La dilación fue larga para Alexandr Dolgopolov. El ucraniano tuvo que esperar cinco años para volver a festejar un título en el circuito mundial, y Buenos Aires fue la ciudad que le devolvió la sonrisa. El que obtuvo ayer en el Lawn Tennis fue el tercero de su carrera, y lo hizo nada menos que ante el quinto jugador del mundo: el japonés Kei Nishikori. La última vez que había llegado a lo más alto fue en agosto de 2012, cuando se consagró en Washington frente al alemán Tommy Haas. Sin duda, el europeo cumplió una gran semana debido a que se adjudicó el certamen sin haber perdido un solo set. La final fue 7-6 (7-4), 6-4 y exhibió que tiene argumentos sólidos para ubicarse entre los diez mejores del ranking.

“Sin duda, fue un gran torneo para mí. Le pudo ganar por primera vez a Kei y eso me da impulso para lo que vendrá más adelante”, destacó el campeón luego de su victoria. “Mi táctica fue jugar agresivo, más que en los partidos anteriores, y aprovechar su segundo saque. Eso fue lo que hice”, amplió el ucraniano, quien hasta ayer ocupaba el 66 lugar del escalafón.

El público terminó apoyando a Dolgopolov, que recibió como premio un original mate de calabaza y plata sobre un pedestal de quebracho, de manos del cordobés Gustavo Fernández, el campeón argentino de tenis adaptado.

“Los últimos dos o tres años se me hizo difícil tener regularidad por las distintas lesiones. Si estoy bien físicamente me puedo acercar al top ten. Eso es a lo que aspiro”, remarcó el ganador. 

El que sorprendió con su actuación fue el japonés, que había arribado al encuentro decisivo con algunas dificultades para superar a sus rivales. Inclusive, tanto Diego Schwartzman como Carlos Berlocq lo exigieron mucho y pudieron quitarle un set. Nishikori dejó en claro que el polvo de ladrillo no es la superficie donde se siente más cómodo, y si bien ofreció mucho de su repertorio tenístico, frente al ucraniano no pudo tomar la iniciativa del partido en ningún momento.

Con la de ayer, el oriental estiró a seis el número de finales perdidas en forma consecutiva, ya que venía de frustraciones en Miami, Barcelona, Toronto y Basilea 2016, y el mes pasado en Brisbane. Su record quedó en 11 títulos y 11 definiciones desaprovechadas.

“Creo que tuve más chances en el primer set, él jugó muy bien y estuvo sólido. Pero siento que hice un buen partido en líneas generales”, indicó Nishikori. El único quiebre de la final se dio en el segundo parcial, cuando Dolgopolov lo consiguió en el séptimo game para adelantarse 4-3. “Hacía mucho calor, pero eso no influyó para nada en mi juego. Espero poder ajustar algunas cosas en Río de Janeiro”, dijo el perdedor. Su rostro denotaba cierto fastidio por lo que había ocurrido un rato antes.

Alejandro Leiva
A Nishikori le costó mostrar su nivel en el polvo de ladrillo.