Desde Quito

La incertidumbre continúa en Ecuador debido a que restan escrutar un 9% de votos y Lenín Moreno, el candidato de Alianza PAIS, está a 0,9 puntos de obtener la victoria en primera vuelta. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) Moreno consigue el 39,1% y el aspirante de la Alianza CREO-SUMA, Guillermo Lasso el 28,4%.

Juan Pablo Pozo, presidente del CNE, destacó que para el jueves creía que iban a contar con los resultados definitivos y agregó que “existe un 5,49% de actas que presentaron inconsistencias numéricas, cuyos resultados varían en un 1% del total”.

 El oficialismo se mostró cauto y llamó a esperar el resultado final, mientras que la oposición convocó a sus seguidores a manifestarse frente al CNE “para evitar el fraude”, según expresó Andrés Páez, quien se encuentra desde la madrugada de ayer en el CNE y es el candidato a la vicepresidencia de Guillermo Lasso. Del mismo modo se expresó Cynthia Viteri, candidata a presidenta que alcanza el 16%: “Salgamos a las calles para defender la democracia”.

El coordinador general de Alianza PAIS, José Egas, rechazó de manera categórica la posibilidad de un posible fraude: “Jamás haríamos fraude. La oposición quiere generar caos y actúan de una manera que denominamos ‘sucia’ al igual que lo hicieron en la campaña”. Consuelo Hidalgo, asesora y ex secretaria de comunicación del partido de gobierno, coincidió: “Las elecciones han sido transparentes; los medios privados quieren instalar que la segunda vuelta ya es un hecho, pero todavía hay que esperar”.

“Todos los procesos electorales tienen inconvenientes. Acá lo importante es tener la seguridad de que este tipo de dificultades se resuelvan. Puedo reconocer públicamente que las que hubo se corrigieron de inmediato”, afirmó en una conferencia de prensa ayer a la tarde Alexander Vega, coordinador general de la misión observadora de la Unasur y presidente del CNE colombiano. Asimismo, añadió: “Quiero resaltar el gran adelanto del sistema electoral ecuatoriano en cuanto a la transmisión de datos, digitalización de actas y eliminación de las juntas intermedias que hace que tengan hasta el momento un escrutinio del 85%. En Colombia el escrutinio para presidente se demora entre 6 y 7 días. Es un logro que hay que reconocer desde el punto de vista técnico”.

Alianza PAIS volvió a posicionarse como la primera fuerza política al igual que en las diez elecciones anteriores desde la asunción de Correa en 2007 –entre presidenciales, regionales y referéndums– sin embargo, no logró imponer superioridad en sus bastiones electorales, como las provincias de Pichincha –donde se encuentra la capital, Quito– y Azuay, que cuenta con la tercera ciudad más poblada del país: Cuenca.

En Guayas, la provincia de mayor población, Moreno obtenía un 38,5% y una clara diferencia de 17 puntos con Lasso, pero mucho menor a los 40 puntos de diferencia entre Correa y (el candidato de CREO-SUMA) en las elecciones de 2013. Los votos de los residentes en el extranjero tampoco tendrían la gravitación necesaria que anhelaba PAIS: Moreno llegaba al 41%, mientras que el actual presidente arrasó con el 73% hace cuatro años.

“Hay un desgaste natural de PAIS como fuerza hegemónica y cansancio frente a las formas prepotentes. Además, los ciudadanos comenzaron a sentir la situación económica en el bolsillo el año pasado”, expresó Manuela Celi, socióloga y magíster en Estudios Latinoamericanos por el Instituto Ortega y Gasset de España. Por otro lado, Celi explicó que “Lasso viene haciendo campaña hace cuatro años, desde la elección anterior. La clase media, que tienen inclinación hacia un pensamiento individual, vio disminuido su poder de consumo y trunca la posibilidad de seguir ascendiendo. Considero que vieron un correlato en el discurso de Lasso”.

El economista y profesor de la Universidad Católica del Ecuador Andrés Mideros Mora opinó que “la elección se da en un contexto de recesión económica generada por la crisis económica internacional, la caída del precio del petróleo y la apreciación del dólar, lo que afecta la balanza de pagos ecuatoriana de manera particular por ser una economía dolarizada. A eso se suma la ausencia de Correa en la papeleta electoral lo que genera de por sí un cambio significativo en la política nacional”.  

Egas destacó que a pesar de la actual situación “nunca se tomaron medidas que afecten al bolsillo de los sectores más vulnerables” y agregó que “el gobierno de la Revolución Ciudadana defiende los intereses de las clases populares”. No obstante, manifestó que el resultado de la elección los obliga a hacerse una autocrítica y estar abiertos a las opiniones y críticas de la ciudadanía.

En caso de una hipotética segunda vuelta, los votos de Viteri (16%) y del socialdemócrata Moncayo (6,8%) serían claves. La candidata del Partido Social Cristiano (PSC) ya reveló que apoyará a Lasso –el PSC no presentó candidato propio en 2013 y respaldó a Lasso–. Los une una historia común en la década de los 90 y principio de los 2000 en la “larga y triste noche neoliberal”, según la cataloga el oficialismo, y un programa de gobierno muy similar. 

“En un baltottage el voto duro de Cynthia va a ir para Lasso. Por otro lado, la candidatura de Moncayo tiene cierta identidad de izquierda y votantes desencantados con PAIS, pero a la vez hay sectores, como Pachakutik, que, a pesar de haber formado parte del gobierno, al día de hoy son muy contrarios”, explicó Celi. 

Los cuatro candidatos restantes sumados no superan el 10%, pero ante un escenario reñido, podría pesar. Fuerza Compromiso Social (FCS), encabezado por el joven médico Iván Espinel, fue uno de los tres de los ocho aspirantes a la presidencia que apoyó el “sí”  en la consulta popular para prohibir que un candidato a un cargo de elección popular o un funcionario público pueda tener activos en paraísos fiscales. Espinel superaba el 3%. Por otra parte, se presume que los 4,7 puntos de Dalo Bucaram (4,7%), hijo del ex presidente destituido en 1997 por el Parlamento por “incapacidad mental” Abdalá Bucaram, tienen un perfil marcadamente opositor, al igual que quienes sufragaron a favor de Patricio Zuquilanda (0,8%). El caso del ex fiscal General del Estado, Washington Pesántez (0,8%), quien también propuso el “sí” en la consulta popular sería similar al de Espinel. 

Además del triunfo de Moreno, otras dos victorias se estaría alzando el oficialismo: en la consulta popular sobre paraísos fiscales y en el Poder Legislativo. Con el 50% escrutado, un 54% votó “sí” a la siguiente pregunta: “Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener viene o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales? (ver recuadro). En caso de ser elegido presidente, Lasso debería desprenderse del banco que tiene en Panamá; también, algunos dirigentes de la oposición como Jaime Nebot, del Partido Social Cristiano y alcalde de Guayaquil, se verán obligados a cerrar o transferir esas cuentas a sitios que no sean paraísos fiscales. En el caso de la Asamblea Nacional –Poder Legislativo Unicameral–  Alianza PAIS obtiene entre 69 y 75 diputados sobre un total de 137. No contaría con los dos tercios que posee actualmente, pero sí con una mayoría simple.


Funcionarios sin paraísos

La consulta popular planteada por Rafael Correa sobre la prohibición para que funcionarios públicos o de elección popular tengan bienes o capitales de cualquier naturaleza en paraísos fiscales, realizada junto al comicio presidencial del domingo, recibió un amplio respaldo. Con el 52 por ciento de las actas computadas, la opción por el Sí cosechaba el 51,26 por ciento y superaba de ese modo al No, que trepaba al 45,80 por ciento. El resultado fue celebrado por el mandatario saliente, quien escribió en su cuenta de Twitter: “Ganamos ampliamente la consulta popular. ¡Gracias ecuatorianos!”. Correa defendió la iniciativa como la propuesta de todo un pueblo. “Queremos de verdad luchar contra la corrupción, no a los paraísos fiscales o visto de otra forma sí a la consulta popular”, manifestó. Según estimaciones, en los paraísos fiscales permanecen 30.000 millones de dólares que representan la tercera parte de la economía ecuatoriana, y más del 30 por ciento del PIB.