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Jueves 29 de Marzo 2001

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Generación Zeta: a través de una multinacional,
el ex Soda saca a la cancha a 28 bandas 28

Superpoderoso

No es ministro de Economía, pero su trabajo le puede cambiar la vida a muchos argentinos. Bueno, al menos a los integrantes de las 28 bandas que están representadas en los flamantes compilados Gen/00. Desde su puesto de director artístico de Sony, Zeta Bosio armó su seleccionado de grupos en ascenso, con la intención de mover un poco las estancadas aguas del rock argentino. El ex Soda reconoce que le facilitó la comunicación con los músicos jóvenes el hecho de ser como un jugador que colgó los botines y se puso el traje de técnico. Sin embargo, también dice que tiene ganas de volver a calzarse los cortos con un proyecto solista. De yapa, el No te presenta a los artistas más interesantes de la Generación Zeta.

POR EP

Con los compilados Gen/00 en la calle, la primera etapa de tu tarea de selección y edición de bandas nuevas para Sony parece haber concluido. ¿Qué balance hacés hasta el momento?
–Creo que aprendí muchísimo. Ya tenía experiencia, porque con Soda fui aprendiendo desde el under hasta las giras por América latina. Pero todo eso, cuando se conocen las cosas del lado de adentro de la compañía, se empieza a relativizar, porque uno se da cuenta de que conoce un porcentaje muy chico de todo lo que pasa. Si tuviera que empezar de nuevo, hay cosas que cambiaría, pero estoy muy contento con la selección de bandas, con la artística y con el producto en sí mismo. Esto no pretende ser más que una muestra de una realidad que venimos notando con la compañía. Hay como una revolución silenciosa, que es el acceso masivo de la gente a poder grabar su música y convertir a su banda en una cosa comercializable. En mi época, hacer un disco con un sello era una de las únicas posibilidades de grabar; hoy podés prescindir de la compañía y grabarlo por tu propia cuenta, con un electrodoméstico. Y lo está haciendo todo el mundo, por eso llega una enorme cantidad de demos. Sin embargo, eso no termina de conformar un movimiento, porque son hechos aislados. Por eso, la propuesta es unir varios de ellos bajo una idea un poco más armada, con el respaldo de una compañía grande, que les permita acceder a medios mucho más importantes. Este es un movimiento casi revolucionario de acceso masivo de la gente común a la posibilidad de ser estrellas, de ser artistas...
–Aún dentro de la crisis.
–Claro, porque en la crisis prevalece la creatividad. Eso es lo que te va a salvar. Pero esto no condice con la realidad de que no hay ningún nombre nuevo en los últimos diez años. Hay una desconexión entre esta realidad de muchos discos producidos y el poco acceso de bandas a los medios. Son casi siempre los mismos nombres, salvo dos o tres casos aislados, que también cuesta encontrar. Sony tiene la curiosidad de ver lo que puede pasar mañana, porque es consciente de que así va a terminar mordiéndose la cola. Si está pendiente sólo de lo que importa hoy, se va a perder lo nuevo, porque la cosa va a haber cambiado y ellos van a estar en otro lado. La idea, entonces, es descubrir artistas nuevos, darles espacio, estudiar la manera de organizar un movimiento y sacarle un poco de partido a través de la difusión, para que el día de mañana sea un negocio tanto para la banda como para la compañía.
–Gen/00 son cuatro CDs divididos por géneros (rock, pop, vanguardia y funk), en los que están representados 28 artistas. ¿Cuántos demos escuchaste para llegar a esa selección?
–No sé. La idea era hacer más compilados, pero hubo muchas dificultades, un poco por mi falta de experiencia y porque esto es algo que nos se acostumbra a hacer en las compañías, así que costaba encontrar un ejemplo de dónde agarrarse.
–En el contrato se contempla la edición de un disco de cada una de las bandas, pero seguramente no saldrán 28 discos. ¿Cuál será el parámetro para elegir?
–No sé, todavía no le encontramos la vuelta a eso. Me encantaría que pudieran grabar las 28, porque todas son de mi predilección y a todas les veo un gran camino, un potencial. El hecho de que ahora les cierre un proyecto ha terminado de estabilizar a muchas bandas. Porque eso también falta: un proyecto concreto, que no es tan sólo un disco. Muchos piensan que la banda llega cuando graba su disco, pero no es así.
–Más allá de los gustos, de todas las bandas que hay en los compilados, ¿ves alguna con potencial de convertirse en algo realmente grande?
–Para que algo se haga realmente grande hace falta la coincidencia de muchas, con un porcentaje muy alto de azar. Entonces, es muy difícil presagiar qué es lo que va a pasar. Me parece que todas tienen chances. En la medida en que ocupemos un lugar en los medios, va a ser más sencillo editar bandas. En mi época había una movida en el under. Yo iba a ver a Sumo cuando llenaba los lugares donde tocaba: era obvio que, en algún momento, iba a venir un director de una compañía a ofrecerles un contrato. Ahora no te surge la motivación de contratarlos porque, ¿qué hacés después, adónde los llevás? Sabés que lo que vienen son inconvenientes para tocar, los sonidos son malos, los lugares no difunden y los que van son tus amigos, hasta que se pudren. La idea, entonces, es tratar de generar una motivación.
–¿Notaste excesivo recelo de las bandas ante el acercamiento de una compañía mainstream?
–Sí, sí. Eso fue parte de los inconvenientes. Creo que estando yo en el medio, ellos sienten que entiendo lo que les pasa, porque hablo el mismo idioma que ellos.
–Sos como el director técnico que ya fue jugador.
–Exactamente. El director artístico es el que conoce un montón de cosas y que, desde su experiencia, puede hacer aportes a la banda sobre situaciones que puedan ocurrir. Podés hacerle ahorrar camino en muchos aspectos.
–Igual es llamativa tu presencia en este proyecto, ya que formaste parte de una de las bandas argentinas más grandes de la historia, y es como si te hubieras retirado de la música y te dedicaras a la función empresarial. ¿Cómo te ves en esa situación? ¿Cerraste un capítulo de tu vida y estás en otro?
–En Soda siempre hizo falta tener alguna mentalidad empresarial, porque si nos hubiéramos sentado a esperar que las compañías hicieran lo que nosotros hicimos, nunca habría pasado. Soda era un gran motor generador de ideas. Cuando terminé con Soda, no tuve ganas de seguir con la inercia de ser el artista y tener que responder a lo que la sociedad pretende de mí de ese lado, a pesar de que hay un aspecto mío que está enraizado con eso y no pienso abandonarlo. Quiero decir: sigo tocando. De hecho, estar con bandas nuevas nos empapa de tal energía y pasión que sería imposible que no me llevara a hacer mis propias cosas. Creo que este es el camino que elegí.
–¿O sea que en algún momento harás un disco solista?
–Puede ocurrir. Por ahora no tengo la idea clara, pero sí empiezo a sentir las ganas. Nuevamente tengo ganas de expresarme... Sé que no tengo que golpear muchas puertas y que cualquier proyecto que presente, sólo por estar yo detrás, puede parecerle interesante a los ojos de cualquier compañía. Pero no quiero caer preso de hacer cualquier cosa porque me la van a publicar, sino que tengo ganas de emprender algo en el momento en que esté convencido de que ésa es la continuación de mi carrera. Estoy muy orgulloso de cómo fueron dándose las cosas hasta ahora y no pienso hacerlas de otra manera. En los años de reflexión que me tomé, sentí la motivación interna de trabajar con bandas. Sentí que la próxima etapa de mi vida iba a tener que estar centrada en eso, porque a partir de ahí iba a despegar yo.
–¿Habías llegado a un techo?
–No sé, no tenía expectativas, motivación, era volver a circular por el mismo camino para llegar... ¿a qué destino? Con Soda no me planteaba todas esas cosas: había que ir y hacerlo, punto. Cuando terminó de conformarse Soda, estábamos en la sala y sentí que a esa banda había que ponerle todo el gas porque teníamos algo muy interesante en lo creativo. Y, a medida que fuimos tomando decisiones, cuidamos mucho todo lo nuestro. Cada disco fue hecho con mucho respeto hacia adentro y hacia la gente. En ningúnmomento optamos por la fácil, la de repetir lo que había gustado. El objetivo iba siempre un poco más allá de lo comercial. Y los negocios funcionaban, gracias a Dios, aunque cambiamos de liderazgos internos, hubo momentos de anarquía, cambiamos de manager varias veces, organizamos una estructura propia... Tuvimos que aprender a lidiar con ese tipo de cosas y fue bastante bravo.

Caraduras

Circopam

Rubro: Pop.
Plantel: Pablo Gómez (guitarra, voz), Fernando Astone (bajo), Sebastián Reinholz (batería, coros).
Autodefinición: “Pop... rock. Somos un grupo raro, difícil de comparar”.
Debut: En un pub de Corrientes
y Ayacucho, en 1993.
Artistas de cabecera: Who, Beatles, Rolling Stones, Kinks, Stone Temple Pilots, Soda Stereo, Manal. Bonus track: Chet Baker y Electric Light Orchestra.
Prontuario: “Llevamos demos a todos lados, pero nadie te presta atención porque sos una banda under más. Los únicos que nos dieron bola fueron Zeta y, hace tiempo, los organizadores de Buenos Aires No Duerme”.
El verso: “Una nube cubre mi nación/ y yo pendiente de lo que hagas vos”.
Una Z en el teléfono: “Una vez, cuando Soda Stereo estaba ensayando para el último concierto, nos quedamos esperando en la puerta y cuando salió Zeta, le dimos nuestro demo. No se lo dimos ni a Cerati ni a Charly Alberti, porque sabíamos que Zeta era un tipo clave. Había trabajado con los Peligrosos Gorriones y en un compilado de hip-hop... Además de ser el bajista de Soda, claro. La cosa es que, años después, cuando surgió este proyecto de Sony, Zeta se acordaba de nosotros. Y no porque hubiéramos sido caraduras sino porque le había gustado la música. Eligió el tema ‘Bostron’, que en realidad es el más pop de nuestro repertorio; estamos bastante más rockeros. Pero Zeta nos hizo bajar las revoluciones y a nosotros nos encantó el resultado”.
Carta astral: “Hace tiempo tocamos un par de veces con Juana la Loca, pero ahora preferimos armar fechas solos. Eso sí, nos gustaría dejar de cargar equipos”.
¿Y ahora qué?: “Rompernos el culo en la sala de ensayo, tener más exposición y grabar un disco”.
Próximo show: Gira santafesina junto a Siderales: 12, 13, 14 y 15 de abril en Rosario, Esperanza, Santa Fe y Rafaela.

El sueño del pibe

Charlie Brown

Rubro: Rock.
Plantel: Martín Dócimo (guitarra, voz), Esteban Zunzunegui (bajo, voz), Pablo Florio (batería).
Autodefinición: “Punk pop. En la compañía no sabían si ponernos como rock o como pop... También podría ser rock con violas al palo, con raíces de hardcore y de punk”.
Debut: 1996, en La Paternal,
ante cuarenta amigos.
Artistas de cabecera: Ramones, Sex Pistols, Bad Religion, Smashing Pumpkins, Radiohead. Bonus track: Portishead, Massive Attack y algunos DJs.
Prontuario: Escena hardcore punk, con bandas como Cucsifae y Eterna Inocencia. Gira por Brasil y Uruguay. Grabación del casete Tri (1997) y del CD My Own Garden (1999).
El verso: “Mi jardín es/ tan perfecto que lo odio”.
Una Z en el teléfono: “Zeta nos escuchó en vivo en Museum. Nosotros cantamos casi todos los temas en inglés, y al principio parecía que iba a ser una traba, pero por suerte no. De todos modos, ‘Mi propio jardín’ lo grabamos en castellano”.
Carta astral: “Habíamos grabado un tema para un tributo a Bad Religion; cuando ellos vinieron, contaron que habían escuchado el CD y dijeron que les había gustado nuestra versión. No lo podíamos creer. Los conocimos y el mismo día nos invitaron a tocar en Obras... Nosotros ni teníamos guita para pagar la entrada y de golpe estábamos subiendo al escenario para el primer bis. Fue cumplir todos los sueños del pibe juntos. Casi no me acuerdo de lo que fue, son todos flashes que me vienen... Lo contamos y explotamos de adrenalina”.
¿Y ahora qué?: “Estamos incorporando influencias de la música electrónica, con sonidos espaciales. Queremos aprovechar el hecho de estar en el compilado para romper el hielo con los medios. No es lo mismo la autogestión que grabar para una multinacional”.
Próximo show: Sábado 7 de abril
en El Dorado, junto a Cucsifae
y Pirexia, de Uruguay.

Constant concept

Experimental Noise Operation

Rubro: Vanguardia.
Plantel: Julieta Rimoldi (guitarra y voz), Marcos Roca (bajo), Emilio Valencia (batería), Sebastián Rimoldi (teclados), Javier Molina y Carlos Rimoldi (experimentos visuales).
Autodefinición: “Pop, enriquecido
con mucha información de lo que pasa
en el under y en el exterior”.
Debut: Junio de 1999 en el Podestá.
Artistas de cabecera: Pink Floyd, Beatles, Spiritualized, Velvet Underground, Massive Attack, Cocteau Twins. Bonus track: Jimi Hendrix y Toska, un grupo alemán.
Prontuario: Presencias en los compilados Viernes 3 AM, Proa Records y Galería de diseñadores. Invitación a tocar en la Feria del Libro 2000.
El verso: “Como brisa del bar/
se tropieza en mis pies”.
Una Z en el teléfono: “Zeta había elegido dos temas nuestros, uno viejo y uno nuevo. Nos mandó un mail, después hablamos y vino a vernos en nuestra sala de ensayo. Nos escuchó tocar, y elegimos hacer ‘Interferencia’, que es el nuevo”.
Carta astral: “Somos de Ushuaia. Allá hay varias bandas, y los músicos van rotando como en un equipo de voley. Nos conocíamos de esos grupos, pero después cada uno fue viniendo a Buenos Aires por cuestiones personales. Y estando acá armamos la banda. En cuanto al nombre de la banda... bueno, Brian Eno nos gusta y nuestro nombre es un concepto, aunque tratamos de manejar varios conceptos. Es un juego de palabras, pero no queremos que llamarnos Experimental Noise Operation nos ate, más allá de que en los carteles y en la prensa diga ENO. De hecho, por lo menos a mí, Brian Eno no me influye (Marcos)”.
¿Y ahora qué?: “Queremos tocar todo lo que se pueda, llegar a otros públicos y ver si tenemos posibilidad de grabar un disco, una idea macerada pero que aún no se concretó”.
Próximo show: Esta noche, junto a Dios,
en el Podestá.

El estudiante

Dora Brown

Rubro: Funk.
Plantel: Dora Brown es un solista. Y es varón.
Autodefinición: “Canción, pero no un militante de la canción”.
Debut: Febrero de 1999, en San Bernardo.
Artistas de cabecera: Beatles, Spinetta, Ravi Shankar, David Bowie, Herbie Hancock. Bonus track: Timo Maas y mucha música electrónica.
Prontuario: Edición del CD Dora Brown (febrero de 2000), que tiene diez canciones. Giras de verano por la costa y ciclos en barcitos de Palermo.
Una Z en el teléfono: “Le hice llegar mi disco a Zeta, y después me llamó para decirme que quería verme en vivo”.
El verso: “Vivo/ pero no sigo/ yo soy claro/ yo fui claro/ yo te quiero/ porque adentro/ vos sos claro”.
Carta astral: “No sé bien de dónde salió el nombre Dora... Supongo que fue una casualidad; de algún lado salió, pero no me acuerdo. Creo que alguien lo vio escrito en algún lado. Lo que hago es escribir las canciones con guitarra y voz, después les doy forma con los instrumentos: teclados, contrabajo... Soy solista y los músicos que tocan conmigo van rotando en cada show. Me encargo de todo: hago las canciones, armo los conciertos y llamo a los músicos. Ellos sólo se preocupan por tocar. Ahora me acompañan Dr. Willy (teclados), Celso (batería) y Manuel Krapovickas (contrabajo)”.
¿Y ahora qué?: “Estoy empezando a usar baterías electrónicas y a cantar de otra manera, no tan relajada como lo hice hasta ahora. Quiero hacer buena música. Todavía no llegué a eso, es un procedimiento larguísimo. Mi objetivo es darle cada vez más pelota a la música”.
Próximo show: “Creo que no voy
a tocar en vivo en los próximos
cinco o seis meses.
Estoy estudiando una nueva
técnica de canto y me va
a llevar ese tiempo aprenderla”.