En un país con 40 y pico de millones de técnicos, los videojuegos que proponen manejar un club de fútbol son un clásico. Incluso entre gamers que tendrían un brote alérgico si los pusieran cerca de una Nº 5, la idea de administrar, entrenar y ordenar en el césped un equipo de 11 puede a cualquiera. La mayoría de las plataformas tiene al menos un juego de este tipo, aunque como en general no hay requerimientos técnicos muy complejos, brillan en las PC y teléfonos más modestos. Para patear como Messi hará falta una Play quincemil, pero para indicarle al 9 del propio equipo adónde correr alcanza con mucho menos.

Soccer Manager 2017 es multiplataformas y se puede jugar sin poner un peso, salvo que uno quiera alguna que otra opción extra. Underworld Football Manager es para celulares y, como otros títulos “administrativos”, sus objetivos se logran con tiempo y paciencia, o apurando la construcción y el entrenamiento con recursos que siempre es posible ampliar por una módica suma de plata real. ManagerZone y Hattrick fueron originalmente para PC, aunque hoy la conexión casi permanente a Internet los convirtió en multiplataforma: ninguno de ellos requiere un dinero extra para montar un equipo exitoso, aunque los que bancan financieramente a sus creadores consiguen algún que otro chiche extra que –afortunadamente– no hace la diferencia en el “rendimiento deportivo” del equipo.

Todos estos juegos tienen en común dos ejes: la necesidad de administrar las cuentas del club y el entrenamiento de los jugadores en distintas características más o menos abstractas, que van por su capacidad para manejar el balón, defender o calzarse los guantes, con variantes. Además, cada uno incluye su simulador de resultados de partidos y su propia lógica para estimar los ganadores. Y para buena o mala fortuna, dejan abierta la puerta a que eventos inesperados rompan los pronósticos.

De todos estos, el más original es Underworld Football Manager. Es el único que no pretender ser serio, cuando ya desde la premisa propone manejar el club con un sistema moral que haría sonrojar a más de un barrabrava. Vale envenenar rivales, sobornar árbitros y hacer macumbas. Claro, como se participa contra jugadores del resto del mundo, también se está expuesto a sufrir trapisondas. El juego es muy intuitivo y aunque tiene algunos pasajes traducidos con los pies, es muy accesible. Tiene un buen sistema de misiones y recompensas que permiten al recién llegado aprender el juego y ayuda a avanzar aún sin dinero extra. Es una gran opción casual, para picotear en las pausas.

Soccer Manager 2017 permite tomar equipos de la vida real: Olimpo de Bahía Blanca o un equipo de la primera división belga. Ahí está la liga entera de cada país, con sus jugadores y sus copas. Se pueden armar torneos con otros usuarios directamente o –el modo más común– jugar temporadas en solitario al propio ritmo. Es el único de estos cuatro con esta característica. Su complejidad es media, aunque el entrenamiento no parece tener mucho peso en los resultados. Es factible arrancar con una racha positiva de tres o cuatro partidos ganados sin haber hecho más que acomodar mejor o peor algunos jugadores en la cancha. Y rinde para quienes tienen el fetiche de llevar a la gloria que esquiva a su club favorito.

Hattrick y ManagerZone son las opciones más interesantes para quienes prefieren comprometerse con un juego a largo plazo y no buscan victorias fáciles. Ambos son online y ubican a los jugadores en ligas y torneos con otros equipos inventados (en Hattrick el jugador crea su propio equipo, en el ManagerZone se le asigna uno). Se comienza con un poco de dinero virtual y un grupo de jugadores modestos a los que hay que entrenar, vender y negociar para buscar refuerzos. Además, claro, de enseñarles a pararse en la cancha mientras las cuentas del club se mantienen más o menos sanas.

De los dos, Hattrick es más intuitivo y sencillo para arrancar. Tiene una comunidad excepcional y cantidad de guías para que el novato arranque con buen pie. ManagerZone es mucho más complejo en sus opciones y las guías buenas son más difíciles de encontrar, pero también permite jugar hasta cinco partidos por semana, contra los dos (rara vez tres) de Hattrick. Otro detalle en el que destaca el MZ es su simulador de partidos: uno puede seguirlo en un relato con texto, en un video en 2D y hasta en un 3D bastante digno.

Ninguno de los dos garantiza el éxito desde el primer momento y ambos son muy honestos con el jugador: ganar es difícil porque enfrente hay otros seres humanos que seguramente ya tienen experiencia y equipos más entrenados, así que hay que armarse de paciencia y avanzar despacio, calculando los movimientos y tratando de sorprender al rival con la formación de cada domingo.

Como demuestran performances de varios clubes chicos en Argentina, el buen trabajo, un club ordenado y un plan a largo plazo traen ascensos y copas. Aunque claro, en Argentina, con tantos técnicos, siempre hay un rival a mano para discutir el mejor camino al título. Acá no queda más que prender la computadora y averiguar quién tiene razón.