La tarde no prometía mucho: nublada, ventosa, tirando a fresca. A una cuadra del Congreso, llamaba la atención el silencio. Muy poco tránsito, apenas algún colectivo... Un feriado en el que el fervor popular y los festejos brillaban por su ausencia. Pero a las 15.30 se habían dado cita los que apoyan al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra, de Cipolletti, recientemente condenado por haber interrumpido un aborto legal. 

Sobre Rivadavia, en la vereda del Congreso, la situación pasó a tornarse algo surrealista. Una veintena de personas con pañuelos celestes y alguna bandera argentina miraban con extrañeza a un grupo que escuchaba con atención al que les estaba hablando. Muchos orientales con cámaras de fotos y el guía de turismo explicando en inglés que se había juntado gente que se oponía a la legalización del aborto. Los japoneses sacaron prolijamente fotos al Congreso, a las estatuas y a los celestes. 

En apoyo de Rodríguez Lastra había poca gente, pero aguerrida y dispuesta a dar la pelea, con gran predominancia de señoras. Casi enseguida cruzaron a la plaza, donde había otros grupos celestes, algún simpatizante del partido Fuerza Federal (reconocen el liderazgo de Onganía y algunos llevan remeras con frases de Seineldín), una mesa de Valores para mi País. 

Un matrimonio de treintañeros viajó desde Brandsen: “Nosotros formamos parte de Familias Autoconvocadas. Venimos en reclamo de justicia, para rechazar lo que la justicia de Cipolletti hizo con Rodríguez Lastra”. 

Estela  mostró con orgullo su pechera celeste, con la leyenda “Si hay aborto no te voto”. Y luego explicó: “Sabemos lo que viene del Norte, del FMI. La ESI es lo mismo que la ideología de género. La pedofilia entró por ahí, y llegó a Francia y al resto de Europa. Yo estoy en contra del aborto, siempre”. Muy amablemente, cuando se le preguntó si también se opone en casos de violación, aseguró: “Mirá, hay anticonceptivos y pueden cuidarse. En las violaciones hay sólo un 10 por ciento de posibilidades de embarazarse. Yo lo daría en adopción, porque la persona no pidió ser gestada, y aunque tenga la genética paterna, no tiene por qué pagar las consecuencias de lo que hizo el padre”. 

Un enfoque distinto fue el de Marco: “El fallo contra Rodríguez Lastra es injusto, es perverso. Porque el aborto es ilegal en la Argentina, siempre”, pese a que desde 1921 el Código Civil garantiza en el país el aborto por causales.

Mientras un grupo empieza a rezar, en ronda, pasando las cuentas del rosario, se arma un corro alrededor de un señor que lleva un guardapolvo blanco. Cuenta que es médico y presenta a las señoras con las que está. Una de ellas, también médica, de Mendoza, lleva la voz cantante: “Rodríguez Lastra no estaba ni siquiera inscripto como objetor de conciencia. Es un médico que se encuentra con una paciente que llega con un embarazo de 22 semanas, cuando la OMS dice que hay riesgo para la madre en caso de aborto. ¡Esa paciente iba de cabeza a un shock séptico! Rodríguez Lastra fue avalado por la dirección y el Ministerio de Salud de Río Negro, que no fueron ni procesados ni condenados. El problema es que esa diputada, Marta Milesi (la que presentó la denuncia que motivó el juicio), es una militante por la eutanasia y por la ideología de género. Entonces buscó un fiscal y un juez que tuvieran ideología”. Luego le dio un marco más general al tema: “El problema en la Patagonia es que desde el Partido Radical les dieron casas y otras facilidades a los obreros, desde FORJA. Es muy triste que el mismo partido tenga una militante por la muerte. Pero la cuesta abajo del Partido Radical viene desde la Reforma Universitaria. Es increíble que Milesi sea la defensora del niño y del adolescente de la provincia. Ese cargo es incompatible con su ideología”. 

Muchos de los presentes se sacan fotos y saludan con mucho afecto a una señora de abrigo granate que se presenta como Chinda Brandolino, médica clínica y legista. “Milito por las dos vidas porque juré salvar todas las vidas, igual que Rodríguez Lastra, que también hizo el juramento hipocrático. Somos fieles a nuestro juramento, así que fue un fallo político”, dice. Y ella también retoma la idea de que Estados Unidos está detrás de la legalización del aborto: “El problema real es la deuda. La presidenta del FMI impone ideología de género, impone control de la natalidad. Macri les dio 7 millones de dólares a los grupos verdes de Chubut, para que impulsen el aborto. Es lo que pasa en la India, en Bangladesh, que hay esterilizaciones masivas y no consentidas”. Después vuelve al caso específico de Rodríguez Lastra: “La sentencia dice específicamente ‘matar al feto está por encima de toda consideración ética’. Hay una cruzada personal de Milesi. En el hospital, ella le dijo a Rodríguez Lastra: ‘Yo a vos te voy a hacer mierda’. Nos obligan a violar los juramentos, se asesina al más débil y se pone en riesgo la vida de la mujer con tal de hacer el aborto”. Y detalla el diferente tratamiento que tuvo la doctora Estrella Perramón, que en Esquel hizo un aborto con misoprostol, la mujer murió y ella fue sobreseída. Poco después llegó a la plaza el médico condenado, la militante prodictadura Cecilia Pando y otros representantes de la derecha en diversos ámbitos.