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Michael Stipe y Courtney Love, en la cupula

“Venderse es un mito que
reprimio a nuestra generacion”

Dos estrellas de este circo de variedades y entretenimiento llamado rock hablan de su situacion de privilegio, de lo peligroso y molesto que puede resultar estar ahi (arriba) y de como superarlo. Verdaderos iconos pop del fin de siglo, Michael y Courtney dieron esta entrevista conjunta al semanario ingles New Musical Express que el No reproduce en forma completa. De nada... 

Es la casa de Courtney, en las colinas de Hollywood. Ella y Michael Stipe discuten acerca de maquillaje. Courtney quiere saber si a Michael le sobró algo del rodaje de Velvet Goldmine. El le dice que tiene un lápiz labial que se puede llevar porque sus labios nunca se agrietan. Courtney y Michael tienen toda una historia. Tanta que incluso en los malos y pasados días de Hole, Courtney le dijo a un periodista que, cuando su marido Kurt Cobain todavía estaba vivo, ella había intentado que se acostara con Michael. Ahora están cenando juntos.

-Se dice que las estrellas se hacen amigas entre ellas porque sólo pueden confiar en otras estrellas.
Michael Stipe: Bueno, ¡los dos somos consentidos!
Courtney Love: No somos consentidos. Creo que ambos disfrutamos siendo famosos y somos buenos para eso y nos divierte. Nunca hablamos de esto, pero en ese documental obsceno y desagradable (Kurt & Courtney, de Nick Broomfield) hay una secuencia en la que un ex novio mío lee una lista que yo hice, una lista de cosas que quería hacer, ¿y sabés que la tarea número uno era hacerme amiga tuya? ¿No es genial?
MS: Me sentí honrado y maravillado. Estaba en San Francisco cuando lo estrenaron e iba a ir, solamente para joderlos, pero no pude ir y todavía no lo vi.
CL: Estaba pensando en eso el otro día y me dije ¿por qué no? ¿De quién otro me hubiera querido hacer amiga? Por supuesto que te puse en mi lista. Alguien me dijo que hay poesía en esa lista, pero es falso. Nunca escribiría una poesía tan ridícula. Pero me encantó que conocerte fuera lo número uno en mi lista.

-Alguna vez contaste que te echaron de bandas por ser fan de REM.
CL: Es verdad. En mi primera banda, que se llamaba Sugar babylon, con Kat Bjelland y Jennifer Finch, literalmente me dijeron que “te gusta demasiado REM. Querés ser como ellos”, porque estaba todo el día escuchando Reckoning. Y me echaron de Babes in Toyland y de Faith No More por el mismo motivo. Y todavía eso está ahí: la otra noche sobre el escenario no sabía que hacer y me puse a imitar a Michael...
MS: ¡No lo puedo creer!
CL: ¡Lo hice! Y después me subí a los monitores igual que vos...
MS: No, eso te lo copié yo... Poner una pierna sobre el monitor...
CL: ¿Sí? Eso ya está trillado. A lo mejor le agregaste algo.
MS: Sí, lo copié... Y le agregué un pene.
CL: No sabía qué hacer sin la guitarra así que me puse a imitar a Jagger y a Michael cuando hace como Elvis... Hay un lugar adonde ir cuando me siento perdida, y ese lugar es Michael. Michael es un gran modelo a imitar.
MS: Eso es de ambas partes. Para mí no tiene precio haber experimentado Nueva York y aprendido a atacar y confrontar cuando lo necesito: soy un sureño, que habla en voz baja y que es muy tímido. Y ser amigo de Courtney llevó a la cuestión neoyorquina un paso más adelante. Puedo usarlo cuando lo necesito. No me gusta, pero lo hago si lo necesito.

-¿Cuando se conocieron?
MS: Recuerdo que Hole tocó en Athens, Georgia en la época de su primer disco...
CL: Sí, y no nos invitaron a la casa de Peter Buck, que era la forma de ser aceptados. Igual, Michael vino al show.
MS: Estaba sentado comiendo en un restaurant y tres personas vinieron y se presentaron. Empezamos a hablar y me dijeron: “esta noche tocamos en el 40 Watt Club, vení si querés” y no lo pensé dos veces, porque me parecieron macanudos...
CL: ¡Y nos veíamos cool!
MS: Sí, toda la banda, cosa que es difícil de lograr en Athens, porque todo el mundo se ve cool. Es difícil para una banda tener un lookdiferente, y ellos eran bárbaros. Yo procedí a ponerme tremendamente borracho, no se por qué, no sé qué pasaba esa noche, pero yo me emborraché de verdad y a los tropezones llegué a 40 Watt y había... acá te voy a hacer un gran favor... había 15 personas en el lugar, que es como una caverna, enorme. Era un martes a la noche, los estudiantes estaban estudiando, nadie había escuchado hablar de esta banda antes. Y yo los vi y me volaron la cabeza. Creo que se lo dije alguien... Pero esa noche no pude hablar con vos, porque no saliste del backstage, te la pasaste hablando por teléfono con Kurt.
CL: ¿Eso fue en el ‘91? ¿La segunda vez en el 40 Watt?
MS: Sí, y yo sentí que estaba viendo a los Cramps en el ‘79. No había visto una banda así en mucho tiempo. Después estuvimos en Seattle haciendo un disco: Kris Novoselic y Shelley, su mujer, dieron una fiesta y...
CL: Kurt y yo fuimos.
MS: Llegaron muy, muy tarde y vos tenías unas flores y a Kurt le molestaban los lentes de contacto.
CL: ¿Sus lentes de contacto? Ah, sí, ya me acuerdo. Estaba tratando de tener ojos marrones. Atravesaba una fase rara en la que se había comprado lentes de contacto marrones porque no quería que lo reconocieran. No funcionaban.
MS: Bueno, esa fue la primera vez que realmente nos conocimos, pero no hablamos demasiado. Nos la pasamos en el sótano...
CL: ... Con el jukebox.


R.E.M. en su nueva versión de trío electro-acústico,
mirando a las chicas? de arriba.

La corte de Courtney, una formación
inestable pero contundente.

-¿Qué les gustó al uno del otro?
MS: Bueno, hay mucho para decir de eso, y si lo buscás, está en todas las entrevistas y debajo de la superficie. Creo que lo que ella tiene para ofrecer como icono pop al público es muy significativo. Es mucho más que lo que conseguís siendo un músico o un actor, no tiene comparación.
CL: Michael es realmente diplomático y aprendí eso de él. Mi boca es menos específica ahora, pienso acerca de las cosas un poco más. El me gritó una sola vez y fue bastante feo.

-¿Por qué?
CL: No lo voy a decir. Pero fui una bocona y no me servía a mí ni a nadie más, y no me daba cuenta de cuánto poder tenían mis palabras. Siempre voy a ser un poco bocona, porque se me ocurren nuevas explicaciones de la realidad cada seis días. Y por eso estaba enamorada de Peter Buck en 1985, porque lo vi hablando en un bar y pensé “quiero salir con él porque podríamos tener conversaciones bárbaras”. Pero no funcionó.
MS: Ustedes están al mismo nivel de inteligencia, eso es lo que pasa. Tienen eso en común. Ella es tan buena conversadora, tan clara, leyó mucho y está muy bien educada, es muy culta. Yo soy exactamente lo opuesto: no sé hablar, y no tengo una buena educación. Pero hay algo que compartimos que es raro. Realmente raro. Lo que compartimos es una increíble ambición y empuje. Y habiendo crecido en los ‘80, creíamos que esas cosas eran malas palabras. El empuje y la ambición vienen de otro lado.
CL: Suena muy grandilocuente y no me gusta decirlo públicamente, pero si no sintiera que estoy haciendo un servicio, sería solamente pop y yo no quiero eso.
MS: Digo esto una y otra vez -se lo escuché a Patti Smith-: la prueba está en el budín. Todo tiene que estar al servicio del trabajo. si el trabajo no está ahí, si no significa nada, entonces todo lo que hacemos, cada gesto, no sirve para nada.
CL: Y aunque estés triste porque algunos discos vendieron más que otros (palmea en la rodilla a Michael, refiriéndose a las decepcionantes ventas del último album de REM, Up) sabés que nunca hiciste concesiones y eso es muy reconfortante.
MS: Creo que el trabajo que hacemos trasciende los géneros. No puedo ser y no seré categorizado porque creo que lo que hacemos es muy bueno. Esto suena pomposo pero de verdad lo creo.
CL: Yo quisiera saber algo. Siempre tuve más fama que ventas, pero ahora estoy entrando en este mundo donde las ventas suben y es realmente duro, tengo que trabajar para eso. No es como era para vos al principio y no es como Bob Dylan ni como Eddie (Vedder) ni como Kurt. Tengo que ser una puta por un tiempo más. Así me siento. Y me estaba preguntando. Vos tuviste una etapa, después de Reckoning, donde se hicieron más grandes y mi amiga Leanne -que también tenía en su lista trabajar con Michael y lo logró, es ingeniera de sonido- me contó que había ido a un concierto en Long Beach y que vos estabas enojado porque el público ya no eran solamente tus amigos, nadie que conocieras. Y yo acabo de hacer un show en Connecticut, donde, por primera vez, no había solamente nenas de 15 años... había nenas de ¡8! y 9, 10 y 11 AÑOS. Y no es que ellas no me gusten, pero es que estaban estas nenitas hermosas y chiquitas con sus papás, en el fondo, y yo no sabía qué hacer con eso, cómo hacerme cargo de eso. Y quería hacerlo. Pero me pregunto cuál fue tu solución, o cómo te sentías con lo masivo, cómo saliste adelante
MS: Fue un asco, porque de alguna manera éramos como la banda de jukebox, la banda de sonido de Reagan y de toda esa gente que no era como nosotros, con la que no estábamos de acuerdo, que no se parecían a nosotros, nada que yo quería ver. Y me puse a llevarles la contraria: “los voy a joder, les voy a tirar con mierda, ¡con mierda que no quieren!”
CL: Sí, entiendo eso. Pero cómo lo hacés de una manera positiva, aceptándolos sin ser elitista. Definitivamente el elemento “¡váyanse a cagar!” está ahí, pero lo que te pregunto es qué pensás, cómo hacés.
MS: No entiendo la pregunta.
CL: Bueno. Yo sé cómo tener la cabeza clara y aceptar lo masivo para una película. Lo hice una vez y me fue bien con eso. Hay reglas y regulaciones. Estás vendiendo la película, es básico. Pero en música todo es más complejo y tiene que ver mucho más con lo que tengo para decir. Yo soy la directora, es mi banda y mis cosas. Entonces me siento más yo y me enojo con ellos y no quiero enojarme con ellos. No quiero odiar a esta gente. Quiero aceptarlos y me quiero sentir bien consiguiendo lo que quiero. Y quiero ser usada para el propósito para el que estoy acá. ¿Entendés?
MS: Sí. Pero no creo que haya una respuesta fácil para eso.
CL: Eddie Vedder te debe haber preguntado esto y sé que una de las razones por las que Kurt se te acercó era esto. Quiero decir, todos te buscamos por lo mismo.
MS: Y yo me siento en la picota porque no tengo una respuesta.
CL: Pero lo manejás con tanta elegancia. Sos como un santo y...
MS: ¿Sabés qué? No creo que lo haya manejado tan bien. Tenía 24 años y llevé las cosas muy lejos tratando de probar que no era el Chico Alegre Que Bailoteaba. Pero lo era, y me engañaba a mí mismo pensando que no. Dije un par de mierdas locas por ahí.
CL: Entonces hacés un pacto entre el Chico Alegre Que bailotea, que es una parte de vos, y ellos conocen esa parte tuya y piensan que es fantástica, y tu otra parte, digamos, ¿el Chico Enojado y Hecho Mierda?
MS: Esa es una pregunta difícil. No sé.
CL: Creo que es valioso para la gente que lea esto, porque tiene complejos enormes acerca de lo que es venderse. “Venderse” es un mito enorme que ha afectado a nuestra generación, al punto que nos reprime
MS: Desde que tengo 23 años tengo una grabación en la cabeza que dice: “nuestro proceso de trabajo es la negación. Sabemos todo lo que no queremos hacer y todo lo que queda son las opciones”. Y esos caminos, queen general fueron los más duros, fueron los caminos que tomamos. Pero eso nos llevó adonde estamos. Eso, y un montón de suerte.

-Ahora los dos están trabajando en cine, Courtney como actriz, Michael como productor. ¿Es porque sienten que el mundo del rock es demasiado inmaduro y rígido como para decir todo lo que quieren decir, o para concretar todo lo que quieren conseguir?
MS: El cine es un gran medio. Pero ninguno de nosotros está cansado de la música. En nuestro corazón siempre seremos fans de la música y siempre querremos hacer música que otros consideran buena.
CL: De la misma manera que con la música popular, con el cine podés cambiar cosas, podés alterar cosas, cambiar la cultura...
MS: No es que ninguno de nosotros lo haya conseguido todavía, pero eso está...
CL: ¡Sí! Estoy interesada en eso y lo admito. Este año, yo y una compañera vamos a empezar una compañía productora, no tanto para proyectos donde yo pueda actuar, sino basándome en lo que Michael hace, en lo que está haciendo Drew Barrymore, y Danny De Vito. Quiero decir, pretendo películas que sean fantásticas. Como esteta y como epicúrea en el buen sentido, quiero usar mi gusto, que he refinado y refinado, para afectar el medio. Quiero decir, las películas son sombras y luces en una pantalla y aún así pueden ser más efectivas y más refinadas que una buena canción pop. ¿Sabés lo que considero interesante? Las películas necesitan ser populistas. Pero cuando veo a estos chicos de Sundance -he estado conociendo a directores y guionistas, realmente jóvenes- tienen el mismo complejo punk de “venderse” que teníamos nosotros, sólo que en su medio es diez veces más ridículo. Dicen cosas como “no sé si quiero un distribuidor, eso me va a convertir en impuro”. Dios mío, ¡¡¡¡SUPERENLO!!!! Creo que fue el punk el que les enseñó ese complejo.
MS: Y cómo superarlo, que es algo con lo que vos y yo lidiamos.
CL: Bueno, los más inteligentes van a superarlo y mantener su integridad al mismo tiempo. Es tan excitante sentarse con alguien que hizo una película sin concesiones, pero al mismo tiempo popular... Para que la gente pueda verla.
MS: La gente como esa está cambiando las cosas desde adentro. No sos parte de la maquinaria, no te vendiste. Hiciste algunas concesiones que podés aceptar, con las que estás cómodo, sólo porque así podías ampliar tu audiencia. Y sólo si, al hacerlo, aumentaste la calidad, el valor de lo que hiciste. Eso es un gran logro.
CL: Desafortunadamente actuando tenés más riesgos. Hice un film llamado 200 Cigarretes, que no tengo idea si es malo o bueno. Escuché diferentes opiniones. Tengo control de calidad sobre mi música, y como productora voy a tener control de mis películas, pero como actriz no soy la dueña de mi arte. Lo tomo en serio y es profundo porque lo que sos y lo que llevás a la pantalla es importante, pero hay 12 personas más en una película. Yo no la corté ni la dirigí y no contraté a los diseñadores así que todo lo que no tiene que ver con la actuación está fuera de mi control. Cuando Michael le pone su firma a algo, él te puede asegurar que tiene calidad, la que él quiso que tenga, en todos los aspectos. Pero como actriz no puedo. Y no me gusta. La gente está diciendo últimamente que yo soy muy cuidadosa porque rechazo muchos proyectos. Automáticamente rechazo los papeles de junkie, porque ya hice demasiadas veces esa perfomance, muchas gracias. Pero las cosas que acepto, las acepto porque creo que puedo tener algo de control sobre la calidad, y que mi nombre no va a quedar pegado a una basura. Como celebridad, mi nombre queda pegado a mierdas todo el tiempo, pero lo hago a propósito. Hice la campaña de Versace y ¡ME DIVERTI! Pero no fue algo creativo. Lo creativo es completamente diferente y me lo tomo muy en serio.
MS: No tenés que pedir disculpas por nada. Está todo bien.
CL: Gracias, amor.

-¿Tienen ganas de trabajar juntos, en música o en cine?
MS: Totalmente. Ya hablamos de eso. Hay que ser muy paciente.

-¿Cuáles son sus discos favoritos en este momento?
CL: Remy Zero. Es un gran disco. Es como OK Computer pero americano y sexy. Y me encanta el nuevo lanzamiento de la caja de los Nuggets. Garbage también me gusta. Y Mezzanine, de Massive Attack.
MS: Celebrity Skin. Qué más... Mogwai, el disco de los remixes.

-Si pudieran perdonarse u olvidar algo que haya sucedido el año pasado, ¿qué sería?
CL: Me gustaría perdonarme por estado tonta anoche ante 20 millones de norteamericanos, pero creo que mi voz tenía un conflicto y lo que me quiso decir fue “no querés venderles discos a 20 millones de americanos”.
MS: Y a mí me gustaría perdonar a 20 millones de norteamericanos por el circo que rodeó a nuestro presidente y Monica. Y me gustaría borrar del mapa a los Jerry Springers y los Geraldos. Ya he dejado de pensar que si no existieran los habrían inventado. Eso ya no se aplica a la situación. Nos estamos acercando demasiado a los Cristianos y los leones. Es patético y sexista y misógino y lleno de odio.
Traducción: Mariana Enriquez