Bienvenidos al club

Pablo Mehanna

Corriendo de costado a la General Paz, todavía fuera del tránsito endemoniado de la ciudad, Saavedra conserva las casas bajas y su aire de barrio. En una de sus calles apacibles se encuentra el Círculo Apolo Machain, una institución social con casi un siglo de vida que ha sufrido todos los avatares posibles, desde el éxito hasta estar muy cerca de cerrar. Hoy, por suerte, el club está bien vivo, ofreciendo actividades como clases de tango los lunes, milonga un sábado por mes, entre más opciones posibles. Uno de los puntos fuertes del lugar es su restaurante, dedicado a una comida sencilla pero bien preparada, con precios amable para bolsillos flacos, en un ambiente que poco cambiado en las últimas tres o cuatro décadas. Un pizarrón sobre la vereda anuncia parte del extenso menú y suma algún plato del día, junto a un par de mesas al aire libre que aún se pueden disfrutar los mediodías de otoño. En el interior, espera el enorme salón con barra en L y algunos posters de viejas glorias del tango.

La carta deambula por las clásicas minutas porteñas. Apenas se toma asiento aparecerán manteca, mignones crocantes y alguna cortesía de la casa, como un sabroso escabeche de pollo. Las milanesas salen en buena fritura ($160 con papas fritas bien crocantes), lo mismo el filet de merluza ($190 con guarnición). Para destacar, la entraña ($290) una porción generosa servida en el punto pedido, con un puré preparado con cariño. La carta incluye muchos más hits de la cocina de siempre: pastas, tortillas, lomo al champignon, suprema a la suiza, en una larga lista. De postre, infaltables panqueques con dulce de leche ($110 la porción de dos unidades), queso y dulce ($80) y helados. Para beber, gaseosas grandes, cerveza de litro y algún Selección López o Don Valentín a precios apenas superiores a los de un supermercado.

Frecuentado por vecinos y trabajadores en busca de un bocado para repostar al mediodía, el Círculo Apolo es una postal de barrio, donde apurar un almuerzo o cenar entre amigos, sin exigirle pretensiones. 

El Círculo Apolo Machain queda en Machain 3517. Teléfono: Teléfono: 4541-1652. Horario de atención: lunes a sábados de 12 a 15 y de 20 a 23.


Bodegón de esquina

Pablo Mehanna

En una ochava en Saraza y Del Barco Centenera se encuentra Baromero, uno de esos bodegones que supieron ser habituales en la parte sur de la ciudad porteña. Abierto desde las 7 de la mañana, allí se juntan habitués de toda la vida, mientras se charla de mesa a mesa. Ventiladores de pared, botellas de aperitivos de tiempos remotos en las estanterías y muchas imágenes de la farándula porteña engalanan las paredes. El piso de granito, marcado por el ir y venir de años, junto al sol que se cuela por los ventanales luego del mediodía completan el ambiente bucólico. En tiempos pasados, supo ser punto de reunión de cantantes y guitarras en la noche tanguera; hoy apenas abre hasta la hora del almuerzo, pero con una propuesta para aprovechar. Bajo la atenta mirada del dueño, siempre presente, salen de la cocina milanesas fritas a la perfección ($210 con guarnición), bifes de chorizo a punto ($350), empanadas, sorrentinos caseros, supremas. También hay sandwiches sencillos y directos, como el especial de crudo y queso a $190. Durante la semana Baromero recibe mayormente a trabajadores y vecinos del barrio; los sábados en cambio se junta allí un público más heterogéneo y con más tiempo, que viene en busca de los platos emblema de la casa: cornalitos fritos ($260), rabas a la provenzal ($320), chipirones y ranas (no siempre hay), además  de la tabla de frutos de mar que se prepara según la oferta disponible. También hay un merluzón con verduras grilladas ($270) y algunos arroces con mariscos. A la hora de los postres, si hay disponibilidad, lo mejor es ir por el budín de pan ($95), que llega a la mesa en una porción tan generosa como deliciosa. Para beber, el mostrador exhibe los precios de los vinos más económicos, mientras que una pequeña cava guarda algunas botellas un poco más selectas. También hay disponibles aperitivos a precios de oferta ($70 la medida de Campari, Fernet o Cinzano), ideales para acompañar una picada ($370 para dos, $550 para 4).

Una esquina de otro tiempo, Baromero resiste, a fuerza de buen servicio, rica comida y precios accesibles.

Baromero queda en Av. Del Barco Centenera 1698. Teléfono: 4923-3491. Horario de atención: lunes a sábados de 7 a 17.


Caribe al paso

Pablo Mehanna

De la mano de una inmigración reciente e intensa, las arepas (elaboradas según recetas colombianas o venezolanas) ya forman parte del panorama de la comida rápida disponible en la ciudad. A la larga lista de lugares dedicados a esta especialidad caribeña, ahora se suma Nubes, pequeño emprendimiento con apenas cuatro meses de vida en el Microcentro porteño. El local es sencillo, con una barra para comer al paso y un par de mesas para un almuerzo más relajado, mientras que varios pizarrones en altura describen la oferta disponible. Una buena idea es arrancar con los clásicos tequeños (bastones de queso envueltos en masa hojaldrada), que salen en porciones de 5 o 10 unidades ($80/$150). También son sabrosos los pastelitos andinos ($30), una suerte de empanadilla de queso frita adictiva. Las arepas ($100), el plato fuerte de la casa, salen bien cargadas de carne mechada o pollo, aunque se extrañan la de reina pepiada y la de pabellón, dos rellenos indispensables de Venezuela, que prometen incorporar más adelante. Y para aquellos que prefieren los caminos más conocidos de la gastronomía local, todos los días hay un menú del día con ofertas como bondiola horneada o una milanesa napolitana por apenas $190 con bebida incluida, una ganga.

Nubes abre desde las 9:30, arrancando el día con desayunos de yogur casero, granola y frutas, tostados y -lo mejor- unos deliciosos panes alargados de masa similar al brioche, rellenos con jamón y queso crema. Para beber suma una buena selección de licuados ($100). El de guayaba es un viaje directo al trópico (lo ideal es pedirlo hecho con agua y poca azúcar), aunque el de maracuyá suele ser el que cosecha más fanáticos.

Sencillo, barato y contundente, Nubes logra ofrecer un almuerzo completo por un precio apenas superior al de un combo de comida chatarra. Así, poco a poco, se ha ido ganando el corazón de los muchos oficinistas que deambulan por el barrio.

Nubes queda en M. T. de Alvear 873. Teléfono: 2390-3969. Horario de atención: lunes a viernes de 9:30 a 21; sábados de 10 a 19.