Por Alfredo Zaiat

A pocos días del final del peor año bursátil de mucho tiempo, los financistas esperan con más temores que ilusiones el comienzo de 1999. No es para menos. Los papeles están en un viaje de ida y vuelta que altera los nervios de hasta el más fuerte. Pero en esa travesía los más astutos y los más prudentes son los que pueden seguir jugando. Detrás de esa vorágine de subas y bajas abruptas unos pocos analistas han empezado a evaluar las perspectivas del mercado a un plazo más extenso que 24 horas. Durante la última semana uno de los gurúes más importantes del mundo estuvo dando vueltas por Buenos Aires visitando empresas y a los brokers más relevantes de la plaza. Mark Mobius, el hombre que maneja Templeton, uno de los fondos de inversión más grande de la aldea financiera global, sorprendió a sus interlocutores. No les planteó un horizonte de incertidumbre y confusión para los mercados latinoamericanos, como muchos esperaban. Todo lo contrario. Aseguró ante desconcertados financistas que en estos momentos se presenta una oportunidad única para ganar dinero. Mobius aconsejó comprar acciones de la región asegurando que están baratas. Utilizó una palabra más impactante: “son una ganga”, dijo. Quienes lo escucharon no se fueron muy convencidos pero respetan sus pronósticos por sus antecedentes de ser el rey de los mercados emergentes. Pero desde el estallido de la crisis en julio de 1997 ha corrido tanta sangre por los recintos que ya nadie firma un cheque en blanco. Varios de los más importantes gurúes han perdido credibilidad a partir de recomendar una cosa mientras su firma hacía otra. La típica estrategia bursátil caza bobos. Esa operación de distracción es muy sencilla: sociedades de bolsa muy respetadas emiten informes aconsejando determinada empresa, destacando su potencialidad de crecimiento y su retraso relativo de su cotización con respecto a otras compañías, para alentar la compra de esos papeles. Luego de entusiasmar a otros inversores, esa misma sociedad de bolsa comienza la liquidación de su tenencia de acciones de esa empresa recomendada.
Por lo pronto, los financistas están a la expectativa de lo que hará la Reserva Federal (banca central estadounidense) pasado mañana. El Comité de Mercado Abierto se reunirá para decidir si baja o mantiene en 4,75 por ciento la tasa de interés de corto plazo. La mayoría piensa que no habrá un nuevo retoque luego de los tres aplicados en apenas siete semanas. Aunque no se descarta que Alan Greenspan, titular de la FED, vuelva a sorprender con otro ajuste bajista como regalo de Navidad para Wall Street. Los corredores, además, están haciendo cuentas del dinero adicional que recibirán las AFJP en estos días para destinarlo a acciones. Percibirán unos 40 millones de pesos por el rescate de los papeles de Disco y unos 60 por el aporte de los aguinaldos. Si esos fondos son utilizados para comprar acciones, la Bolsa tendrá un buen comienzo de año.