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Escupiré
sobre vuestros asados Un asunto
de flemas tiene a mal traer al Gobierno de Beijing: a siete años
de los Juegos Olímpicos a celebrarse en dicha ciudad, las autoridades
planean iniciar una campaña con las proporciones de una revolución
cultural. Al parecer, un estudio encargado a una consultora de mercado
habría demostrado que dos tercios de la población adulta
de la República Popular China tiene bien arraigada la costumbre
de escupir en la calle, actividad en la que se destacarían principalmente
taxistas y ciclistas. De momento, el Gobierno comenzó a aplicar
multas de seis dólares (y la obligación de limpiar el gargajo)
a todo aquel que sea pescado in fraganti. Paralelamente, acaba de publicarse
Etiqueta para el chino moderno, un libro que exhorta a los ciudadanos
a volcarse hacia el refinamiento, la estilización, el buen
gusto y la cultura. Entretanto, ante los magros resultados obtenidos
inicialmente por su campaña, en Beijing siguen debatiendo si prohibirán
todo tipo de salivación para el 2008, o si directamente harán
del escupitajo una nueva disciplina olímpica.
Un
corte y una quebrada
El último
invento New Age en los Estados Unidos parece ser el Grupo de Terapia para
Sobrevivientes de las Punto Com. Bien conocida es la catástrofe
sufrida hace ya casi un año por todos los entrepreneurs
que jugaron todas sus fichas en la red de redes y después vieron
cómo sus emprendimientos virtuales se hundían
a la par del infame índice Nasdaq. Estos novedosos talleres (algunos
se han dado en llamar Día del Soporte) cobran montos
de inscripción nada desdeñables y parecen ser toda una autoayuda,
en especial para sus organizadores, que, como en el caso de Nicholas Hall,
también son ex empresarios caídos en desgracia. En los encuentros
se amontonan testimonios del estilo Hola, mi nombre es John, trabajo
72 horas por semana y no sé qué he estado haciendo de mi
vida. Incluso han proliferado las teorías sobre este fenómeno
(la quiebra) que no es precisamente nuevo pero que se multiplicó
con los casos punto com: la empresaria financiera Joan Di
Furia dice que es una suerte de contrapartida de lo que los yuppies de
Wall Street llamaron graciosamente Síndrome de Riqueza Súbita,
y que ahora vuelve convertido en el Síndrome de Pérdida
Súbita de la Riqueza, acompañado por dosis de culpa,
vergüenza y humildad que obligan a los que lo sufren a autoflagelarse
psicológicamente por sus fracasos económicos. Demostrando
que es un verdadero pionero, Hall ha dado en sus talleres un paso más
allá del mero intercambio verbal de experiencias entre los pacientes,
organizando concursos en los que se compite por ver quién tiene
la deuda de tarjeta de crédito más grande, o quién
se tomó las vacaciones más cortas. El ganador se lleva premios
tales como un protector solar o una tijera. Pero si bien suena sensato
que un poco de humor negro pueda tener efectos terapéuticos, la
verdad es que darle una tijera a un tipo deprimido parece un poco mucho.
La marca del ratón
La virilidad acaba de sufrir uno de las embestidas
más rotundas de su carrera: según publicó Nature
Genetics en su edición de abril, un grupo de científicos
ha descubierto que casi la mitad de los genes relacionados con las primeras
fases de la producción de esperma no residen en el cromosoma sexual
masculino (Y), como se esperaba, sino en el cromosoma X, que siempre se
había considerado el cromosoma sexual femenino (los varones tienen
XY y las mujeres XX). A científicos y legos les resultaba
cómoda la idea de que el cromosoma Y era especialista en las características
masculinas. Por eliminación, tradicionalmente habíamos pensado
que elcromosoma X es sexualmente neutral o bien que está especializado
en las características femeninas. Nuestros descubrimientos indican
que el cromosoma X es importante en la producción de esperma, tanto
o más que el Y, fue la declaración de David Page,
principal autor del artículo e investigador del Instituto Whitehead
de Investigación Biomédica y del Instituto Médico
Howard Hughes, de Estados Unidos. En medio de la batahola que este descubrimiento
ha generado, ya hacen su entrada en escena grupos de estudio con el objetivo
de replantear la identidad de género del cromosoma
Y, la neutralidad sexual del cromosoma X y su ascendente en
el imaginario popular, así como se oyen viriles voces de quienes
se niegan a ser borrados del tapete sólo por los resultados arrojados
luego de una serie de estudios realizados dentro de una comunidad de ratones.
Pero por ahora, todas las pruebas confirman esos resultados. Y sea como
sea, si la mano viene así, empezará a cobrar un novedoso
significado la vieja frase: Dejá que me arreglo sola.
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