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Hombre
soltero busca

El domingo pasado, el actor
ibérico Eduardo Noriega apareció en la tapa de la revista
dominical de El País de Madrid, donde se lo promocionaba como la
nueva promesa del cine español (acá se lo vio en Tesis y
Abre los ojos, las dos películas de Alejandro Amenábar).
En la foto, Noriega se parecía notablemente a Pablo Echarri. Hasta
ahí, nada especialmente curioso, salvo para los sabuesos de Separados
al Nacer de este suplemento. Pero el martes pasado, Noriega apareció
en el suplemento Mujer de Clarín, donde se aclaraba que el actor
estaba en Buenos Aires filmando Plata quemada bajo las órdenes
de Marcelo Piñeiro. Filmar en la Argentina con Piñeiro,
Sbaraglia, Brédice y el resto del elenco es algo que no me quería
perder, dice Noriega al gran diario argentino. Lo curioso es que,
entre los demás actores del elenco convocado por Piñeiro,
está Pablo Echarri. Considerando que en el libro de Ricardo Piglia
no hay gemelos, sería bueno saber: a) por qué Noriega no
habla del actor al que tanto se parece, y b) si alguno de los dos hace
de doble de cuerpo del otro. A no ser que esto de la filmación
no sea más que una coartada y que el astuto español (confeso
ex monaguillo) en realidad haya venido a disfrazarse de Echarri y soplarle
al galancete su codiciada Natalia Oreiro.
Los
autitos
chocadores
En
una investigación de alto riesgo, Radar logró hacerse de
un testimonio de profundo valor sociológico que circula de manera
clasificada entre las compañías de seguro españolas.
Por pedido expreso de estas empresas, los clientes deben resumir los detalles
del accidente con la menor cantidad de palabras posible, a la hora de
solicitar la cobertura a su compañía de seguros. A continuación,
se reproduce el top ten elaborado por las aseguradoras de Madrid:
1) Mi coche estaba correctamente aparcado cuando retrocediendo le dio
al otro coche.
2) El tío estaba por toda la calle y tuve que hacer varias maniobras
bruscas antes de darle.3) Un camión retrocedió a través
de mi parabrisas y le dio a mi esposa en la cara.
4) Llevaba cuarenta años conduciendo cuando me dormí al
volante y tuve el accidente.
5) El peatón chocó contra mi coche y después se metió
debajo.
6) Estaba convencido de que el vejete no llegaría nunca al otro
lado de la calzada cuando lo atropellé.
7) La causa indirecta del accidente fue un tipo bajito en un coche pequeño
con una boca muy grande.
8) Le dije al policía que no estaba herido, pero cuando me quité
el sombrero descubrí que tenía fractura de cráneo.
9) Cuando el coche abandonó la calzada salí despedido, más
tarde me encontraron en un hoyo unas vacas sueltas.
10) El peatón no sabía en qué dirección correr,
así que le pasé por encima.
El
gran bonete
En algún
momento de la semana pasada nadie tiene la menor idea cuándo
exactamente se robaron una obra de Cesáreo Bernaldo de Quirós
del Museo Nacional de Bellas Artes, lo que desató un virulento
duelo verbal entre Beatriz Gutiérrez Walker, secretaria de Cultura
de la Nación, y Jorge Glusberg, director del Museo. El cuadro es
El carneador y está valuado en 150 mil dólares. El problema
empezó cuando Gutiérrez Walker dijo que Glusberg no le había
avisado del choreo. A lo que Glusberg contestó que estaba confiado
que la pintura va a aparecer. Aunque el sistema de seguridad
(cámaras de video que filman las salas y las salidas) en principio
no aportan nada, Glusberg dijo a La Nación que tiene sospechas
sobre los autores materiales e intelectuales, pero no puedo dar nombres
(sic). Pero la escalada se desató cuando Glusberg revaluó
el cuadro de Quirós en 60 mil dólares. Después agregó
que Quirós es un artista que no me interesa. Y, aunque
no le gusta para nada que una obra desaparezca del museo,
se permitió sugerir que en el Museo hay obras más
importantes, como un Tintoretto, o los impresionistas, que valen millones.
Por esas razones (supuestamente, la ignorancia artística de los
chorros), a Glusberg no le queda otra que sospechar que esto es
una vendetta, quizá por mi reciente nombramiento al frente del
Museo por cinco años más. Cuando a Gutiérrez
Walker le reprodujeron lo dicho por Glusberg, contestó: Si
dijo eso, es una grosería. Así que ya sabe: si Glusberg
se le cuela en la cola del cine, usted va y se afana un Tintoretto. Total,
es sólo una grosería.
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