El Banco Central realizó una conferencia de prensa después del anuncio de inflación de mayo. El titular del organismo, Guido Sandleris, repitió el mismo discurso de los últimos meses. Dijo que se están ordenando las variables macroeconómicas y que reducir el proceso inflacionario es una tarea compleja que llevará tiempo. El funcionario reiteró la necesidad de sostener una política monetaria ultra contractiva y planteó que los aumentos de tarifas en marzo generaron un avance de los precios por encima de lo esperado. Sandleris no mencionó en ningún momento los problemas para la economía de las tasas de interés en torno del 70 por ciento y un mercado interno cayendo a niveles de casi 7 por ciento interanual. El discurso duró menos de 12 minutos y no hubo filminas técnicas acompañando la presentación. 

“La inflación volvió a bajar en mayo. Fue 3,1 por ciento, 0,3 puntos porcentuales menos que en abril, mientras que la núcleo fue 3,2 por ciento, 0,6 puntos porcentuales menos”, detalló el presidente de la autoridad monetaria. Aclaró que “las cifras están todavía muy lejos de los niveles aceptables pero estamos convencidos que, si persistimos en esta política monetaria estricta, la inflación seguirá bajando. Esperamos que la inflación de junio sea menor que la de mayo. El proceso de reducción de la inflación es lento y no es lineal”. Las palabras del titular de la entidad monetaria dejan gusto a poco. El incremento interanual de los precios es mayor a 57 por ciento con un mercado interno desplomado. 

El presidente del Central busco explicar por qué la inflación baja más lento de lo planeado. “Hemos cumplido con nuestra meta de crecimiento cero de la base monetaria en todos los meses desde que pusimos en marcha el esquema hace más de 8 meses. Pero la economía argentina tiene traslado a precios del tipo de cambio e indexación elevados después de más de una década de alta inflación”, dijo, luego de tres años de haber negado, desde el Banco Central, el efecto cambiario y del shock en los precios relativos sobre el proceso inflacionario del mercado interno. 

Sandleris aseguró que en los próximos meses deberán enfrentarse dos desafíos importantes. El primero es la relativa inestabilidad internacional por la disputa comercial entre Estados Unidos y China. El segundo es la volatilidad sobre el dólar el proceso electoral y la incertidumbre respecto de las políticas que empezarán a aplicarse a partir del próximo año. Aclaró que la política monetaria contractiva es la mejor receta para intentar mantener bajo control estos puntos de presión. “La política monetaria (de emisión cero y alta tasa de interés) nos protege de la incertidumbre, interna y externa, y traerá beneficios para el conjunto de la sociedad que perdurarán en el tiempo”.