Algo está cambiando en la dinámica de los mercados bursátiles mundiales y muchos financistas no se han dado por enterados, desatención que está afectando las carteras de inversión de sus clientes. Y ese cambio no es reciente sino que ahora se contempla con nitidez que los corredores no pueden manifestar ignorancia, a menos que quieran seguir engañándose y engañando a quienes deciden apostar en el paño bursátil. Contra el pensamiento dominante en la city de los últimos años, los mercados denominados maduros (los de Estados Unidos y de Europa) tuvieron y siguen teniendo un recorrido sustancialmente más positivo que las exageradamente publicitadas plazas emergentes, entre ellas la argentina.
No hay mucho margen a la polémica con aquellos que todavía sostienen que los mercados emergentes tienen, por ser precisamente una plaza que está en desarrollo, un potencial de crecimiento superior. Vale observar solamente la evolución de las cotizaciones en unos y en otros mercados para acabar con la discusión. En los últimos cinco años -tomando el período abril 93/abril 98- la Bolsa de Estados Unidos arrojó un impresionante rendimiento promedio anual del 21,5 por ciento, contra movimientos del 12 por ciento en la Argentina, del 9 en Chile y del 2,4 en México en igual lapso.
Este sorprendente comportamiento fue brillantemente abordado en el último informe del departamento de investigaciones del BBV Banco Francés, dirigido por el economista Ernesto Gaba. En ese trabajo se intentan tres aproximaciones para explicar ese resultado contrario al paradigma que se había instalado en la city:
1Las economías maduras en la última década atravesaron por un salto de productividad proveniente de un mejor desempeño macroeconómico; de una reestructuración de grandes firmas; y de un rápido aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
2 La globalización y las reformas en países emergentes, con privatizaciones y alentando el ingreso de inversiones externas, produjeron una notable expansión de firmas multinacionales en esas economías. Es decir, cuando aparece una oportunidad de actividad económica de alto retorno en un país emergente es capturada por una multinacional que cotiza en un país desarrollado, lo cual ha dado un nuevo impulso de ganancias a grandes empresas que se consideraban maduras.
3 La presencia de mercados comunes para el comercio entre países, siendo el estadio más avanzado la Unión Europea con el lanzamiento del Euro como moneda común para once países, produce presiones adicionales para que los países integrantes y sus firmas mejoren su desempeño económico, originando mayores ganancias.
Resulta interesante ese análisis no sólo para los inversores que transitan el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento, sino para todos aquellos que buscan entender la dinámica del actual proceso económico. En resumen, los países desarrollados mejoran su desempeño en parte al aprovechar el potencial de las economías emergentes que se han abierto y reestructurado. Por caso, en los últimos doce meses, con crisis asiática de por medio, la Bolsa de España aumentó 62,4 por ciento; la de Alemania, 47,0; la de Inglaterra 29,9; y la de Estados Unidos 29,3 por ciento. En tanto, la de Santiago de Chile bajó 20,4 por ciento y la de Buenos Aires, 3,3; mientras que la de Brasil tuvo un avance de 8,8 por ciento y la de México, que se destacó sobre el resto, subió 27,1. Como se observa, todos los mercados más importantes de Latinoamérica tuvieron resultados menores que los registrados en plazas consideradas maduras.
Ante ese escenario, muchos financistas pueden pensar que las acciones de plazas emergentes están atrasadas ante el avance de las de los mercados desarrollados y, por lo tanto, llegó el momento de apostar fuerte en el recinto local. Pero ese proceso de globalización y trasnacionalización que transfiere rentas de las economías en desarrollo hacia las maduras no está próximo a agotarse. Prueba de que el final de esta etapa está lejos de concluir se advierte al observar la evolución de las ganancias de lasprincipales empresas de Estados Unidos. Las 500 firmas que cotizan en Wall Street agrupadas en el índice S&P aumentaron sus utilidades un 33 por ciento en los últimos tres años y se estima que crecerán 15,5 por ciento en 1999, variaciones que superan con amplitud el crecimiento de las ganancias de las empresas reunidas en el índice de acciones líderes MerVal.