"Quiero que la gente vuelva a ser feliz, a tener trabajo, que los pibes vayan al colegio a estudiar y no a comer, que los jubilados se vayan con la receta completa de la farmacia, que los científicos, los investigadores, puedan investigar y agregar valor", disparó ancohe desde el escenario frente al Monumento a la Bandera la precandidata a vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en una de las frase más emotivas del acto en un Parque Nacional colmado con una multitud que registra pocos antecedentes. A Cristina los ojos se le llenaron de lágrimas cuando vio la multitud que la aclamaba, recordaba a Néstor Kirchner y le agradecía por "tanto amor" con carteles hechos a mano, todo al ritmo de Mariposa Tecnicolor de Fito Páez. A su turno, el precandidato a presidente por el Frente de Todos (FdT), Alberto Fernández, propuso "construir una Argentina Federal". "Quiere decir que empecemos a pensar la Argentina desde el interior del país y no siempre desde mi querida ciudad de Buenos Aires", agregó.

La fiesta comenzó cerca de las 19 y le dio protagonismo a los gobernadores -en ejercicio y electos- y a los candidatos a Gobernador del Frente de Todos, en especial al local Omar Perotti, que dio el batacazo en las elecciones. Alberto Fernández se encargó de saludarlos y agradecerles uno por uno, mientras Cristina saludaba a la multitud que se convocó desde temprano frente al Monumento a la Bandera de Rosario.

La multitud festejó y agradeció a Cristina y vivó a Alberto.

La propia expresidenta tomó la palabra para abrir el acto y bromeó con su compañero de fórmula, tras lo cual se embarcó en una explicación respecto de por qué acompaña a Fernández. "Quiero que los argentinos vuelvan a ser felices. Necesitamos unir los esfuerzos de todos y de todas para poder dejar atrás esto tan feo que estamos viviendo como ciudadanos", sostuvo y confesó que "intuyó" las políticas que implementó el macrismo, aunque, dijo, "nunca" imaginó que "iba a ver las cosas que hoy estamos viendo y viviendo". "Nunca pensé volver a ver familias enteras viviendo en las calles", agregó.

Fue allí cuando un grupo empezo a corear el nombre del actual presidente e insultarlo. "Están esperando eso para seguir dividiendo a los argentinos. No les demos el gusto", reprendió CFK.

También remarcó que el peronismo y las fuerzas que conforman el Frente de Todos dejaron sus diferencias de lado porque "fueron capaces de entender" la necesidad de la unidad. "Uno va a poder advertir claramente cómo fueron de a poco dividiéndonos y enfrentándonos para finalmente llegar al Gobierno para hacer esto que realmente nadie esperaba en esta profundidad de maltrato", siguió. "El punto final para mi fue cuando, otra vez, decidieron endeudarnos con el FMI a todos los argentinos", agregó.

Y esa línea echó mano de una figura muy dura "ningún dirigente político se queda sin trabajo o come una vez al día". Por eso, Cristina argumentó que "los dirigentes tienen la responsabilidad de ponerle fin a esta situación". El mensaje se dirigía principalmente a Sergio Massa, a quien se encargó nuevamente de señalar entre la multitud.

Pero sin dudas, el momento más emotivo del acto fue cuando la ex presidenta respondió las muestras de afecto del público: "Si todavía estoy parada es por el amor de ustedes. Es recíproco, es inclaudicable, es insobornable", dijo.

El cierre de Cristina fue en verdad un pedido: "Los argentinos de a pie necesitan imperiosamente que a partir del 10 de diciembre haya otro gobierno. Alberto Fernández va a desarrollar una tarea espléndida como lo hizo cuando acompañó a Néstor", al presentar al candidato. Antes dejó un pedido: "quiero pedirles que no peleen", sugirió.

En su discurso, Alberto pidió: "Si alguna vez no estoy cumpliendo con

mi palabra, salgan a la calle a recordarme que les estoy fallando".

En medio del pase con su candidato a presidente Cristina hizo reír a los presentes. Es que su micrófono había quedado abierto y se escuchó su voz. "No voy a decir ninguna mala palabra, lo juro, porque después me graban de la AFI… no, no, no", sentenció la exmandataria, sabiendo que su micrófono encendido.

Luego fue el turno de Alberto quien de inmediato agradeció a Cristina por su "confianza". Después también mencionó la "enorme gratitud" de la gente en cada lugar que recorrió en su campaña". "Están todos muy preocupados por cómo me voy a llevar con Cristina. Nunca más me voy a pelear con ella", aseguró tomándolo casi como un compromiso de honor.

El mensaje tuvo como destinatarios a los gobernadores y en especial al anfitrión Omar Perotti. "La Argentina que se viene va a ser una Argentina muy distinta y estos gobernadores van a hacer parte", prometió. De paso también fustigó a Macri, ya que, dijo, sólo produjo "4 millones y medio de pobres" y prometió que los cambios en el país se notarán rápidamente. "El primer semestre que gobernemos vamos a cambiar a la Argentina, porque la suerte va a depender de nosotros", auguró y destacó: "Una vez más, con esa dignidad nos vamos a volver a poner de pie. Estos mismos personajes nos dejaron como ahora en el 2003… Salimos de ese laberinto por la dignidad de todo el pueblo argentino", siguió Fernández. Para el cierre, pidió que "si alguna vez no esté cumpliendo con mi palabra, salgan a la calle a recordarme que les estoy fallando".