Además de la reducción de personal y del aumento de horas de trabajo, el recorte en el BAP quedó evidenciado en el Operativo Frío de este año, que comenzó el 1 de junio y finalizará el 31 de agosto. “Todos los años, en esos tres meses, se aumentan los recursos. Los móviles salen con frazadas, con viandas secas y con viandas calientes. Lo que yo estuve viendo, al menos durante los fines de semana, que es cuando trabajo, es que los móviles no estaban saliendo siempre con estos recursos. La vianda caliente la vi recién la semana pasada y también había escasez de frazadas”, detalló el psicólogo.

La cantidad de personas que se suman temporalmente para trabajar en este operativo también es menor en 2019. “Hay menos gente y menos móviles en calle. Durante la semana, están saliendo solo 15 camionetas a la calle y en los fines de semana 5 o 6, que es una cantidad bastante reducida para abordar toda Capital Federal. Hay mucha gente que se queda afuera del sistema y cuando salís a la calle nos pasa mucho cruzarnos con gente que aparece y te reclama que viene llamando pero no aparece nadie del BAP”, denunció el trabajador, que describió además el estado deplorable en que se encuentran las camionetas: “Están destruidas, porque no tienen mantenimiento. Tengo compañeros que se han agarrado sarpullido o sarna porque no las desinfectan. Tampoco les funciona bien el aire acondicionado y el calor”.

Este fin de semana, “después de toda la movida sociopolítica que siguió a la muerte de Zacariaz, y de la visibilización que logró el tema” para Fusca era evidente que “iba a haber un montón de recursos de en la calle”. El domingo, finalmente, sus ex compañeros que siguen trabajando en el BAP le confirmaron la corazonada: “Ayer estaban repletas las camionetas del BAP, a diferencia de las semanas anteriores. ¡Hay hasta alfajores de postre!”, dijo Fusca, sin salir del asombro. Y concluyó: “Claramente la mediatización tuvo efecto y aparecieron los recursos”.