El ministro de Economía de Santa Fe, Gonzalo Saglione, le puso número esta semana a la pérdida que tuvo la provincia por la caída  de ingresos por coparticipación nacional: diez mil millones de pesos, si se hubiera seguido con el mismo criterio que, por ejemplo, rigió para Buenos Aires. De hecho Santa Fe fue la provincia que más perdió, pero todas excepto el territorio que gobierna María Eugenia Vidal, vieron caer sus recursos. Según el estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal que se publicó en estos días, Buenos Aires se benefició con un incremento de fondos nacionales del 58,9%  respecto de junio del año pasado. Mientras que en el resto de las provincias sólo creció un 39% en promedio, pero con la espiral inflacionaria terminaron sin registrar aumentos coparticipables respecto de 2018.

Dentro del proceso de transición tanto en la provincia como en Rosario, los funcionarios tratan de destacar el impacto de los recortes nacionales y el consecuente esfuerzo extra que esta situación implica para ambas administraciones. Por ejemplo, en materia de transporte de pasajeros fue muy gráfica la conferencia de prensa que brindaron Mónica Alvarado y Carlos Comi desde la Secretaría de Transporte y el Ente de la Movilidad, para describir por qué se había evitado aquí el paro de choferes que se hizo efectivo en casi todo el país. "El esfuerzo que estamos haciendo con fondos propios es enorme. Se hace muy difícil sostener el servicio con el recorte de los subsidios nacionales y el aumento constante por inflación de todos los rubros que componen el transporte", destacó Comi. Al respecto, el ministro Saglione asegura que desde la provincia ya se hacen cargo de la mitad de los subsidios que desaparecieron de la Nación. La erogación se calcula en unos 54 millones de pesos mensuales para el servicio en Rosario.

El fondo sojero, otro de los baches que tuvo que sortear la Casa Gris.

Con todo el impacto en las tarifas es más que elocuente. Desde ayer los colectivos interurbanos cuestan un 23%  más y acumulan casi un 58% en el año, lo que implica que ya es más económico viajar en un auto gasolero todos los días desde San Lorenzo a Rosario que hacerlo en el transporte. Lo mismo para el TUP de Rosario cuyo boleto aumentó hace poco y ya implica para una familia tipo casi 4000 pesos por mes sólo para movilizarse dentro de la ciudad.

Este aumento en el transporte interurbano y urbano de Rosario, también se considera una pieza importante dentro de las transiciones. Ni el gobernador Miguel Lifschitz ni la intendenta Mónica Fein optaron por dejarles el campo minado a Omar Perotti y Pablo Javkin, respectivamente. De todas maneras, la futura administración provincial deberá encontrar los recursos para poner en marcha uno de sus anuncios más destacados durante la campaña, como lo es el boleto educativo gratuito sobre el que aún no hay una estimación concreta respecto de su impacto en las arcas públicas.

Es más, a nivel provincial se habla de otros posibles aumentos que podrían ser resueltos antes del traspaso: El de la energía eléctrica podría ser uno de ellos. Al respecto el ministro Saglione recordó que Nación eliminó este año la tarifa social eléctrica con lo cual unos 210 mil usuarios provinciales tendrían que haber asumido incrementos siderales en sus facturas si Santa Fe no asumía esos costos  Una situación similar a la de los recursos para el transporte público donde unos 3000 millones de pesos dejaron de ingresar a la provincia de un día para el otro.

Saglione destaca que si el gobierno de Santa Fe no asumía el esfuerzo propio, sus cuentas fiscales hubieran mejorado notablemente pero a costa del mayor sufrimiento de gran parte de la población. Por eso fue preferible que algunas de estas variantes hayan ido a engordar el déficit.

El otro impacto fuerte para las cuentas provinciales fue la discontinuación del Fondo Sojero que fue sostén de muchas obras públicas que se hicieron en el territorio santafesino. Allí también el gobierno apunta a la decisión que tomó de continuar las obras, entre otras cosas, por el efecto dinamizador que tienen en el marco de una economía profundamente recesiva. La síntesis que propone la gestión Lifschitz es que ante la adversidad que plantearon los recortes nacionales, hubiese sido suicida priorizar el orden fiscal santafesino. Es preferible un poco de déficit si es destinado a una protección mayor del bolsillo de los usuarios provinciales a los que, con todo, les resulta difícil no acusar el impacto de los incrementos en sus economías familiares.

En este marco se explican también las declaraciones del primer candidato a diputado nacional por Santa Fe del Frente de Todos, Marcos Cleri que en sus recorridas por distintas localidades de la provincia está destacando que "los recursos que generan los pueblos y ciudades del interior de la provincia, tienen que volver con políticas activas en defensa de la industria y el empleo, sosteniendo la educación y la inversión en ciencia y tecnología". En ese entendimiento el candidato observa que la mejor manera de acompañar el proyecto que encabeza Perotti en la provincia es provocando un cambio en la Nación con la opción de la fórmula Fernández-Fernández. "Hay que complementar acciones como las del boleto educativo gratuito que instrumentará el gobierno santafesino con inversión nacional para mejorar la inversión en educación, en ciencia y técnica", destacó.