Se hizo un control de la cantidad de plomo en la sangre a 175 chicos que viven o van a la escuela en las cercanías de la catedral de Notre-Dame, ya que en el incendio --el 15 de abril-- se fundieron alrededor de 400 toneladas de plomo y el residuo, en forma de polvillo, es altamente tóxico. En dos de esos chicos se detectaron niveles que superan el umbral de peligro y deberán someterse a controles regulares y uno de ellos deberá seguir una terapia de desintoxicación. Los trabajos de limpieza y remoción en la catedral fueron suspendidos mientras se limpian de plomo --con agua a ultra alta presión y gel con tensioactivos-- los alrededores para proteger a los trabajadores que desarrollan esas tareas.