El Centro de Prevención de Crecidas del servicio de Hidrografía Naval (SHN) informó que el Río de la Plata interior presentó durante la mañana y tarde del miércoles una tendencia descendente de 1,90 metro por debajo de los valores indicados en las tablas de marea. La baja presión ubicada en el mar Argentino, al sudeste de la provincia de Buenos Aires, ocasiona un fuerte viento del oeste que produce el efecto contrario a una sudestada. 

El viento provoca una fuerza horizontal sobre la superficie del Río de la Plata y desplaza una importante masa de agua desde el río hacia el mar, provocando un descenso significativo de los niveles del primero.

El principal problema que ocasiona la bajante es que “dificulta la navegación para buques de gran calado y afecta la toma de agua para potabilizar”, dijo el jefe de División Física Oceánica, el capitán de fragata Aldo Firpo. Desde el área de comunicaciones de Aysa confirmaron que “por el momento no hay afectación del servicio, pero es un tema que se va a estar siguiendo”.

Según explicó Firpo, “al ser el Río de la Plata una extensa superficie de agua, con 30.000 kilómetros cuadrados de agua poco profunda, el viento afecta mucho el nivel. En este caso se instaló una zona de baja presión, al sudeste de la provincia de Buenos Aires, que está produciendo un viento oeste, con una intensidad de 40 a 50 kilómetros por hora. Eso produce un fenómeno contrario a la sudestada: el viento oeste saca agua del río”.

“Para tener una idea de magnitudes, el promedio de las bajamares en el Río de la Plata es de 48 centímetros aproximadamente (marea astrónomica)”, detalló el experto. Y agregó: “El pico de la bajante es a las 17 con un valor estimado de -1.50 metro siendo la marea astrónomica para esa hora de 40 centímetros (bajamar); es decir, 1,90 metro menos sobre los valores tabulados”. 

Además, Firpo remarcó que las bajantes tienen mayor probabilidad de ocurrir durante los meses de mayo y junio, y agregó que la máxima histórica producida en el Río de la Plata ocurrió el 29 de mayo 1984, con un valor de -3,66 metros con respecto al nivel cero del Riachuelo, aproximadamente cuatro metros menos que el valor de marea astronómica.

En tanto, el jefe de la planta potabilizadora de agua de Punta Lara, que abastece a La Plata, Berisso y Ensenada, Fernando Gómez, graficó que “se puede cruzar caminando el río”, pero confió que con el cambio de marea comience a recibir agua la planta y de este modo se normalice el servicio en las tres ciudades.

Los fuertes vientos del oeste que soplaron desde las primeras horas de este miércoles provocaron una disminución de los niveles del Río de La Plata y, como explicó Gómez a la prensa “se cortó el ingreso de agua a la planta de Punta Lara. Ahora la planta está trabajando en un mínimo”. “Ya desde la noche del martes preveíamos esto y tratamos de tener altas las cisternas, pero el río está seco, se puede cruzar caminando”, graficó. Gómez sostuvo que “cuando suba la marea esto comenzará a mejorar y el río volverá a su cauce normal”. Remarcó que “cuando se restablezca el servicio de agua en cada vivienda es probable que llegue con un poco de turbidez residual, por lo que habrá que dejar que corra el agua”.

La empresa estatal Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima (ABSA) informó que la pronunciada bajante que registra el Río de La Plata afecta notablemente la producción de agua potable y el suministro a las localidades de La Plata, Berisso y Ensenada.

Este miércoles al mediodía la empresa Aguas Bonaerenses (ABSA) recomendó “hacer un uso racional” del agua ya que “ante el menor caudal que ingresa a la planta potabilizadora Donato Girardi podría observarse baja presión y/o falta de agua, como también una presencia mayor de sedimentos y turbiedad” en el suministro de red.