De  representaciones de un  nuevo punk  hecho en Nueva York, lejos de los artilugios  de los New York Dolls, las y los modelos parecieron pronunciarse en contra de la política de Donald Trump, desde una locación de Harlem a los homenajes a la Estatua de la Libertad y a Elvis Presley en la Biblioteca Pública de Nueva York y con la banda The Kills en vivo, pasando por una celebrada colección con innovadores básicos en paño y lana de Gabriela Hearst, la diseñadora uruguaya radicada en Norteamérica  que dispuso en la pasarela almohadones tejidos por las expertas de Manos del Uruguay. Tales fueron algunos estilos avistados en la semana de la moda de Nueva York. Una presentación menos ambiciosa en la puesta pero que resultó un inmediato éxito de ventas fue la de Jonathan Saunders, el  diseñador escocés que a fines de 2016 devino director creativo de la mítica marca Diane Von Furstenberg, creada por una modelo belga devenida diseñadora que en 1970 innovó entre los estilos de las neoyorquinas, cuando acostumbraba ir a bailar a la disco Studio 54 junto a Mick y a Bianca Jagger. En 1972 Diane fundó su firma caracterizada por líneas simples y sentadoras, listas para usar, y en 1973, de la fusión de un top cruzado al estilo de los cárdigans que abrigan a ballerinas y una falda evasé surgió el vestido Wrap, también  apodado “vestido envolvente”. En 1970 vendió cinco millones de prendas - algunas de las cuales en la actualidad cotizan en diversos sitios de venta online- y en 2014 fue el disparador de un libro llamado El recorrido de un vestido y de una muestra homónima. “Es más que un vestido, representa un espíritu. Es como una toga, es como un kimono, carece de  botones y representó un modo de  rebelión femenina a los estilos más recargados imperantes entre las neoyorquinas; inicialmente fue hecho en jersey para realzar  la figura. Lo  diseñé pensado para que se pudiera usar tanto para ir a trabajar como para una cita”, dijo por entonces la diseñadora que cumplió setenta años y continúa participando de la firma, si bien cedió la dirección creativa. La colección de Jonathan Saunders para Diane von Furstenberg pareció hacerse eco de los enunciados de Diane acerca de sus descripciones. La clave de sus innovaciones consiste en aplicar sus saberes sobre diseño textil -porque además de crear las estampas para su propio atelier, supo diseñar por encargo de la firma Alexander Mc Queen los  estilos en pasarela como los  que asoman en la tienda virtual-, representan un nuevo abordaje cromático con citas tribales y pictóricas al clásico Wrap dress y sugieren nuevas morfologías y diseños alrededor del estilo. De túnica y pantalones que según el protocolo de Saunders se llevan superpuestos, el pronunciado escote en v que caracteriza a los vestidos de Diane admite estampas de inspiración Basquiat, flores exóticas, porque Saunders considera a la marca de von Furstenberg como una compañía de textiles. Los 39 atuendos del look book admitieron tanto un trench coat  púrpura con sutiles rayas azules, la misma ecuación cromática se aplicó en seda al wrap dress, y también a un abrigo que funcionó como ensamble, fueron la superficie para geometrías y trazos contrastantes en glitter, se extendieron a rayas y lunares en verde y negro para componer variaciones sobre el sari. Una variante del  vestido a rayas blancas y naranjas se matizó con un abrigo de paño negro cruzado. Irrumpió en celeste y con texturas surgidas de algún  telar, se tradujo a drapeados azulinos y rojizos; por regla general se llevaron  con botas en punta que también ostentan diversidad cromática y extrema gracia. Los vestidos wrap en animal print se abrigaron con tapados celestes de paño o de piel falsa. Unos y otros estuvieron acompañados de accesorios de impronta arts & crafts, donde abundaron círculos y lazos que se extendieron desde el frente de las chaquetas hacia la superficie de las carteras y treparon hasta el cuello para culminar en  extravagantes foulards.,