Hasta Miguel Ángel Pichetto se le anima a su compañero de fórmula. En medio del martes negro que ayer hizo temblar la economía argentina, el senador cuestionó a los ministros por su relativa “vocación de dar pelea” en los comicios generales de octubre y lanzó un teorema que pone en tela de juicio la capacidad de gestión de Mauricio Macri: “El valor del dólar es directamente proporcional a la autoridad presidencial”.

“Entendamos cómo es el juego porque si no estamos equivocados: el Presidente tiene que tomar (decisiones) con su equipo”, puntualizó el senador y candidato a vicepresidente de Mauricio Macri durante una entrevista periodística en la que no ahorró tiros por elevación que cayeron sobre la Casa Rosada.


Para Pichetto, “los ministros tienen que salir a explicar” a los votantes los motivos por los cuales Cambiemos debiera seguir al frente del Gobierno, “porque si no hay vocación por dar la pelea, el proceso se va a acelerar con deterioro para el Gobierno y el propio Presidente".

En este sentido, instó a tomar medidas. “Hay que abordar la coyuntura, estabilizar y anclar el dólar, y dar la pelea por octubre”, insistió y remató con una definición que podría convertirse en axioma del macrismo o bien en un teorema como el que en la década del ’80 estableció el ex diputado radical Raúl Baglini cuando sostuvo que las posiciones políticas de un dirigente son inversamente proporcionales a su cercanía al poder.

“El valor del dólar es directamente proporcional a la autoridad presidencial”, dijo Pichetto y, sin querer queriendo, dejó picando un parámetro de evaluación que deja en evidencia cuál es la eficacia de la administración de Mauricio Macri, que en 2015 recibió un dólar a 14 pesos y ahora, al final de su mandato, roza los 60 pesos.

Antes de dar esas definiciones, en su charla por A24 Pichetto había procurado mostrar la supuesta fortaleza de Macri con una obviedad: “No hay vacío de poder, Macri está en ejercicio”, afirmó. Su frase trajo el eco de aquel “el Presidente está en control” que dijo durante la conferencia del día siguiente de la derrota de las PASO, cuando el jefe de Estado responsabilizó a la oposición por el estallido de la economía.


Durante el resto de la entrevista, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio ocupó la mayor parte de su alocución para volver con aquella estrategia de echarle la culpa a quienes ganaron las primarias. “Del otro lado quieren que se prenda fuego todo”, indicó y pidió “dejar de alentar tonterías de transición y del diálogo democrático” porque “no existe eso”.

“Del otro lado quieren prenderle fuego a la pradera. Están tirando nafta” y “el Gobierno está obligado a tomar decisiones porque está solo en este juego”, exageró.

Sin mencionar al Frente de Todos pero en clara alusión a esa fuerza política y a su candidato a presidente Alberto Fernández, añadió que hay dirigentes que “quieren que no venga plata del FMI” y los acusó de fomentar “una construcción cultural por izquierda”.

“Vamos regalarles remedios a todos, vamos a hacer cosas alegres. Después todo volará por el aire, pero mientras tanto sirve para moderar voluntades”, criticó el senador, en referencia a Fernández.