Fue parte de la historia industrial del país acompañando los distintos procesos políticos y económicos durante los últimos 136 años. Pero no pudo sobrevivir a Cambiemos. La emblemática firma Alpargatas, que se encontraba dirigida por un holding brasileño, anunció la venta de tres plantas y una desmotadora de algodón por 14,4 millones de dólares, por lo que dejará de operar en el mercado textil local. Actualmente estaba enfocada en el denim, la tela con la que se fabrican los denominados jeans, y artículos de limpieza, como trapos de piso bajo la marca Media Naranja. En los últimos dos años se desprendió de ocho plantas textiles y despidió a 2545 operaciones. Sólo se quedará con una planta de calzado con 700 empleados en Tucumán.

La crónica de muerte comenzó a fines de 2016. En ese momento anunciaba la suspensión de todos sus trabajadores por dos semanas a partir del 12 de diciembre, y vacaciones obligadas inmediatamente después, desde el 26 de diciembre hasta el 26 de enero. La medida afectó a 3600 empleados de las ocho fábricas argentinas. La debacle que siguió después no tuvo respiro. En enero de 2017 cerró sus plantas de San Luis y Buenos Aires. En febrero de ese mismo año suspendió la producción de los domingos en la planta de Catamarca hasta marzo y en abril suspendió a otros 1100 empleados y a 500 en Tucumán. En noviembre del año pasado cerró otra fábrica en Chaco.

Finalmente, la semana pasada el grupo controlante brasileño comunicó a la Bolsa de San Pablo que “concluyó negociaciones sobre la venta de sus activos relacionados con las operaciones del segmento textil” a manos de la chaqueña Marfra. “Con la transferencia real de estos activos a sus respectivos compradores, que se concretarán en el plazo hasta el 1 de octubre, Alpargatas, a través de Alpargatas Argentina, deja de trabajar en el segmento textil”, fue lo que precisó el grupo a la Bolsa. El acuerdo vinculante incluye la venta de las plantas de Florencio Varela y la de Corrientes, mientras que las otras dos (Chaco y Catamarca) había sido traspasada a la empresa desmotadora chaqueña Marfra durante el año pasado.

La historia

Alpargatas inició sus actividades en 1883 a partir de la asociación de Juan Etchegaray (h), pionero de la fabricación manual de un calzado de lona con suela de yute y un miembro de una familia de industriales escoceses llamado Robert Fraser, productores de máquinas y telas. Ese año comienzan a trabajar juntos para la fabricación de las tradicionales alpargatas que luego darían nombre a la empresa, recuerda en su página Web la empresa. En 1890 inauguró su edificio Fabrica 1, el cual actualmente se mantiene en pie en avenida Patricios 1053. Ese año comenzó a operar en Uruguay.

Los primeros telares para la fabricación de lonas se instalan en 1892 dando inició formalmente a sus operaciones textiles. En 1910 las lonas Pampero comenzaban a formar parte del paisaje rural argentino. En 1913 abre su capital y comienza a cotizar en la Bolsa de Buenos Aires. Luego se sucedieron distintas inauguraciones de plantas en Ciudad y Provincia de Buenos Aires, Chaco, Tucumán y Catamarca. En los 70 lanza las marcas

Pampero, para ropa y calzado de trabajo, y Palette, textiles para el hogar. En esos años además expande sus negocios a otras actividad, como la Pesca, a través de Alpesca SA; bancos, mediante la toma de participación en el Banco Francés; Seguros, con su participación en La Buenos Aires Seguros, y Petróleo, a partir de la constitución de la sociedad Petrolar SA.

A fines de los obtiene la licencia para operar las marcas de calzado Nike en Argentina y Uruguay, “recibiendo al año siguiente el galardón internacional como mejor licencia Nike del mundo”. En 1988 Alpargatas inauguró una planta en la ciudad de Dolores, Uruguay, que estuvo dedicada a la fabricación de alpargatas de suela de yute, bajo las tradicionales marcas RUEDA y LUNA.

Transiciones

Desde 2002 comenzó una serie de reestructuraciones societarias que se fue extendiendo hasta la actualidad. En octubre de 2007 el Grupo Camargo Corrêa adquirió un 34,6 por ciento de Alpargatas en 51,7 millones de dólares e inició un proceso para alcanzar la participación accionaria total. Con esta transacción, la entonces São Paulo Alpargatas (luego fue Alpargatas de Brasil), asumía el control de la compañía argentina. La línea de ropa de trabajo Pampero fue vendida, en 2010, a una sociedad entre los dueños de Cardón y la familia Karagozian, propietaria TN Platex.

En octubre de 2012, Alpargatas se desprendió de la marca Palette. La empresa Coteminas, que produce en Argentina, se quedó con esa línea de negocios propiedad del grupo Camargo Correa. Coteminas se instaló en Argentina en 2004 tras haber comprado una planta de la ex Grafa en Santiago del Estero. Y si bien hasta 2010 sólo fabricaba telas de toallones en crudo y las exportaba a Brasil para su teñido, terminación y confección final, comenzó a producirlos íntegramente terminados, exportando el 30 por ciento.

En marzo de 2013 Alpargatas Brasil termina de tomar el control accionario de la textil argentina y en abril el Grupo Camargo Corrêa decide el retiro de la oferta pública y cotización de las acciones de Alpargatas SAIC de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, interrumpiendo una trayectoria de más de cien años (desde 1913) de cotización en el mercado de capitales argentino.

Dos años después, noviembre de 2015, el fondo de inversión J&F compra Alpargatas Brasil por 716 millones de dólares, adquiriendo todas las acciones en manos Camargo Correa, que en ese momento ya estaba envuelta en el escándalo de coimas con la estatal Petrobras. La cementera Camargo Correa reconoció haber integrado un cártel para manipular licitaciones, lo que generó condenas de reclusión para sus ejecutivos y le costó multas millonarias.

En 2017, Itaú Investimentos se asoció con la firma de inversión Cambuhy para comprar la participación total en Alpargatas que estaba en mano del fondo J&F. La operación se da luego de que J&F iniciara un proceso de desinversión para recaudar fondos con los que pagar una multa de 3100 millones de dólares a fiscales por el cargo de pago de sobornos a 1900 políticos, entre ellos el ex presidente Michel Temer, lo que se conoció como el Lavajato (lavadero de autos) brasileño. Se vendió en 3500 millones de dólares al grupo formado por los fondos Cambuhy, Itaú y Brasil Warrant. Desde entonces, las operaciones de Alpargatas en la Argentina se vieron resentidas por “caída en consumo y el aumento de la importaciones”, según reconoció la empresa con la primera tanda de suspensiones, puntapié inicial a un proceso de ajuste y cierre que da fin a 136 años de historia.