Cascos rojos, todo tipo de prendas relacionadas con el automovilismo, Lewis Hamilton y miles de admiradores: Austria y la Fórmula 1 dijeron adiós ayer al triple campeón del mundo Niki Lauda, fallecido el 20 de mayo con 70 años, en un homenaje nacional.

La catedral San Esteban de Viena no pudo recibir en su interior a las miles de personas que se agolparon alrededor del edificio religioso, desde el inicio de la jornada, para rendir tributo a Lauda, uno de los iconos del deporte mundial.

Tras una mañana en la que parte del público pudo acceder al féretro del piloto, en el que se colocó su casco rojo, una misa de homenaje recordó al “Fénix”, uno de los mejores palmarés de la F1 y que se salvó milagrosamente de un terrible accidente en 1976.

“Amábamos y admirábamos a Niki, admirábamos su coraje, su fuerza, su amor”, afirmó el actor hollywoodense de origen austríaco Arnold Schwarzenegger ante unos centenares de invitados de honor.

Las personalidades del deporte eran muchas, entre ellas los expilotos franceses Alain Prost y Jean Alesi, o el brasileño Nelson Piquet, y el actual campeón del mundo Lewis Hamilton, al que Niki Lauda hizo ir a Mercedes, donde el británico ha conquistado cuatro de sus cinco títulos.

Tras retirarse como piloto en los años ochenta y reconvertirse en hombre de negocios, Niki Lauda, con su eterna gorra roja, quedó como una referencia en la Fórmula 1, respetado y escuchado, y era hasta su muerte presidente no ejecutivo del equipo Mercedes.

Alrededor de Hamilton, todas las generaciones de la F1 estuvieron presentes, entre ellos el actual patrón de la escudería Mercedes, Toto Wolff, y los expilotos Nico Rosberg, Gerhard Berger, David Coulthard y el expresidente de Ferrari Luca Di Montezemolo.

En la multitud de personas anónimas, bajo una fuerte lluvia, muchas gorras rojas y banderas de Ferrari, escudería con la que Lauda había ganado sus dos primeros títulos.

La leyenda de la Fórmula 1 será enterrado en una ceremonia íntima en un lugar que se mantendrá en secreto, anunció la familia. La ciudad de Viena propuso que el piloto, que sobrevivió a un grave accidente en el circuito de Nürburgring en 1976, fuese enterrado en el principal cementerio de la capital, donde reposan los restos de otros austriacos ilustres como Franz Schubert y Johann Strauss.

Lauda falleció el 20 de mayo en el Hospital Universitario de Zurich (Suiza), nueve meses después de haber recibido un trasplante de pulmón, del que se había recuperado con dificultades.