Los militantes de la formación de izquierdas española, Podemos, dirimen hoy con su voto si quieren mantener como instrumento la presión que supone la movilización en las calles o si optan por dar más peso a la labor del partido en las instituciones. 

El líder del partido, Pablo Iglesias y su lugarteniente, Iñigo Errejón, representan respectivamente ambas posiciones sobre las que hasta ayer podían pronunciarse los 450.000 inscriptos en ese partido de izquierdas que cuando fue creado, en 2014, quiso hacer suyas las reivindicaciones de los “indignados” españoles que pedían la regeneración de la vida pública. En la actualidad Podemos es el tercer partido en el Congreso de los Diputados, tras el gobernante PP (centroderecha) y los socialistas (PSOE), pero las encuestas ya le sitúan en segundo lugar tras los conservadores. 

A pesar de esa situación, notable para un partido tan joven, Podemos llegó a su segundo Congreso, este fin de semana, con una profunda división por las dos líneas que defienden Iglesias y Errejón. Los gritos de “unidad, unidad” con los que ambos fueron ayer recibidos por los asistentes al congreso denotan la preocupación por el riesgo de un cisma, porque las semanas previas estuvieron marcadas por duros ataques entre ambos bandos. 

En esta oportunidad, se votaron los cuatro documentos que marcarán la línea política de Podemos, a los 62 integrantes del órgano directivo (Consejo Ciudadano) y al secretario general. Para este puesto no hay dudas, ya que Iglesias sólo tiene como rival a un poco conocido militante de Andalucía, por lo que el líder será reelegido. Pero él, ante el desafío de Errejón en sus documentos políticos, lanzó un “todo o nada”, de modo que si sus propuestas no son respaldadas rechazará la secretaría general, lo que ahondaría la crisis. 

En su intervención ante la asamblea ayer, Iglesias advirtió contra el “ensimismamiento y la división”, que a su juicio sólo benefician a sus rivales, a los que identifica con el PP y el PSOE. “Nadie dijo que fuera fácil, aquí seguimos dispuestos a ganar frente al mal gobierno. No se fíen señores del PP (Partido Popular), los vientos de cambio van a seguir soplando”, dijo Iglesias en el arranque de la asamblea. “Hemos cometido muchos errores, pero esta asamblea tiene que ser un ejemplo de unidad, fraternidad e inteligencia”, proclamó el secretario general de Podemos. 

Por su parte, Errejón ha venido restando importancia a la amenaza de Iglesias de abandonar el cargo si pierde su propuesta política y ayer volvió a poner énfasis en la importancia del trabajo en las instituciones. “El PP ha dicho que aquí nos estamos matando pero nosotros en Vistalegre nos estamos encontrando”, afirmó Errejón, para después llamar a la unidad entre “los que levantan el puño (en referencia a los partidarios de Iglesias) y los que hacen la ‘V? de victoria (por sus afines)”. Acto seguido, el secretario político de la fuerza de izquierda argumentó que las tareas fundamentales de Podemos ya no son colarse en las instituciones, patear el tablero o dar miedo a los poderosos, sino ofrecer un horizonte al país. “A la ofensiva de los de arriba, su desvergüenza, no se le opone la unidad de lo que comparten etiquetas, sino de la gente sencilla y trabajadora”, señaló. 

Aunque ayer estuvieron más suaves, Iglesias y Errejón llevan días con un fuerte intercambio de críticas, hasta el punto de que el líder se lamentó haber dejado que su lugarteniente acumulara tanto poder, mientras éste aseguró que si triunfa la línea política de Iglesias el PP tendrá garantizados muchos años en el gobierno de España. 

En Podemos hay un tercer sector, minoritario, conocido como los anticapitalistas, capitaneado por el eurodiputado Miguel Urbán, que puede tener un papel importante, ya que defienden el liderazgo de Iglesias pero comparte algunos postulados con los partidarios de Errejón, como restarle competencias para hacer una dirección más colegiada. “Aquí en Vistalegre no hay enemigos, nosotros somos compañeros, nuestros enemigos están fuera y son los poderosos”, dijo Urbán ante las bases del partido. 

Tras revolucionar el mapa político de España, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país con cinco millones de votos, Podemos se encuentra en un momento crítico que refleja no sólo una lucha de poder en la cúpula partidaria sino también concepciones ideológicas diferentes respecto a la estrategia a seguir frente al gobierno en minoría del conservador Mariano Rajoy. Iglesias es partidario de reforzar el discurso de izquierda confrontativo y agresivo con los partidos tradicionales, mientras Errejón aboga por un Podemos más transversal, capaz de tejer alianzas parlamentarias y que genere confianza y seguridad a los ciudadanos, para ampliar la base de apoyo. 

El resultado de las votaciones se conocerá hoy a primera hora de la tarde, después del plazo de varios días concedido a los militantes para que voten de manera telemática.