El presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, someterá su investidura a debate y votación a partir del próximo 22 de julio, con lo que se da a sí mismo y a sus socios un plazo de tres semanas para negociar los apoyos que aún no tiene y evitar que el país vaya a nuevas elecciones. La presidenta del Congreso de los Diputados, Maritxell Batet, anunció hoy que el debate comenzará el 22 de julio con la intervención de Sánchez, ganador de las elecciones del 28 de abril pasado sin mayoría absoluta.

Al día siguiente, se llevará a cabo la primera votación y si Sánchez no logra la mayoría absoluta habrá una segunda votación 48 horas después, el 25 de julio, ocasión en la que el líder socialista necesitará conseguir una mayoría simple para ser reelegido al frente del Ejecutivo. "No hemos contemplado la repetición de elecciones. Hemos hablado de qué fecha era mejor para que la investidura sea posible (...) El país necesita un gobierno lo antes posible", dijo Batet, tras mantener una conversación telefónica con Sánchez, quien asiste en Bruselas a la cumbre en la que los líderes europeos negocian el reparto de cargos del poder de la Unión Europea.

Sánchez tiene exactamente 20 días para negociar y salir victorioso, o el país volverá otra vez a las urnas, la cuarta vez en cuatro años. El presidente en funciones y único candidato posible a la investidura -dobla en escaños a la segunda fuerza, el conservador Partido Popular- no cuenta actualmente con los apoyos que necesita para ser reelegido, ya que su socio preferente, Unidas Podemos, exige entrar en el Ejecutivo a cambio de sus votos, algo que los socialistas hasta ahora descartaron.

"Sánchez camina a una investidura fallida sin negociar nada con nadie para presionar a Ciudadanos, pero es posible un gobierno de coalición progresista en julio. No renunciamos", aseguró hoy la vocera de Unidas Podemos, Irene Montero.

El Partido Socialista (PSOE) obtuvo 123 diputados y pretende gobernar en solitario con el argumento de que sumando a Unidas Podemos, que cuenta con 42 escaños, no alcanza la mayoría absoluta fijada en 176 bancas. Según los socialistas, a falta de esta mayoría absoluta necesitan flexibilidad para llegar a acuerdos con otros partidos tanto en la investidura como para garantizar la gobernabilidad del país.

El PSOE sostiene que partidos regionalistas como Coalición Canaria, que podrían facilitar la investidura, se oponen a la coalición con Unidas Podemos. Sin embargo, el líder de esa fuerza, Pablo Iglesias, contrapone que los nacionalistas vascos del PNV y los independentistas catalanes estarían dispuestos a apoyar o facilitar el gobierno de coalición, lo que sería suficiente.

Pero Sánchez, que dio muestras de que prefiere no depender de los independentistas, ofreció a Iglesias un gobierno de "cooperación" y puestos intermedios, fuera del Consejo de Ministros, propuesta fue rechazada por el líder de Unidas Podemos. Ante el bloqueo, Sánchez apeló a la "responsabilidad" del conservador Partido Popular (PP) y del liberal Ciudadanos para que faciliten su reelección mediante la abstención, algo que ninguna de esas fuerzas de derecha está dispuesta a hacer.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, reiteró hoy que la puerta está cerrada y que ni siquiera acudirá a hablar con Sánchez si éste lo convoca. Por su parte, Casado reiteró que no facilitará la investidura de Sánchez, a quien acusó de estar "forzando unas nuevas elecciones" y de cometer la "enorme irresponsabilidad" de acudir a la votación sin los apoyos suficientes.

La táctica de Sánchez es que el horizonte cierto de la votación de investidura haga mover las posiciones de sus adversarios, pero si fracasa en su primer intento de investidura empezará a correr el "reloj de la democracia", que le da un plazo de dos meses para alcanzar un acuerdo o habrá nuevas elecciones, previsiblemente en octubre próximo.