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Los
nuevos monstruos
Todos
los años, con motivo de esa festividad pagana de Halloween de la
que tanto disfrutan los norteamericanos, el parque temático Great
America de los estudios Paramount organiza una encuesta y les pregunta
a sus numerosos visitantes infantiles cuál es la celebridad más
espantosa y digna de compartir sitial y honores con Drácula, Frankenstein,
la Momia y otros clásicos. Cuando todos apostaban a que este año
el tan dudoso honor se lo llevaría por aplastante mayoría
Osama bin Laden, los pronósticos se dieron vuelta y vieron trepar
hasta las alturas con un 37 por ciento de los votos a esa
figura cada vez más extraña en la que se ha convertido aquel
que alguna vez fue conocido como Michael Jackson y que hoy es una mezcla
de murciélago, dibujo animado japonés y Peter Pan perverso.
El porcentaje sube hasta un 53 por ciento si se incluyen los votos de
los adolescentes. Bill Microsoft Gates recibió apenas
un 15 por ciento del total.
Hay
que barrer con el arte
El viejo dilema de qué es arte y qué no lo es volvió
a cobrar nuevos bríos días atrás en la Eyestorm Gallery
de Londres cuando un empleado de la limpieza Emanuel Escoba
Veloz Asare decidió barrer sin pensárselo dos
veces una instalaciones del artista de moda Damien Hirst. Hirst -responsable
de obras polémicas y a quien este suplemento dedicara un perfil
y crónica con motivo de la inauguración de su megamuestra
en Nueva York hace cosa de un año había dispuesto
sobre el suelo de la galería una pila de botellas vacías
de cerveza, colillas de cigarrillos, tazas de café sucias, etc.
Y Asare atacó y limpió a quemarropa. Cuando los dueños
de la galería llamaron a Hirst, el líder de los Young British
Artist se rió durante un rato largo, dijo no problem, fue a la
galería y, en menos de media hora, ya estaba todo otra vez en su
lugar, previo consumo de unos cigarritos, cervecitas, cafecitos. Y horas
más tarde, ante la mirada alucinada de Asare, alguien pagó
miles de libras esterlinas por todo eso.
Aflojate,
pescado
Parece que ya ni pez se puede ser en estos tiempos, y pocos peces lo saben
mejor que los peces griegos, cuya patria es el exportador número
uno de vida marítima mediterránea. Según dio a conocer
el profesor Sofronios Papoutsoglou, de la Universidad Geopónica
de Atenas, los pescados helénicos han perdido gran parte de ese
sabor distintivo que los convirtió en los preferidos de los paladares
más exquisitos de Europa. Y tras diez años de investigación,
acaba de dar a conocer los motivos de semejante desgracia gastronómica:
todo indica que el responsable es el stress. Mediante dios sabe qué
métodos, Papoutsoglou dice haber descubierto que la vida en los
estanques donde se reproducen y la luz artificial con que los iluminan
producen tristeza y stress en estos pobres animalitos del
Señor. Y ¿cuál es la solución? Fuertes inversiones
destinadas a la compra de tanques más grandes, mejoramiento del
agua climatizada, implementación de nuevas regulaciones que garantizan
tiempo de esparcimiento (sic) para los peces y una mejora
sustancial en la comida. La verdad, así cualquiera muere más
relajado.
1,
2, ultrasonido
Sólo el seis por ciento de la población mundial es zurda
y en Suecia están haciendo lo imposible por aumentar el porcentaje.
Retomando los estudios realizados durante la década del 70, el
Hospital Universitario de Uppsala y el Instituto Karolinska anunciaron
que un estudio realizado sobre 180 mil hombres jóvenes nacidos
por aquellos años revela que los exámenes de rutina que
incluyen ultrasonido sobre fetos aumentaron considerablementeel número
de zurdos. Mal que le pese a nuestro vernáculo Aldo Rico, la izquierda
crece.
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