“Sorry por el carajo”, se disculpó, casi sin modular, el presidente Mauricio Macri, después de mostrarse eufórico porque logró que la Ciudad de Buenos Aires no quedara bajo el agua cada vez que llueve. “¡No se inunda más, carajo!” gritó el jefe de Estado mientras agitaba su mano izquierda como si fuera el capitán de un equipo de rugby que está por salir a jugar el partido más difícil. Durante el acto de cierre de la campaña porteña, en el Club Ferro Carril Oeste, el macrismo apuntó a marcar un paralelismo entre las situaciones con las que recibieron la Capital en 2007 y la Nación en 2015 para justificar que “las transformaciones llevan tiempo”. “El domingo todos a votar”, rogó el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.


Macri no se privó de nada. Muy cómodo en el escenario circular que caracteriza las campañas amarillas, el presidente aprovechó el momento para recordar a Juan Román Riquelme en sus festejos de gol imitando al “Topo Gigio”, mientras el público gritaba “sí se puede”, para alegría del Presidente. "Es el momento de redoblar la confianza. A mi me duele cada uno de los que la está pasando mal, cada uno de los que tiene dificultades porque vine acá para ayudar a cada uno de eso argentinos a que encuentre su lugar", dijo el mandatario.

Casi sin argumentos, tal como él mismo le sugirió a sus militantes que se manifiesten , Macri volvió a insistir que en los próximos comicios se define si el país "sigue hacia el futuro o si vuelve hacia el pasado, si se sigue batallando contra la delincuencia, las mafias y la corrupción que destruye oportunidades o si se sigue vinculando al país al mundo". En las primeras filas volvió a aparecer en público el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, luego de que se conociera que en 2018, durante la mayor inflación en los últimos 25 años, aumentó más de un 80% su patrimonio .

Además, le pidió al público que salga a convencer a “ese que todavía está enojado porque pensó que iba a ser más rápido. Perdón, pero todo lleva más tiempo y eso no invalida la intencionalidad de lo que estamos haciendo, esto es sano", diagnosticó el presidente mientras más del 30% de la población está por debajo de la línea de la pobreza. "Lo importante es entender que hay que pensar en el mediano y largo plazo", remarcó Macri.

En un discurso plagado de lugares comunes macristas, sonaron algunos cánticos aislados como el “no vuelven más”, “para Mauricio la reelección” y “Mariu, Mariu”, por la gobernadora Vidal que escuchaba al jefe de Estado desde la primera fila, junto con Larreta, los precandidatos a senadores por la Capital Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri -que ya se habían subido al escenario-, Santilli y los precandidatos a diputados por la Ciudad Maximiliano Ferraro y Victoria Morales Gorleri. De las frases más populares del macrismo sonaron algunas como "las cosas no se hacen de un día para el otro", “estamos construyendo las bases” y "eso lo hacen los magos, todo lo que estamos haciendo no es en vano”

El acto comenzó a las 12.15. De pronto dejó de sonar el reggaeton que se escuchaba en los parlantes los minutos previos y estalló el estribillo de la canción de Ciro y los persas que dice: ”Qué placer verte otra vez”. Con el coreo de fondo apareció Diego “El Colo” Santilli como maestro de ceremonia, corriendo por un pasillo, hecho con vallas, y arengando con el micrófono. El público se acercaba y ponía sus manos para que el secretario de Seguridad porteña las chocara. “No da lo mismo un Estado que deja a la gente en la calle con uno que da salud y educación”, dijo ayer en Ferro, apenas a un mes de la muerte de Sergio Zacariaz, el hombre de 52 años que murió de frío mientras dormía a pocos metros de la Casa Rosada.

Algunos minutos después fue el debut de Lousteau en el escenario del oficialismo porteño, acompañado por Tagliaferri, la ministra de Desarrollo Social que va de segunda en la boleta. El ex ministro de Economía no habló con un micrófono de mano. Como en los musicales de Broadway, las charlas TED, o los espectáculos de televisión, utilizó un micrófono vincha, que le dejaba las manos libres. En su discurso buscó dejar de lado su pasado opositor y aseguró que la gestión de Rodríguez Larreta tomó mucha de las propuestas que él hizo en 2015, como el aumento de inversión en los barrios de la zona sur de Buenos Aires.

Además, sobre su nueva relación con el oficialismo, dijo que el Presidente "tomó la decisión de abrir espacios a dirigentes que venían con la clara vocación de aportar, con la riqueza de miradas y perspectiva distintas". "No es un camino fácil, pero es un objetivo común, y si nos comprometemos con ese objetivo común va a haber resultados mucho antes de lo que esperamos", remarcó el radical. Sonriente ante los aplausos de los plateístas, Lousteau se subió al caballito electoral del macrismo y destacó “la lucha contra las mafias” y “las obras públicas”.

Desde el centro de la escena, Rodríguez Larreta enumeró las distintas obras que realizaron y redobló la apuesta: “¿Se imaginan lo que podemos hacer trabajando juntos cuatro años más?”. "Esta ciudad no fue siempre así. Cuando arrancamos con Mauricio y Gabi (Michetti) tuvimos que sentar las bases para un cambio que hoy disfrutamos. Mauricio le puso un temple enorme. Pero un día llovió y no se inundó, un día los chicos llegaron a las aulas y había calefacción. Y es el mismo proceso que está llevando Mauricio en toda la Argentina", recordó. Al momento de agradecer no se olvidó de su esposa Bárbara Diez, a quien besó delante de las cámaras. 

Entre los presentes y que no pertenecían al distrito, estaban el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; el senador Esteban Bullrich y María Eugenia Vidal, que dejó su poncho en la silla y subió al escenario. Recordó sus primeros años de trabajo en Capital con Horacio, Mauricio y Gabriela (durante todo el acto evitaron, a más no poder, los apellidos e insistieron con los nombres de pila, otro clásico). “Ese camino, esa perseverancia y ese compromiso que sale de acá es el que nos unió hace muchos años y nos sigue uniendo", enfatizó, y aprovechó para tirarle flores a Rodríguez Larreta al hablar de su "compromiso, honestidad, trabajo y persistencia. Para él no hay objetivo que no sea posible". Al candidato no le quedó otra que sonreír y darle un beso a la gobernadora. Todos felices.

Informe: Antonio Riccobene