Las nuevas rondas de devaluación del peso empujaron por arriba del 4 por ciento y hasta el 5 por ciento las expectativas de inflación para agosto. También se eleva fuertemente el piso para septiembre y los meses que siguen, con lo cual la inflación anual sería superior al 50 por ciento. La fuerte suba del tipo de cambio de más del 30 por ciento posterior a las PASO elevó los precios de toda la economía en una cuantía que va del 10 al 20 por ciento e incluso llegando al 30 por ciento en el caso de los insumos dolarizados y bienes de consumo importados. El rebrote de la incertidumbre en paralelo a las dudas sobre el próximo desembolso del FMI volvió a mover los precios. Así, el Gobierno terminará el año con 30 puntos de inflación por encima de la pauta del 23 por ciento establecida en el Presupuesto 2019.

La devaluación posterior a las PASO rompió nuevamente los pronósticos de inflación. Las consultoras estiman que la suba de precios sería de entre el 4 y 5 por ciento en agosto y algo similar ocurriría en septiembre. Entre las subas de precios de las últimas horas aparece un aumento de entre el 15 y el 18 por ciento en el ganado vacuno, mientras que la carne de cerdo se movió de la mano del dólar. Se espera una fuerte caída en el consumo de carne vacuna. También se conoció un aumento del 25 por ciento en los aceites de mesa, que aplican todas las grandes empresas que operan en el mercado local. Además, el aumento de precios viene de la mano de un pedido de acortar plazos de pago para los comercios bajo amenaza de desabastecimiento.

La historia de la inflación en el gobierno de Mauricio Macri es la de un rotundo fracaso. El 13 de enero de 2016, el por entonces ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay presentaba el plan del gobierno nacional para bajar la inflación. La promesa en materia de precios era que la inflación de 2016 sería del 25 por ciento a raíz de la megadevaluación derivada del levantamiento de las restricciones cambiarias. En 2017, decía Prat-Gay, la inflación bajaría a un rango del 12 al 17 por ciento y a una banda de entre el 8 y el 12 por ciento para 2018, “concluyendo el último año de la gestión Macri en un dígito alrededor 5 por ciento anual". Pero en 2016, la inflación fue del 41 por ciento, es decir, una diferencia de 15 puntos frente a la previsión oficial. Luego, tomando la punta más alta de la banda, la diferencia frente a la inflación real fue de 8 puntos en 2017 (la inflación fue del 24,7 por ciento) y de 35 puntos en 2018 (la suba de precios fue del 47 por ciento). En 2019, la brecha frente a aquella estimación sería de casi 50 puntos. En cuatro años, el pifie acumulado es mayor al 100 por ciento.