El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, defendió la causa en la que investiga la red de espionaje político, judicial, empresarial y económico. “Por más que me quieran vincular con un sector u otro, yo me tengo que atener a las pruebas. Pocas veces se ha encontrado tanta prueba en un expediente en que se investiga el espionaje”, aseguró el juez, quien además sostuvo que el fiscal rebelde Carlos Stornelli “no es el eje de la investigación” y que su expediente “poco tiene que ver” con la causa de las fotocopias de los cuadernos.

Las afirmaciones del juez federal se produjeron ayer, luego de que el fiscal Stornelli ratificara que no asistirá a declarar el próximo viernes (luego de ser citado por quinta vez) y decidiera ampliar una denuncia realizada en base a escuchas ilegales a presos en el penal de Ezeiza. La decisión del fiscal surge a raíz de la difusión este fin de semana en programas de televisión afines al gobierno nacional de presuntas conversaciones entre Eduardo Valdés, Juan Pablo Schiavi, Roberto Baratta y Carlos Zelkovicz, a quienes les atribuye un complot en su contra. El argumento del fiscal pasa por alto el hecho de que las supuestas conversaciones se produjeron diez días después de concretada la extorsión al empresario Pedro Etchebest, con la participación del propio Stornelli y el falso abogado Marcelo D’Alessio.

“Hay un caso puntual que atrae la opinión pública en general que es el de un fiscal federal de Capital Federal, pero que sin lugar a dudas no es el eje de la investigación”, afirmó Ramos Padilla respecto de Stornelli. En ese contexto, evitó pronunciarse sobre la decisión del fiscal de no asistir a declarar el viernes. “Prefiero no hablar sobre la situación de un imputado en particular y su estrategia. No lo puedo juzgar en ese sentido. Lo que sí puedo decir, porque está en el expediente, es que la causa va mucho más allá” de la figura del fiscal federal, manifestó y destacó que “lo que se busca es encontrar la verdad”.

Ramos Padilla remarcó: “Me gustaría aclarar que estamos investigando una asociación ilícita, una banda dedicada al espionaje ilegal, que tenía actividades en todo el país y el extranjero. Hacía espionaje político, judicial, empresarial y económico. Esta causa poco tiene que ver con la causa cuadernos. Tampoco tiene nada que ver con la causa de Los Monos”, sostuvo el juez.