Desde Lima

Nos separa una valla. Pero esto no va a impedir que Carlos "Chapa" Retegui, el DT del seleccionado argentino femenino de hockey sobre césped, Las Leonas, que acaba de ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima, acepte la invitación para charlar con este cronista tal como lo había hecho en los Juegos Olímpicos de Río, cuando logró la medalla de oro con el seleccionado masculino. En un gesto que lo pinta tal cual es, el mismo detiene la entrevista, corre la valla y dice: "Vení, pasá de este lado". En esta Lima de nube eterna, con frío intenso y una constante llovizna, Argentina venció con autoridad a Canadá por 5 a 1 y logró además la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

-¿Qué sensaciones te quedan de este oro panamericano?

-Siento un orgullo muy grande por las chicas. Ha sido un equipo que ha jugado con mucha generosidad, con mucha unión, con mucha alegría y la verdad es que estoy sumamente orgulloso por todas porque han hecho un torneo espectacular de principio a fin. Hemos tenido un semestre durísimo porque tuvimos la pro-league y hemos dado tres veces la vuelta al mundo en seis meses y hemos estado sólo un mes y medio en casa. Las chicas han dado todo de sí para lograr este triunfo panamericano que tiene doble premio: la medalla dorada y la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. Creo que ahora tenemos una tranquilidad enorme para poder planificar bien el año previo a los Juegos Olímpicos y poder llegar de la mejor manera. Estoy muy orgulloso y muy agradecido con la gente del Enard, la Secretaría, la Confederación Argentina de Hockey, a su presidente y a todo su equipo que nos ha apoyado incondicionalmente, a todo el staff que me ha acompañado. Y fundamentalmente a las jugadoras y a sus familias.

En los Juegos de Río de Janeiro 2016 lograste el oro con los varones; ahora aquí en Lima el oro con las mujeres, ¿qué diferencias hay entre entrenar a los hombres y a las mujeres?

-No hay ninguna diferencia. En la alta competencia los deportistas están preparados para dar lo mejor, para esforzarse, para entregarse, para jugar con el alma y con el espíritu, pero también entrenar con alma y espíritu, que eso es muy importante. Creo que quedó demostrado que el equipo ha jugado con esas cualidades: con mucha unión, con mucho esfuerzo, con mucho sentido de pertenencia y con una convicción inconmensurable. Así que a disfrutar. Unos días de descanso vienen bien para después arrancar con todo para Tokio.

Cachito Vigil decía recién que lo de Argentina fue una exhibición de hockey desde el primero hasta el último minuto. ¿Lo considerás así o pensás que quedan cosas por corregir?

-Creo que jugar una final con estas características y ganarle a un equipo que ha mejorado muchísimo (hay que felicitar a Canadá) con la autoridad con la que la hemos ganado, es muy meritorio. No solamente por el 5 a 1 y la diferencia en el resultado sino por cómo jugó el equipo. Cómo dijo alguna vez el Cholo Simeone, jugamos con el cuchillo entre los dientes cada segundo. Eso es fundamental para demostrar la convicción, con el juego, con la pelota. Premio y mérito de las jugadoras.

¿Cómo llevás el hecho de tener a tu hija en el plantel? ¿Podés ser objetivo? ¿Tenés que medirte? ¿Hay veces que sos más estricto con ella?

-En el proceso anterior me pasó con Juani Gilardi, que es mi primo hermano, y a lo mejor era demasiado exigente y duro con él. En lo que creo que he evolucionado como entrenador es en que intento que Mica sea una más. Para mí son todas iguales. El trabajo del cuerpo técnico es darle lo mejor a cada jugadora, tenga el apellido que tenga. Lo hemos demostrado durante estos seis meses y tiene que seguir siendo así. Me parecía muy injusto que una jugadora con talento no pudiera ser convocada por portación de apellido. Está demostrado que puede jugar, que tiene el mismo talento que sus compañeras. Mica es una más. Para mí es una más.

¿Como te ves en Japón? 

-Lo veo como una meta. Creo que se viene lo mejor. La preparación va a ser durísima y hay que disfrutarla. 

Carlos "Chapa" Retegui se abraza con su hija, está feliz pero sereno. No tan sereno como, cuando faltando pocos minutos para el final del partido y con el 5 a 1 selladísimo, seguía gritando desaforadamente dándole indicaciones al equipo, igual que cuando iban 0 a 0. Acepta todos los pedidos de selfies y de autógrafos. Comienza su caminata hacia el ómnibus. Antes de retirarse se da vuelta y agradece enfáticamente a los voluntarios y al personal de seguridad.