Por Carlos Stroker
Fernando De
la Rúa deberá resolver en los próximos días quién será el responsable de la
Secretaría de Deportes de la Nación, si es que sigue funcionando como tal, ya que entre
sus proyectos no se descarta crear un nuevo Ministerio del Deporte. En las reuniones entre
el radicalismo y el Frepaso que desembocaron en la formación de la Alianza, el área
deportiva no ocupó demasiado tiempo. Recién en las semanas previas a la elección de
ayer algunos hombres del Frepaso intentaron mostrarse y forzar el debate interno. En los
planes de De la Rúa no figura la conversión de los clubes en sociedades anónimas, pero
propondrá un paquete de leyes específicas para el sector, tratará de asegurar aportes
privados para las actividades amateurs y, a largo plazo, no descarta insistir con la
candidatura olímpica de Buenos Aires.Ricardo Nosiglia es el actual director de Deportes
de la comuna porteñay principal candidato a ser secretario del área en el nuevo gobierno
de la Alianza. Rodolfo OReilly, Santiago Leyden y Hugo Masci tienen posibilidades
menores, y en una tercera línea está Raúl Gámez, presidente de Vélez, aunque en su
caso el radicalismo lo prefiere como su hombre en la AFA, al lado del eterno
Julio Grondona.No hay que ser adivino para saber que De la Rúa intentará una
administración sin despilfarros y el área del deporte no estará ajena a esa política.
Tampoco es nuevo que lo que no abunda es dinero y en ese marco buscará recursos genuinos
y originales, aunque no sabe aún de qué modo instrumentarlo. El futuro presidente electo
tiene buena relación con Nosiglia, quien estuvo durante 10 años al mando del área
deportiva de la UBA y desde allí saltó a la secretaría de la ciudad, desde donde lanzó
el programa Buenos Aires en zapatillas, del cual De la Rúa habló maravillas.
Hace poco Nosiglia junto a Marcelo Tinelli logró arrebatarle a Adidas el Maratón de la
Ciudad y aparece como el preferido del nuevo presidente. Sin embargo, algunos frepasistas
están disconformes con la designación de Nosiglia. No le apuntan a su actual gestión en
Buenos Aires, sino a la portación de apellido, ya que es hermano de Enrique,
el Coti. Rodolfo OReilly fue el primer secretario de Deportes cuando Raúl Alfonsín
asumió la presidencia en 1983. El ex Puma desea volver, pero tiene algunas contras dentro
del propio partido. No es el único, ya que Santiago Leyden ex presidente de Ferro
en la época de gloria (los 80) del club de Caballito es bien recordado por aquellos
funcionarios que trataron con él cuando estuvo en la Subsecretaría de Deportes. Pero en
ese tiempo fue el número 2 del secretario Osvaldo Otero, hoy prófugo de la Justicia e
imputado por la administración y quiebra fraudulenta de Racing. Como a Nosiglia le bajan
el pulgar los que sospechan por su parentesco con Coti, a Leyden le cargan el sambenito de
haber sido el colaborador directo de Otero.También se escucha el nombre de Hugo Masci, ex
presidente de Atlanta y actual titular del Club de Amigos. Masci tiene buena relación con
Chacho Alvarez suele jugar al fútbol en el Club de Amigos y con Graciela
Fernández Meijide entusiasta tenista en Amigos. Masci podría llegar a ocupar
ese puesto o, en una negociación más amplia, ser miembro de alguno de los equipos de
colaboradores de Alvarez.Nosiglia tiene un grupo de trabajo de unas 45 personas que el
último año elaboró un plan con una serie de medidas para trasladar al Congreso y que,
de aprobarse, aumentaría el presupuesto anual del área. Hugo Porta, que se despide del
cargo, había solicitado 130 millones para el último ejercicio pero desde Economía sólo
le giraron 25. Si Nosiglia es el que sucede a Porta, impulsará la Ley de Financiamiento
del Deporte, que no es otra cosa que una mejora a la norma creada por el justicialista
Daniel Scioli. La base es la recaudación producida de un porcentaje correspondiente a un
nuevo sistema sobre apuestas en los partidos de fútbol, similar a la queexiste en
Inglaterra. El equipo de Nosiglia calcula que el área obtendría 100 millones de dólares
anuales.Otros puntos son la creación de las Competencias Intercolegiales algo
similar a los Juegos Bonaerenses del duhaldismo, aunque de alcance nacional y lograr
que el Ministerio de Educación incorpore como materia la Educación Física y Deportiva.
Aún no está definido cómo se manejará el nuevo gobierno con el tema de las becas que
hoy se les otorgan a los deportistas de elite y alto rendimiento. Aunque finalmente
Nosiglia no reciba la bendición presidencial y el cargo sea para OReilly, Leyden o
Masci, el presidente electo tiene decidido enviar ese paquete de leyes al Congreso. De la
Rúa también proyecta cómo conseguir que las empresas vinculadas al deporte aporten
dinero, sobre todo para el amateurismo o los deportes menos populares. De la Rúa ya se
comprometió a no impulsar la privatización de los clubes. En una reunión realizada hace
tres semanas en la confitería The Horse, en Libertador y Cerviño, el entonces candidato
estuvo con Alfredo Davicce, Raúl Gámez y Alfredo Bravo, quien será el que
lleve el deporte en el bloque de diputados, donde garantizó que no apoyará
la transformación de los clubes. En esa reunión, De la Rúa pidió consejos y exigió
ayuda para ver de qué forma se puede recaudar más dinero para el deporte amateur. De la
Rúa desea que los dirigentes de los clubes de fútbol hablen con los empresarios
vinculados al deporte y los ablanden.
Los hombres de la Alianza en la AFA
Por C.S.
Si bien es cierto que Julio Grondona lleva en su cuerpo sangre radical, también es cierto
que en la Alianza no todos están conformes con su buena relación con el menemismo. No se
pondrán en contra a Grondona, pero intentarán que haga algunas cosas. En el grupo de
trabajo que llevó adelante los proyectos de ley que saldrán de la Secretaría de
Deportes -ver nota central surgió la idea de convocar a Grondona para que hable con
los empresarios televisivos. Se sabe que al fútbol, la televisión le deja mucho dinero,
y quieren que la televisión también aporte en el deporte amateur. Pero más allá de esa
idea que aún no está plasmada claramente, la intención de la Alianza es tener gente
fuerte en la AFA. Es por eso que Raúl Gámez podría seguir en Viamonte 1366 como hoy,
secretario de selecciones o, si gana su hombre en las elecciones de Vélez, como el
enviado del club a la entidad. También es factible que Alfredo Davicce ocupe el sillón
que tiene River en la AFA y que hoy es del presidente del club, David Pintado, aunque
también podría tenerlo el secretario general del club, José María Aguilar, un
militante radical. También le propondrán a Emilio Chebel, de buena relación con el
Frepaso de Lanús. La intención es tener presencia política en la AFA y equilibrar el
poderío de Grondona.
El sueño olímpico nunca se desvanece
Por C.S.
Se sabe que Fernando de la Rúa mantiene una buena relación con el presidente del Comité
Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch. A tal punto que fue invitado por el
español cuando se decidió la elección de los Juegos Olímpicos del 2004 en la que
Buenos Aires fue postulante. La idea de insistir en la candidatura porteña para ser sede
olímpica es un proyecto de De la Rúa pero mientras tanto en la Alianza sobre todo
en el radicalismo se busca la forma de tener mayor presencia en el Comité Olímpico
Argentino. Desde que se recuperó la democracia en 1983, las dos únicas instituciones que
no cambiaron de presidente fueron la AFA ver aparte y el Comité Olímpico,
que sigue liderado por el coronel Antonio Rodríguez, por eso creen que si llega a
aparecer algún problema, sea el propio De la Rúa quien se encargue de hablar con
Samaranch para resolverlo. Otra forma, difícil de instrumentar, es controlar
al COA tejiendo alianzas políticas con los presidentes de las federaciones. Cuando De la
Rúa fue consultado sosbre una eventual nueva candidatura porteña para ser sede
olímpica, el entonces candidato aseguró que volvería intentarlo pero que también se
necesitaban nuevas reglas en el COI. Propuso que el organismo definiera con antelación en
qué continente se harían los JUegos para que participen sólo las ciudades de ese
continente. Las razones son ecoómicas. Con criterio, De la Rúa piensa que si armar una
candidatura lleva millones de dólares no se puede invertir sumas millonarias cada cuatro
años sin tener siquiera la certeza de que la designación caería en la región.
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Sin milagros
Por Daniel Lagares
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