“Jack Bauer nuestro que operas en las oscuridades con tu 9mm lista, santificado sea tu tiempo real, hágase todo bajo tu rigor y líbranos de las conspiraciones y el Mal. Amén…”. Su país se encuentra –nuevamente– ante una crisis de alcances insospechados por una serie de atentados. Y el protagonista de 24 (interpretado por Kiefer Sutherland durante 9 temporadas y un film para tevé) sería ideal para resolver los problemas salvo que tiene algunos asuntos pendientes. Por eso en Designated Survivor (Netflix) y 24: Legacy (va por FOX los lunes a las 22) solo queda sacar la estampita del ex hombre fuerte de la Unidad Anti Terrorista e implorar que la oración haga efecto. 

En la primera, el actor encarna a Tom Kirkman, el “sobreviviente designado” al que alude el título. Tras un atentado en pleno Capitolio que arrasó con el Jefe de Estado, su vice, el resto de los ministros, y buena parte de los congresistas, debe jurar como Presidente. Así es como el último orejón del tarro de un gabinete (incluso estaban por removerlo), pasa de ser secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano a sobrellevar los designios de la nación más poderosa de la tierra, nuevamente jaqueada. Los primeros episodios se centraron en sus dudas por tener que afrontar ese cargo, las responsabilidades de su familia, mientras por lo bajo se van tejiendo y desenredando los complots. ¿En quién confiar ahora que está en la mira de todos? ¿Quién perpetró semejante matanza? Dos preguntas cuyas respuestas están demasiado cerca de Kirkman. 

Uno de los atractivos de Desginated Survivor es advertir a ese hombre íntegro desenvolviéndose en una tarea que no estaba en sus planes. Sin la genialidad narrativa de 24, la ficción cuenta con la solvencia de un thriller político y drama familiar. A medida que avanza la trama se van presentando papeles secundarios atractivos, como el del redactor de los discursos y el consejero de Kirkman (Kal Penn), su esposa (Natascha McElhone) o el de la agente del FBI (Maggie Q) asignada a resolver el ataque y convencida de que sus perpetradores aún no han terminado su trabajo. De hecho el impasse de temporada hacia mediados de diciembre acabó con Kirkman en la mira de los asesinos como en El día del Chacal (Fred Zinnemann; 1973)

Ver a Sutherland encarnar a “Mr. President” genera un extraño deja vú que, en realidad, no es tal. Sin armas, al menos en sus manos, sabemos que al final del día habrá hecho bien su trabajo, es decir, salvar al mundo. Sutherland dijo que Desginated Survivor tiene un aire a The West Wing pero con mayor suspenso y acción. La entrega, original de la ABC, retornará hacia mediados de marzo por lo que es una chance perfecta para ver los primeros diez episodios por Netflix. “De alguna manera, el personaje tiene que aprender a lidiar con todas las peleas a su alrededor y dar las respuestas correctas”, le había declarado Sutherland a la Rolling Stone.  

24: Legacy, por su parte, es un relanzamiento de aquella serie que renovara el lenguaje narrativo con su vértigo de continuidad, sus pantallas partidas, sus polémicas ideológicas, y la certeza de haber sido, durante un buen tiempo, la serie más representativa del estado de shock post 11-S estadounidense. El escenario ha cambiado, hay nuevos personajes, pero se mantiene el andamiaje que la hiciera famosa, principalmente el de su formato temporal. Eric Carter (Corey Hawkins), emprende una carrera contra el reloj para detener un ataque de terroristas musulmanes. El ranger eliminó al líder de su grupo en Yemen, y ahora los seguidores de Bin-Khalid querrán exterminar a su familia en casa. Carter va a recurrir a la enigmática UAT, que antes tuviera a Bauer entre sus filas, para que ayuden a los suyos y él se pondrá a sus servicios para detener el posible ataque en suelo estadounidense. Obviamente  el principal enemigo a vencer de este reboot de doce episodios es su mentor fantasma y la necesidad de hacerlo olvidar. Tarea imposible desde el vamos y que sus creadores tienen muy en cuenta. No descartan que haya una chance de que Bauer le salve las papas a Hawkins. “Ya lo he abandonado dos veces y me he equivocado, así que no lo diré de nuevo. Se trata de un guion fabuloso y creo que para los guionistas es increíblemente liberador no tener que imaginarse otro día malo para Jack Bauer. Escriben para nuevos personajes. Y Bauer sigue ahí afuera, así que nunca sabes lo que pasará”, planteó Sutherland que aquí oficia de productor ejecutivo. Además, vale recordar dónde y cómo había quedado el hitman en su última aparición. Se ofrecía como intercambio a los rusos para salvarle el pellejo a su familia y leales. Justamente Rusia, país que por estos días está haciendo su propio juego de espías en el país gobernado por Donald Trump. Pero hasta donde se sabe Jack Bauer no tiene nada que ver con ello.