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Sus dos abuelos militaron, uno en la izquierda y el otro en el peronismo. El padre y la madre estuvieron en el Partido Comunista. La cuestión es que cuando él tenía 11 años leía el diario entero. Y no por obligación, le interesaba de verdad. El centro de estudiantes de un colegio de Flores, entonces, era un paso obvio. Definitivamente, a Mariano Molina la política le corría por la sangre. Por eso tampoco llamó la atención que comenzara a participar de las actividades que organiza el organismo Chau Bloqueo para ayudar a Cuba.
A pesar de sus genes, en la Facultad de Ciencias Sociales no tenía pensado tener ningún tipo de actividad. “Se suelen discutir cosas muy abstractas”, se queja. Pero casi de casualidad empezó a trabajar en El Mate, agrupación que llamó la atención el año pasado cuando conquistó 1800 votos para las elecciones del Consejo Directivo. Y que viene realizando la famosa Cátedra del Che Guevara. La intención, cuenta Mariano, es “desmitificar al Che, porque no fue un mesías que bajó del cielo e hizo la revolución” , y, por supuesto, estudiarlo. El éxito de la propuesta hizo que en muchas facultades del país se esté llevando a cabo la misma experiencia, y que en Sociología de la UBA se la considere una materia optativa.
“Nosotros no vamos a generar una alternativa en la Argentina, eso lo tenemos claro, pero vamos a trabajar con otra gente, buscando puntos de acuerdo, no de diferencia”, dice este hincha de Boca que no deja pasar un jueves sin acompañar a las Madres de Plaza de Mayo en su ronda. Ahí también da una mano en cuanta cosa se necesite. “Creo que se necesita algo de organización porque si no vamos a los recitales y puteamos, vamos a la cancha y puteamos, estamos en la calle y nos peleamos con la cana... Pero estamos lejos de construir algo” , afirma. Claro que los tiempos han cambiado. A los 24 años, Mariano piensa que antes “era impensable ser militante y que te gusten los Stones e ir a la cancha” .
Hay un pensamiento, además, que tiene guardado desde hace rato y viene al caso: “Creo que mi abuelo siempre pensó y nunca me dijo: este pibe habla del Che y de las Madres pero usa arito y escucha rock, había algo que no le cerraba”. Sin embargo, está seguro que el objetivo final es hoy el mismo que ayer: luchar contra las injusticias, porque “la realidad te pone loco” . Y está claro que los políticos no hacen demasiado para cambiarla. “Está visto que quieren un cambio en su vida personal, no quieren cambiar las cosas. La mayoría vive bien y no viaja en colectivo” , concluye. Como consecuencia, la indiferencia o el escepticismo suelen ser moneda corriente. “La gente no descree de lo que vos pensás, sino que duda que vos vayas a hacer eso” , admite.
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