Por Fernando Almirón
El
ex juez federal de Santa Fe, Raúl Dalla Fontana, dijo que se enteró a
través de otros magistrados de que el ex ministro del Interior Carlos
Corach “enviaba dinero a una docena de jueces del fuero para facilitar”
algunas causas de su interés, y denunció que durante el gobierno de
Carlos Menem a él mismo intentaron “coimearlo” para que desistiera de
una resolución que involucraba a los ex gobernadores santafesinos José
María Vernet y Víctor Reviglio. Reviglio era, por ese entonces,
gobernador y “uno de sus políticos allegados fue quien nos hizo la
oferta, mucho dinero”.
En una entrevista concedida a Página/12, Dalla Fontana recordó que cinco
años atrás decidió renunciar como juez federal “cuando me enteré de
que el ex ministro Carlos Corach hacía aportes dinerarios con fondos
reservados a los jueces que tenían buena relación con él. Entonces me
di cuenta de que las denuncias de Domingo Cavallo sobre la servilleta de
Corach no eran infundadas”.
Dalla Fontana, quien estuvo al frente del Juzgado federal de Santa Fe
entre 1989 y 1995, sostuvo que a él no llegaron a ofrecerle dinero
porque, explicó, “cuando alguien intentó empezar a hablar de ello
corté la llamada telefónica”, y aseguró que desde ese momento pasó a
“ser mal visto por el gobierno de Carlos Menem”.
–¿El llamado era del Ministerio del Interior? –preguntó este diario.
–Por ahí venía –respondió Dalla Fontana.
El ex magistrado dijo haber sido víctima de un intento de soborno durante
la ex gestión menemista, cuando resolvió procesar a los ex gobernadores
santafesinos José María Vernet y Víctor Reviglio, ambos del PJ. “En
esa oportunidad quisieron coimearme para que desistiera de la medida. Se
intentó hacerme torcer la decisión de procesarlos con ofertas indirectas
de dinero que le hicieron a un chico que había quedado en mi estudio y
que los mandó al lugar exacto al que había que mandarlos”, afirmó.
Detalló que “era mucho dinero y me dijeron que si yo no lo hacía lo
haría la Cámara porque habían apelado y tenían un trato con ese
tribunal”. “La Cámara la integraban dos personas que ya murieron, por
lo cual mejor no nombrarlas. Lo cierto es que me dieron incluso la fecha
en que iba a salir la resolución si no aceptaba lo que pedían. Salió la
resolución en la fecha que me indicaron y era muy antijurídica, por lo
que yo me quejé, lo que me valió un apercibimiento de la Cámara”,
aseguro Dalla Fontana, quien señaló que “desde ese momento fui
considerado un díscolo y el gobierno me quitó cualquier consideración”.
El magistrado santafesino recordó después otro episodio: “El (ex)
gobernador (Eduardo) Duhalde nos invitó varias veces a jornadas en Buenos
Aires en las que se trataban temas sobre droga y el delito organizado. Una
vez estuvimos en Mar del Plata, en el hotel Hermitage, con todo pago”.
Según Dalla Fontana, “en una de esas oportunidades surge algo que ya
había tenido estado público, que el ministro Corach y algún otro... les
mandaba a algunos de mis colegas –confesado por algunos de ellos– un
sobre con dos o tres veces el sueldo... Entonces, pensé: yo hago el papel
de idiota, estoy al lado de todos éstos. Me dio vergüenza y renuncié”.
Y agregó: “Esa es la verdad, la voy a decir porque quiero que se sepa.
Así fue”.
Dalla Fontana también dijo que su colega Víctor Brusa, hoy sentado en el
banquillo del Jurado de Enjuiciamiento, “nunca debió ser juez”. Y
reveló que en 1992 hizo gestiones reservadas en el Senado de la Nación
para frenar el nombramiento, incluso ante el fallecido Deolindo Bittel, y
confesó un secreto político que se guardó ocho años: Brusa llegó a su
cargo con el apoyo de los ex senadores Luis Rubeo y Liliana Gurdulich y
“sectores del Ejército” con los que fue “complaciente” durante la
dictadura.
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