Alumnos del Instituto Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández tuvieron que ser evacuados por una pérdida de gas. La comunidad educativa denunció que la semana pasada alumnos y docentes sintieron olor a gas en las aulas, pero ayer los directivos se vieron obligados a llamar al SAME y a los bomberos porque dos alumnos del secundario se intoxicaron al respirar aire enrarecido con el gas y otros sufrieron fuertes dolores de cabeza. “Nadie del Ministerio (de Educación) se hace cargo de lo que pasa”, dijo a PáginaI12 Tomás Cancela, alumno de cuarto año y secretario general del Centro de Estudiantes.

Durante la mañana, chicas y chicos comenzaron a sentirse mal en clases. “Había chicos mareados y otros dos vomitaron”, describió Cancela, quien explicó que, a raíz de la pérdida de gas, esos compañeros sufrieron intoxicación y fueron atendidos por médicos del SAME. “Vinieron Metrogas y los bomberos y dijeron que había una pérdida”, afirmó. Por esta razón, los directivos de la escuela suspendieron las clases.

Cancela relató que los estudiantes que comenzaron a sentirse mal estaban en clases en el quinto piso de la escuela. “El quinto piso se inauguró a mitad del año pasado y son aulas que teníamos prometidas hace años”, agregó. Las obras se iniciaron en 2017, en el marco de Secundaria del Futuro, un plan que impulsó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “La semana pasada un par de compañeros dijeron que había olor a gas. Incluso se cambiaron de aula”, recordó el estudiante.

Facundo Foray, docente del secundario, contó a este medio que hoy los alumnos que tenían clase en el quinto piso “denunciaron que había olor a gas alrededor de las nueve y media, diez de la mañana”. “En ese momento el olor a gas era notorio, pero no se hizo nada. Para el segundo recreo, los chicos se quejan más y ya hay alumnos que se sienten mal”, afirmó el docente. Las clases recién se suspendieron “cerca del mediodía cuando llega el SAME y constata que había chicos intoxicados”. 

Foray denunció que, al igual que sucedió la semana pasada en el Normal 4 de Caballito ante la invasión de ratas, “la línea que se seguía es que no había que levantar las clases”. Para suspender las actividades en el establecimiento, los directivos del Lenguas Vivas necesitaban el permiso de la supervisora, Magdalena La Montagna, o en su defecto de la responsable de la Dirección General de Escuelas Normales y Artísticas del gobierno porteño, Marcela Pelanda.

En el edificio funcionan el secundario durante la mañana, el primario a la tarde y el terciario durante todo el día. “Yo entré a clases a las diez de la mañana. Cuando salí, cerca del mediodía, me pareció raro no ver a los alumnos de secundario”, contó a PáginaI12 Lucía Cancela, alumna del profesorado y egresada del Lenguas Vivas. Recién cuando vio las ambulancias estacionadas en la vereda, Cancela se enteró del incidente con el gas y la suspensión del turno. “En terciario no fuimos evacuados, sino que justo terminó ahí el turno y se notificó que quedábamos sin clases hasta nuevo aviso”, explicó la joven. Los alumnos de la primaria no llegaron a entrar al edificio.

Cancela aseguró que los reclamos por el mal funcionamiento del gas en la escuela no comenzaron ahora. “En 2015 elevamos una queja al entonces ministro, Esteban Bullrich, pidiendo aulas nuevas y que arreglen el gas. Nos contestaron que la instalación de gas funcionaba perfecto”, recordó la estudiante del profesorado. Cancela afirmó que sentir olor a gas dentro de la escuela “no es algo que llame la atención” porque “es histórico que en algunas zonas o cuando se prenden las estufas hay olor a gas o a que algo se está quemando”. “Quienes estamos hace años estamos acostumbrados”, lamentó. 

Por su parte, Foray señaló que en la escuela no se suelen prender las estufas y que en sus clases hay “estudiantes con frazadas” para protegerse del frío. “¿Cómo puede ser que haya problemas de gas si no hay estufas que funcionen?”, cuestionó el docente y remarcó que “no hay estufas en el quinto piso, donde se empezó a sentir el olor”, mientras que en el resto de los pisos sí. “Todavía no se sabe lo que pasó, pero lo que sí está claro es que los pibes venían diciendo que había un problema, no fueron escuchados, y las consecuencias son graves porque hay alumnos intoxicados”, acusó el docente.

Informe: Ludmila Ferrer.