio, generando muchas dudas respecto a su futuro.

Los dichos de ayer de Lavagna recordaron el rumor que circuló durante la campaña para las elecciones en Córdoba. Un sector de la dirigencia cordobesa hablaba de un supuesto pacto Macri-Schiaretti por el cual el Presidente avalaba la división de Cambiemos en la provincia y el gobernador garantizaba que habría más de una opción peronista a nivel nacional. Suena inverosímil pero lo cierto es que, en una señal ambigua, lo primero que hizo Schiaretti al llegar el martes a Buenos Aires fue pasar por la Casa Rosada para dejarse fotografiar muy cariñosamente con su amigo de tantos años. Al salir no hizo declaraciones pero escribió en Twitter que Alternativa Federal llevaría candidatos propios a las elecciones y que esos candidatos surgirían de las PASO. 

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“Debe ser un espacio que trabaja con consenso, no con la mecánica de las internas de un pedacito de ese espacio”, replicó Lavagna en un entrevista el mismo martes a la noche, anticipando el choque de ayer (ver página 2). El ex ministro contó que incluso conversó entonces con Schiaretti y le expresó sus diferencias con los seis puntos que había llevado a la Rosada como respuesta al decálogo lanzado desde el Gobierno. Lavagna creía ya haber presentado la respuesta de Alternativa Federal a la propuesta. “Mi respuesta ponía el énfasis en el trabajo y en el desarrollo y la de Schiaretti en el ajuste”, recalcó anoche.

Fueron horas de llamados cruzados, marchas y contramarchas. Finalmente, la reunión se hizo en las oficinas de Massa en avenida Del Libertador sólo con los cuatro miembros originales de Alternativa. Lavagna contó que Schiaretti le había dicho que la reunión no se haría. Le mintió. La idea previa había sido también sumar a los gobernadores que estuvieron en el último encuentro del espacio, en diciembre pasado, pero el problema fue que la mayoría de esos mandatarios provinciales expresaron su respaldo a la decisión de Cristina Kirchner de dar un paso al costado y ceder la candidatura presidencial a Fernández. Justamente, ese fue uno de los motivos que apresuró la cumbre y la rodeó de tensión.

Durante la reunión pasaron por allí el gobernador socialista de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y la titular del GEN, Margarita Stolbizer, quienes apoyan la candidatura de Lavagna pero en Córdoba conformaron un frente con Schiaretti. Para evitar contratiempos, los cuatro alternativos saltearon la conferencia de prensa prometida y difundieron el encuentro a través de un video donde se los veía firmando un acuerdo para respetar la paridad de género en las listas del espacio, todo una originalidad dado que los que firmaban eran cuatro hombres.

Luego, Schiaretti, Massa y Urtubey difundieron su propio videito, en la línea de marcar la necesidad de dejar atrás la grieta y no volver al pasado. Y el cordobés sorprendió con la convocatoria a Scioli y a Tinelli, quien ya parecía haber archivado sus inquietudes políticas. Ambos recibieron muy bien la invitación. Scioli, otro lanzado a la presidencia, avisó que en los próximos días se reunirá con Schiaretti. “Es un honor”, dejó trascender Tinelli su respuesta. Uno de los puntos débiles del armado de Alternativa Federal es la ausencia de un candidato a gobernador de peso en la provincia de Buenos Aires. Algunos ven la popularidad del conductor televisivo como ideal para llenar ese espacio.

La aparición conjunta de sus compañeros de ruta, incluyendo a Pichetto que venía trabajando a su lado, indignó a Lavagna. Su reacción fue reconfirmar su candidatura por su espacio Consenso 19. “Tengo diferencias de fondo con Schiaretti”, admitió. Dejó trascender su rechazo a la idea de convocar a Scioli -”es hacer una ensalada”– y su enojo a lo que consideraba un intento de birlarle a dos aliados, en referencia a Lifschitz y Stolbizer. 

Lo que viene

Repitiendo su posición de los últimos días, Massa fue un poco más ambiguo al concluir la reunión de ayer. Si bien habló de la necesidad de formar “un nuevo gobierno de una nueva mayoría, sin volver atrás”, también lanzó la invitación “a una gran primaria de la oposición”. A diferencia de Schiaretti y Urtubey, no fue explícito respecto al kirchnerismo. El líder del Frente Renovador dialoga desde hace tiempo con Alberto Fernández y sus dirigentes bonaerenses le reclaman un acuerdo amplio, cuanto menos en la Provincia. En una entrevista, Fernández comentó que ayer temprano había hablado con Massa pero cuando lo consultaron, antes de irse del encuentro de Alternativa Federal, el líder del Frente Renovador optó por negarlo.

“Obviamente quisiera que Sergio se incorpore, lo he dicho muchas veces”, insistió temprano Alberto Fernández. “Creo que es el hombre que más se preparó, así que no hay ningún motivo para no tratar de sumarlo. Sólo puede aportar”, consideró el candidato presidencial, que abrió los brazos incluso para Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados del macrismo. “Siento que podría ayudarme a trabajar”, deslizó.  En verdad, Alberto Fernández cree que Massa es el único de Alternativa Federal que tiene votos propios y que si consigue atraerlo la elección de octubre estaría resuelta. Las encuestas difundidas en las últimas horas –hubo una la consultora Nueva Comunicación y otra de Circuitos- mostraron un panorama similar: muy buena aceptación para la flamante fórmula Fernández-Fernández que se mantiene la delantera, frente a un Macri a diez puntos y en declive, con Massa en el tercer lugar y Lavagna por debajo, sin despegar.

Así las cosas, probablemente sean quienes no participaron de la frenética jornada de ayer quienes resuelvan la situación, si el peronismo se presentará mayoritariamente unido o fraccionado en tres. Dedicados a sus propios procesos electorales, los gobernadores del peronismo no emitieron opinión pero ya se habían manifestado mayoritariamente satisfechos por el gesto de Cristina Kirchner de bajarse a la vicepresidencia. Si además éste es el sector que reúne la mayores posibilidades para derrotar al macrismo, entonces estarían dadas las condiciones para que les dieran su apoyo. Pero todavía queda un mes por delante y seguro que más jornadas agitadas.