Quedan dos meses para las elecciones generales, donde se definirá quién será el próximo presidente de Argentina. Para que el Gobierno llegue con tranquilidad cambiaria deberán seguirse de cerca tres variables: la renovación de los vencimientos de corto plazo, el desembolso del FMI y los depósitos de los ahorristas. Y el mismo tiempo, esperar que en un mundo atravesado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China no suceda nada que pueda impactar en los países emergentes. Habrá que esperar esta conjunción de variables, dado que Guido Sandleris, presidente del Banco Central, dijo que “no hay plan B”, durante su última conferencia de prensa. Tres economistas con visión heterodoxa analizaron este complejo panorama en PáginaI12.

Agustín D´attellis, director de Agora Consultores y docente de la UBA, aseguró que para que se mantenga la estabilidad financiera será clave la renovación de instrumentos de corto plazo, como las Letes, las Lecap y las Lecer. “Después de las PASO se renovaron el 20 por ciento de las Letes y para cumplir con el programa, el Gobierno tenía el supuesto de que la renovación era del 50 por ciento”, afirmó el economista. Además, será clave la aprobación del próximo desembolso del FMI por 5400 millones de dólares. “Si el Fondo se corre, eso puede empujar a una situación de default”, agregó. Por último, habrá que seguir de cerca que los depósitos en dólares no salgan del sistema por crisis de confianza.

Para D´attellis, todas estas variables en algún sentido están en manos del Gobierno si es que logra generar confianza. “Están en una situación debilitada, ya ni al FMI le interesa hablar con ellos”, opinó el economista. Sobre la reunión del organismo del lunes con el Frente de Todos, agregó que la mayor incertidumbre hoy del Fondo es si el próximo desembolso termina en fuga de capitales, tal como denuncia Alberto Fernández. En este sentido, D´attellis se pregunta: “¿Van a volver a permitir esto o pueden llegar a proponer algún tipo de control de capitales?”. El analista considera que sería una medida aplicada ante una crisis absoluta, dado que ante una corrida cambiaria, un dólar sin techo podría derivar en una inercia inflacionaria.

Esta conjunción de variables que deberían darse para sostener la estabilidad financiera nada tiene que ver con los efectos irreversibles que habrá en la economía real. “Se vienen meses de alta inflación, caída en el salario real y baja en la actividad económica”, agregó D´attellis.

El BCRA en la encrucijada

Para Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner, el Banco Central se encuentra en una encrucijada. Ante una demanda creciente de dólares, las intervenciones le ponen un techo al dólar y evitan una mayor inflación, pero culminan en una pérdida de reservas. “El hecho de que haya un Banco Central dispuesto a intervenir es estabilizante, pero el problema acá es que no se sabe cuál será la demanda de dólares ante una dolarización de los depósitos”, adelantó el economista.

Además, tampoco quedan muchas alternativas: “No tienen oferta de dólares pero tampoco llevan a cabo ninguna medida. La tasa de interés es cada vez más inefectiva por la elevación de la prima de riesgo país que hace menos tentadora la apuesta a los capitales especulativos. Y el propio acuerdo con el FMI limita la posición vendedora en futuros del Central, con el cual el Gobierno solo cuenta con la venta contado”, explicó Vanoli. En este contexto, en caso de haber un cambio de Gobierno en las próximas elecciones, la gestión actual llegará a diciembre “con muletas”.

Medidas de emergencia que fueron implementadas en el pasado no fueron aplicadas esta vez por el Gobierno, dado que el presidente, Mauricio Macri, está en campaña. Estas fueron la suba de retenciones, la limitación de ciertas importaciones, la implantación de liquidación para exportadores o la regulación de entrada y salida de capitales golondrina. Daniel Artana, viceministro de Ricardo López Murphy en el 2001, aseguró en una entrevista radial hace ya unos días que debería implementarse un control de capitales para “frenar el goteo de reservas”. "No es un tema de izqueirda o de derecha, es un tema de supervivencia; control de capitales puso hasta Domingo Cavallo", había dicho Artana la semana pasada. 

Para Jorge Carrera, ex gerente de investigaciones del Banco Central, el Gobierno está sufriendo “el castigo de la improvisación”, dado que utilizó todos los recursos para la campaña electoral y hoy tiene “pocas reservas” en el Banco Central. Asegura que el desembolso del FMI es fundamental para atender los próximos vencimientos de deuda pero también como mensaje para los mercados. Y agregó que Carlos Melconian, ex titular del Banco Nación, se sinceró este martes cuando en un evento de IDEA dijo que el programa macroeconómico con el FMI es "incontinuable". “Lo venimos diciendo desde octubre del año pasado. El programa es muy recesivo, la tasa de interés ahoga la economía y la mantiene como un zombie. No logró ni bajar la inflación, ni estabilizar los mercados, ya que el riesgo país está en más de 1800 puntos”, opinó Carrera.

A todo lo que debería cumplirse para que se mantenga la estabilidad financiera se suma un factor clave: lo que ocurra en el mundo. Para Bloomberg, Argentina es la economía más vulnerable ante shocks externos. “Hay que esperar que la caída en Brasil no sea tanto como se prevé y que en la guerra comercial de China y Estados Unidos no caiga el precio de los commodities”, agregó Carrera.