Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
NO

todo x 1,99

Clara de noche

Convivir con virus

Fue

Será

Ediciones anteriores

 

Jueves 28 de Octubre de 1999
tapa

Exclusivo: Tom Morello cuenta cómo es el nuevo disco de Rage Against the Machine

Combatiendo al capital

La contradicción está ahí, siempre presente. Una banda que participa activamente de la industria del entretenimiento que es consecuencia del sistema capitalista, clamando por una revolución que destruya ese sistema. Aun así, y haciendo abstracción de la cuestión ideológica -algo difícil tratándose de quien se trata–, el cuarteto sigue siendo lo más importante que haya dado la cruza rap-metal de la década. Aquí, su guitarrista e ideólogo en jefe (junto al comandante De la Rocha) explica un poco de todo eso.

MARIANA ENRIQUEZ


La furia contra la máquina se toma su tiempo para grabar discos. En 1992 editaron su disco debut, con canciones-molotov como “Killing in the name”, “Bombtrack” y la furibunda “Bullet in the head” –y su memorable aceleración final. Pasaron nada menos que cuatro años para que apareciera Evil empire, segundo opus. El tiempo no afectó al público: el disco terminó vendiendo más de tres millones de copias, sólo en EE.UU., y sumó otros siete en el resto del mundo. Respetando casi los mismos tiempos, el 2 de noviembre aparecerá el esperado tercer disco de la banda más poderosa y ¿combativa? de la década. Se llama The Battle of Los Angeles y a su alrededor, la expectativa crece día a día. A Tom Morello, egresado de Harvard, guitarrista y cabeza parlante de la banda, la espera con ansiedad le parece bien. “Preferiría hacer discos más seguido”, dice, “pero una de las ventajas de tomarse tanto tiempo es que nos da la oportunidad de recargarnos y hacer el mejor disco posible. Nosotros no estamos dispuestos a reciclarnos, a no pisar territorio nuevo. Tenemos que ir cada vez más lejos. Y lleva tiempo lograr eso.”


Producido por Brendan O’Brien, The Battle of Los Angeles contiene las habituales arengas en forma de letra, responsabilidad de Zack De La Rocha: denuncia el racismo, ataca el sistema capitalista, apoya al Ejército Zapatista de Liberación Nacional –de hecho, esta semana, en México DF presentaron el disco ante la prensa de todo el continente– y aboga por la liberación de Mumia Abu-Jamal, un periodista negro acusado del asesinato de un policía blanco y, por tanto, condenado a muerte (la fecha de la ejecución es el 2 de diciembre). Todo ese coctel de proclamas al ritmo de furiosas tormentas eléctricas aparece en “Guerrilla radio”, primer single del disco por venir. Allí De La Rocha grita “Mientras las puertas se cierran como un ataúd/ la verdad es devorada/ Juego silencioso en la sombra del poder/ Un espectáculo/ monopolizado/ Caracterizan y disfrazan nuestra elección” y, más adelante “Lejos de los días en Harlem/ Mumia atrapado, por favor que lo dejen libre/ ¿Quién lo atrapó?/ Hey, chequeá los archivos federales/ Todos saben que el juicio fue salvaje/ Y un ejército de cerdos quieren silenciarlos”. Aquí refiere no sólo a las denunciadas irregularidades en el caso Abu-Jamal, sino también al intento de la policía de Nueva Jersey de prohibir un show benéfico que la banda concretó –junto a otros artistas, los Beastie Boys por caso– en el estadio cubierto de East Rutherford, NJ. La novedad, dentro del terremoto que provoca la canción, es un solo de armónica, diestramente manejada por De La Rocha. Otras denuncias de De la Rocha incluyen las compañías petroleras, y la cultura de los autos. En el tema “Testify”, el cantante dice “Los autos son nuestras sillas de ruedas/ Se testigo de mi tos/ El silencio petrolero se burla de los sin piernas/ Viajamos en ataúdes”. Otra canción, “New Millenium Homes” es una diatriba en contra de la miseria, y allí la guitarra de Morello imita a una sirena. No es la única vez: en la canción “Calm Like a Bomb”, un rap funk, la guitarra de Morello imita a una alarma de un coche. El apoyo a Mumia se continúa en el tema “Voice of the Voiceless”, donde se escucha “A través de paredes de acero/ Tu voz retumba/ Un verdadero rebelde mi hermano Mumia”.
Sin embargo, Morello dice que el álbum mantiene el estilo tradicional bajo/guitarra/batería y todo al palo. “Somos cuatro personas, todo sigue siendo orgánico. La música viene de nuestras almas, no de uno de los samples. Y seguimos dándoles a nuestros fans material para pensar. Estamos diciendo la verdad acerca de cómo vemos el mundo, y como en los otros discos, queremos que la gente absorba y considere nuestra forma de entender las cosas. Si en Evil empire queríamos despertar a la gente, ahora directamente reclamamos revolución. Musicalmente también es un disco indicativo de la condición del mundo de hoy. Todo es más duro, más rápido, más intenso.”
Ahora bien, es fácil jugar a ser el abogado del diablo en la causa Rage against the machine. Es cierto que los medios de EE.UU. los llaman, algo temerariamente, “la banda más peligrosa de América”. También es cierto que sus discos aparecen bajo la etiqueta de una compañía multinacional. Sus letras pueden ser “revolucionarias” para el ciudadano de la Unión medio, pero no parecen (ni son) nada frente a las parrafadas que solía arrojar el gran Jello Biafra desde sus Dead Kennedys. Piénsese en Negu Gorriak o Todos Tus Muertos, ¿quién es más revolucionario desde el discurso? Otras dudas pueden aparecer cuando se toma en cuenta el circuito de difusión con que cuentan a favor en cada lanzamiento: alta rotación en radios del palo rocker, idem para sus videos en MTV o Much Music. Todo concluye cuando ellos mismos denuncian su estrategia. “Se trata de combatir al enemigo desde adentro”, responde lacónicamente Morello. Aun así, en un territoriointrínsicamente conservador como USA, el cuarteto californiano es un producto raro de la época. Dice Morello: “Cuando empezamos, había una atmósfera musical completamente diferente. Eramos una banda multirracial, multiétnica. En ese momento, si tenías un afroamericano en la banda, no te pasaban en las radios de rock. Y si tenías un blanco, no entrabas en el circuito hip hop. Y si tenías un chicano que no cantaba en español... Eso no tenía precedentes. Combinábamos las formas más extremas de música: rap militante, punk, hardcore y hard rock, y encima de eso, teníamos nuestras letras revolucionarias y semimarxistas. No era exactamente la receta para un top ten ¿no? Pero, hoy, al darnos cuenta de que nuestra música ha llegado a más de diez millones de personas en todo el mundo, es algo fenomenal. No hay Nostradamus posible que pudiera predecirlo.”
Está claro, aun así, que The Battle of Los Angeles no desencadenará ninguna revolución, pero ciertamente demostrará quién es quién en la engordada escena del hardcore/funk/rap/metal blanco. Hoy, con clones superexitosos a la Billboard como Limp Bizkit, Kid Rock y, más allá, Korn –hacen algo así, pero con una perspectiva política nula, si no directamente opuesta a ellos–, la salida de un nuevo disco de RATM reposicionará el mapa. Junto a Red Hot Chili Peppers, son los más veteranos, parte de una generación de bandas que ya superó la mayoría de edad y aún están ahí. Morello, modesto y prudente, no quiere iniciar polémica alguna con sus colegas, pero considera la tierra natal de la banda como decisiva en cuanto al estilo musical. “Sólo pudimos haber nacido en Los Angeles. Somos parte de una tradición de productos únicos, como The Doors, X, Jane’s Addiction o los Peppers. Esas bandas no pudieron armarse en ningún otro lugar del mundo. Y esto se relaciona con el título del disco: hay tanto de la ciudad en nosotros –desde la diversidad étnica hasta el funk y el hard rock, pasando por el punk sin compromisos y la lucha, el horror, la agresión y la esperanza. Todo sintetizado en doce canciones.”
Doce canciones que alinean de la siguiente manera: “Testify”, “Guerrilla radio”, “Calm like a bomb”, “Mic Check (Once hunting, now hunted)”, “Sleep now in the fire”, “Born of a broken man”, “Born as ghosts”, “María”, “Voice of voiceless”, “New millenium homes”, “Ashes in the fall” y “War within a breath”. “Terminar este disco fue difícil para nosotros porque nos pusimos en mente que tenía que ser el mejor disco de la banda”, explica el egresado de Harvard convertido en estrella combativa de rock. “El primero fue producto de unas semanas, cuando recién nos habíamos conocido. Fue una explosión de creatividad. Evil empire es un disco del que enorgullezco porque pudimos tomar nuestras distintas influencias musicales y armar con ellas, algo coherente. Con éste, la decisión fue dejar fluir la música y ver qué pasaba. Creo que el resultado es buenísimo. Si tengo que describirlo, diría que es el disco más heavy y más funky que hayamos hecho. Creo que Timmy y Brad no tienen competidores como sección rítmica, no hay ninguna banda que los supere, no sólo como músicos individuales sino por cómo logran mezclar elementos del hip hop y del funk con otros ritmos enormes. No hay ninguna banda de funk que pueda rockear tan fuerte, y no creo que a la vez alguna banda pueda tocar con tanto groove. Y creo que Zack hace un trabajo fenomenal en este disco. Por fin logró mezclar la política con la poesía y sintetizarlas en buenas rimas. Eso es complicado. Debe tomarse, además, como sus iguales a otros raperos. El no es un tipo que canta en una banda de rock y que, a veces, rapea. Eso está claro, ahora más que nunca.”