Tiene 24 años, trabaja como diseñador gráfico y multimedia y vive en un departamento alquilado en Belgrano. Apasionado por el arte, es conocido como Dyhzy, su personaje drag queen con el que ganó prestigio en la escena local. A diferencia de su padre, no le gusta el fútbol ("sinceramente no sé ni qué es un córner") y, aunque le interesa la política, no tiene una militancia partidaria ni intenciones de dedicarse a eso. "Veo la política en todos los ámbitos del ser humano. Reclamar por un derecho propio o manifestarte por algo en lo que te vulneraron es también una forma de hacer política", asegura Estanislao, el hijo de Alberto Fernández , en exclusiva con Página/12.

Dice que comparte "una visión del mundo" con su papá, el ahora presidente de la Nación. "Puede ser tanto ideológica como artística", agrega. Disfruta de "estar juntos" y compartir tiempo con él. "Hablamos mucho de lo que nos está pasando a cada uno, aunque obviamente con su profesión está trabajando 24x7", cuenta el joven.

"Él me venía diciendo que tenía que juntarse conmigo para contarme algo, pero no esperaba que fuera esto. En mi mente, pensaba que se iba a casar o que iba a postularse a algo pero mucho más chico, no para presidente. Me tomó desprevenido", cuenta sobre la candidatura de su padre, que dio a conocer Cristina Fernández de Kirchner a través de un video en sus redes sociales y sacudió el tablero de la política argentina. Nadie lo vio venir. Estanislao, tampoco. "Fuimos a comer con él y Fabiola (Yañez, la pareja de Alberto Fernández) y me lo dijo apenas nos sentamos. Quedé medio en shock. Más allá de si esto me guste o no, realmente creo que si hay alguien que está capacitado para esto es él", dice orgulloso de la carrera política de su padre. "Nunca le diría que no lo haga. Es hacer algo que va más allá del bien personal, y eso me da orgullo y me pone feliz", sostiene.

"Él me venía diciendo que tenía que juntarse conmigo para contarme algo, pero no esperaba que fuera esto. Me tomó desprevenido".

Vivió la actividad política de su padre desde muy chico. Nació y se crio en ese ambiente, pero siempre la vio desde afuera. Está acostumbrado a que saluden a su papá en la calle, pero no a la exposición pública. Al menos, no por ser "el hijo de", sí por Dyhzy, su identidad drag queen, actividad a la que dedica gran parte de su tiempo libre y a la que define como la "interpretación de personajes a través de disfraces".

Cuenta que su papá lo acompañó en todas sus decisiones. "En ningún momento de mi vida me puso un límite en relación a lo que yo quiero hacer, siempre y cuando lo haga en serio. ¿Querés hacer teatro? Hacelo, pero no lo hagas dos meses y ya. Y nunca dejando mis obligaciones, que era estudiar durante la secundaria y después, cuando terminé, estudiar y trabajar a futuro. Pero nunca me puso una traba, siempre me bancó", dice aunque confiesa que su papá y su mamá comparten una obsesión: que se reciba. "Tiene que ver con 'qué va a ser el futuro de mi hijo cuando yo no esté'. Y lo digo textual porque siempre me lo dice así", comenta evocando la frase de su padre cada vez que surge el tema.

Estanislao empezó la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad de Palermo, pero tuvo que dejar de cursar hace unos años porque los horarios de la facultad no le coincidían con los del trabajo. "Al principio trabajaba medio turno y estaba bien, pero cuando empecé a trabajar full time y mi carrera solo empezó a darme horarios para cursar a la tarde, ya no podía hacerlo", cuenta. A pesar de no haber terminado la carrera, trabaja en una empresa de seguros haciendo diseños gráficos y multimedia. Y, para alegría del padre, promete que va a recibirse "lo más pronto posible". También hace colaboraciones en algunas revistas extranjeras como ilustrador.

A propósito de su trabajo, Estanislao desmiente trabajar como repartidor en la empresa Rappi, tal como aseguraban unas fotos que se viralizaron en la última semana. "Se ve que hicieron un post en Taringa que no sé si era en joda o no pero decía que 'El hijo de Alberto Fernández' y eran fotos mías de mujer y fotos de este otro chico que estaba con las cosas de Rappi, con la moto y con sus amigos tomando una birra. Y después algunos medios lo levantaron con el título 'La historia del hijo de Alberto Fernández: trabajó en Rappi y es drag queen'", explica.

Vivió la actividad política de su padre desde muy chico. Está acostumbrado a que saluden a su papá en la calle, pero no a la exposición pública.

El hijo del presidente está de novio hace más de tres años y hace siete meses convive con Natalia, maquilladora y tatuadora, y Galactus, la gata que adoptaron juntos. "Es como la versión nueva de Dylan, porque ahora estaban todos compartiendo fotos de Galactus también", dice en relación al perro de padre, con el Alberto comparte muchas fotos en las redes sociales y que tiene su propia cuenta de Instagram con más de siete mil seguidores. Incluso, hubo quienes bromearon con una supuesta enemistad entre Dylan y Balcarce, el perro de Mauricio Macri.

Fernández Luchetti fue desde jardín de infantes hasta el tercer año de la secundaria al colegio Nuestra Señora de Guadalupe, en Palermo, del que se fue "por diferencias ideológicas". Por eso, terminó sus estudios secundarios en el Colegio Logosófico González Pecotche, una escuela con enfoque humanístico. "Me cambié de escuela con una carga emocional tan grande que me hizo terminar haciendo cosplay y drag", recuerda.

Siempre buscó dedicarse a alguna disciplina artística. Hizo un taller de teatro en el colegio y también empezó kick boxing. "Pero como no iba mucha gente, suspendieron las clases. Como ya había pagado el gimnasio, empecé a ir a las clases de coreografía. Ahí aprendí a bailar y es algo que después explote en el drag", cuenta. También hizo dibujo y recuerda cómo su papá lo ayudó en ese camino. "Quería ponerme más serio, aprender a dibujar y todo lo que tenga que ver con anatomía y técnicas en dibujo. Mi papá me bancó en eso y buscamos un lugar para empezar a hacerlo", cuenta.

Curioso e inquieto, el hijo de Alberto Fernández cuenta que tiene "gustos simples para la comida" y que no le gusta nada el fútbol, aunque "por herencia es de Argentino Juniors", el equipo del que es fiel hincha su papá. "No soy fanático de ningún deporte. No veo fútbol ni siquiera en el Mundial. Me acuerdo que al último lo pasaron en mi trabajo y yo decía: 'che, tengo que entregar cosas mañana, ¿puedo volver a mi escritorio?'", ironiza. "Nunca vi la competitividad ni lo atractivo en los deportes. No practico ninguno, solo me entreno en el gimnasio", agrega.

En 2014, después de conocer el cosplay a través de quien era entonces su novia, decidió dedicarse a esa manifestación artística junto con el drag. Hoy se prepara para un nuevo personaje: ser el hijo del presidente de la Nación.